Conozca cuáles son los gases de efecto invernadero y cuánto tiempo duran en la atmósfera

Los investigadores del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente advierten que si no reducimos las emisiones actuales a la mitad, el mundo asistirá a un peligroso aumento de la temperatura global de al menos 2,7 °C este siglo

Conozca cuáles son los gases de efecto invernadero y cuánto tiempo duran en la atmósfera

Autor: Sofia Belandria

Pese a que generalmente pensamos en el dióxido de carbono (CO2) cuando hablamos de gases de efecto invernadero, no es el único gas que provoca el cambio climático. De hecho, hay otros cuatro muy importantes. Conoce cómo se comportan los gases más y menos dañinos, que permanecen más o menos tiempo en la atmósfera.

Tras una caída sin precedentes del 5,4% en 2020, las emisiones mundiales de dióxido de carbono están volviendo a los niveles anteriores a la pandemia de covid-19, y las concentraciones de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera siguen aumentando.

Los investigadores del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente advierten que si no reducimos las emisiones actuales a la mitad, el mundo asistirá a un peligroso aumento de la temperatura global de al menos 2,7 °C este siglo. «La calefacción está encendida», aseguran, y piden que el mundo despierte ante el «peligro al que nos enfrentamos como especie».

La duración en la atmósfera de los GEI

Los gases de efecto invernadero más dañinos:

CO2

La reducción de CO2 en la atmósfera es esencial en la lucha contra el cambio climático: es el gas dañino más abundante, y permanece mucho más tiempo que otros en la atmósfera.

Entre 65% y 80% de CO2 liberado a la atmósfera se disuelve en el océano y permanece allí durante un período de entre 20 y 200 años. El resto se elimina lentamente, gracias a procesos que pueden durar cientos de miles de años, procesos como la meteorización química o la formación de rocas. En definitiva, una vez que está en la atmósfera, el CO2 puede seguir afectando al clima durante miles de años.

No obstante, un informe de 2021 de la UNESCO reveló que los océanos pueden perder su capacidad de absorber el carbono, lo que agravaría el calentamiento global. Desde la revolución industrial, los océanos han servido como sumidero del carbono generado por las actividades humanas.

De hecho, «sin los sumideros oceánicos y terrestres, los niveles de CO2 atmosférico se acercarían a las 600 ppm (partes por millón), un 50% más que las 410 ppm registradas en 2019, ya muy por encima de lo necesario para limitar el calentamiento global a 2 ºC», explica.

Metano

El metano es el segundo mayor contribuyente al calentamiento global, pero al contrario que el CO2, desaparece de la atmósfera por reacción química, aunque persiste durante unos 12 años allí. De este modo, el metano es un gas de efecto invernadero muy potente, pero relativamente de corta duración.

Sin embargo, los expertos de la ONU explican que la reducción del metano podría limitar el aumento de la temperatura más rápidamente que la del dióxido de carbono.

El metano «tiene un potencial de calentamiento más de 80 veces superior al del dióxido de carbono en un horizonte temporal de 20 años», indica la ONU.

En el informe los investigadores aseguran que si se emplean las medidas técnicas que ya están disponibles —de bajo coste o nulas—, se podría reducir un 20% al año las emisiones de metano generadas por los humanos, y con «medidas estructurales y de comportamiento más amplias», aproximadamente un 45%.

Óxido nitroso

El óxido nitroso se acumula en la estratosfera y desaparece de la atmósfera más lentamente que el metano; persiste durante más de 100 años.

Halocarbonos

Los compuestos que contienen cloro o flúor —CFC, HCFC, HFC, PFC— tienen diferentes comportamientos: pueden estar en la atmósfera desde menos de un año a miles de años.

Vapor de agua

El vapor de agua también afecta al clima, pero se considera como parte de una especie de circuito de retroalimentación y no una causa directa del cambio climático. Se libera gracias a la lluvia y a la nieve.

Todos estos gases permanecen en la atmósfera el tiempo suficiente para mezclarse bien. «Eso significa que la cantidad que se mide en la atmósfera es aproximadamente igual en todo el mundo, independientemente de la fuente de las emisiones», según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos —EPA, por sus siglas en inglés—.

Cortesía de Sputnik

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