Durante cuatro años el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) negociaron el Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera firmado en 2016 en La Habana, Cuba.
Durante la administración del presidente Iván Duque siguen pendientes temas como la solución al problema de las drogas ilegales, la reparación a las víctimas y, según el último informe de seguimiento de la implementación del acuerdo en enero de 2021, persiste el aumento en el número de asesinatos a líderes sociales.
Sputnik conversó en Ciudad de México con Rodrigo Londoño, alias Timochenko, durante su participación en el XXV Seminario Internacional Los Partidos y una Nueva Sociedad, organizado por el Partido del Trabajo.
«Restan pocos meses de su Gobierno, pero por su esencia, comportamiento y el partido al cual representa [Centro Democrático] estamos seguros de que hasta el último día [Iván Duque] intentará hacer realidad su consigna de hacer trizas el convenio. Cuando me preguntan por el pacto yo siempre digo: victoria, victoria y victoria porque un Gobierno basado en acabar, destruir e impedir su desarrollo, no lo pudo hacer», refirió Londoño.
A juicio del último comandante en jefe de las FARC-EP, «la paz de Colombia es la paz de América Latina» y si bien existieron muchos intentos por socavarla, el texto que la respalda previó la llegada de un mandato de ultraderecha como el actual y está contenido en la Constitución del país sudamericano, de ahí que una violación del convenio es una transgresión a la carta magna.
Acuerdos y Naciones Unidas
Londoño recordó que el tema está en la mesa del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y, cada tres meses aproximadamente elaboran un comunicado acerca del proceso. El más reciente análisis aconteció el 14 de octubre último sobre la base de un informe elaborado por el secretario general, Antonio Guterres, referido al deterioro de las condiciones de seguridad en varias regiones.
«Por unanimidad han respaldado el proceso y también cuestionado los aspectos ausentes en su puesta en marcha de parte del Estado porque nosotros cumplimos, así trate el Gobierno de maniobrar, manipular y desinformar para demostrar lo contrario. En ningún momento las misiones de verificación determinaron una violación de la FARC-EP en los compromisos», señaló.
El documento de la ONU, alusivo al periodo del 26 de junio al 24 de septiembre de este año, alerta sobre la violencia desproporcionada en territorios con poblaciones indígenas y afrocolombianas, especialmente, en los departamentos de Antioquia, Bolívar, Cauca, Chocó, Córdoba y Nariño; y al desplazamiento de 15.200 personas en esa etapa, para un total de 57.420 en lo que va de 2021.
«Cuando nosotros firmamos el acuerdo no éramos ingenuos. Sabíamos la naturaleza de la clase dirigente colombiana, su vulneración al pueblo y su carácter asesino y criminal. La historia del país ha sido esa, pero nosotros logramos dividir ese estrato social entre quienes quieren mantener el régimen de crimen y represión y los que creen en un camino diferente», indicó el exguerrillero.
El organismo internacional advierte cómo persiste la violencia contra los guerrilleros que depusieron las armas e informa sobre el asesinato de, al menos, 14 personas en los meses descritos y un total de 292 muertos desde la firma del acuerdo; sumado, a otros ataques como amenazas y el homicidio contra 43 defensores de derechos humanos.
A juicio de Londoño, el reto de los colombianos para 2022 es votar por un presidente comprometido con la implementación del convenio de paz, en los comicios previstos para el venidero 29 de mayo; también elegir el domingo 13 de marzo a un Congreso con mayoría de miembros de ambas cámaras anuentes a la ejecución del pacto.
«Será duro porque también tenemos como tradición en Colombia la compra del voto. En regiones enteras las personas evalúan quienes le ofrecen más por el sufragio. Romper eso resultará difícil, pero ya el movimiento de protestas generado desde 2020 demostró el despertar del pueblo y de la juventud», puntualizó.
¿Cuáles son los intereses de Estados Unidos?
El expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021), además, de apoyar públicamente al exmandatario colombiano Álvaro Uribe (2002-2010), mentor político de Duque, recicló durante su campaña de reelección en 2020 términos como «castrochavismo», acuñados por la derecha del país sudamericano para atacar al acuerdo de paz.
«Hay un nuevo mandatario en la Casa Blanca, lo cual no cambia la naturaleza de saqueo y despojo del imperialismo, pero a la administración de Joe Biden le conviene la existencia de la paz en Colombia. Las señales, hasta la fecha, revelan que ese Gobierno dará continuidad al apoyo de Barack Obama pues, en buena medida, el acuerdo se logró gracias al visto bueno de Estados Unidos», recordó.
En La Habana, reiteró, siempre hubo un delegado de Obama con el cual se reunían permanentemente para compartir opiniones, dificultades y sugerencias. Si bien Trump dejó «muy maltratado ese proceso» con su enfrentamiento al pacto, que propició el desarme de cerca de 13.000 guerrilleros.
Para Londoño, Cuba y Venezuela constituyen países imprescindibles en la consumación del convenio entre el Gobierno colombiano y las FARC-EP.
«El documento establecía el traslado de las negociaciones, en caso de ser necesario, a otra capital latinoamericana. Jamás pasó por nuestra cabeza salir de la isla porque nos sentimos como en casa», reconoció.
En su consideración, las condiciones de la nación caribeña fueron determinantes para el intenso trabajo entre las partes; así como, el acompañamiento, intercambio, respeto y solidaridad.
«Tuve el privilegio de convivir allí algunos años y la experiencia de esa sociedad en la construcción de su proceso resultó fundamental», concluyó.