Mariquina avanza con participación ciudadana

▪ Le asocian efectos sociales, ambientales y económicos que, a juicio de los participantes, en gran medida se generan por marcos regulatorios deficientes


Autor: Director


▪ Le asocian efectos sociales, ambientales y económicos que, a juicio de los participantes, en gran medida se generan por marcos regulatorios deficientes.

Los Ríos, 28 de mayo de 2009.- La intensa actividad forestal y sus diversos impactos, fueron permanente foco de discusión durante el quinto taller de participación ciudadana realizado en Mariquina y que, como parte de la iniciativa “Nueva Región, Cómo Vamos”, recogió opiniones territoriales para el proceso de seguimiento a la gestión pública que 6 organizaciones de sociedad civil implementan a través de la medición de indicadores de calidad de vida.

Pese a la importante presencia de la industria forestal en la zona, la comuna ostenta un índice de pobreza que alcanza el 24%, según estudios de la línea base regional. Tal disociación fue claramente relevada por los asistentes, quienes apuntaron que el rubro no ha conseguido aumentar el desarrollo económico local.

Asimismo, los participantes vincularon al sector en una serie de conflictos sociales, ambientales y económicos. “Por ejemplo, la gente de la comuna está tristemente dividida por el famoso ducto al mar (de la planta de celulosa); hay 2 bandos y ninguno da su brazo a torcer”, sentenció el dirigente vecinal Héctor Antimanqui, al tiempo que valoró la metodología y nivel de discusión del taller.

Además de los conocidos efectos ambientales asociados a la actividad, según los participantes que trabajaron separadamente en 4 grupos temáticos, la cadena productiva forestal ha generado también una serie de impactos viales en sectores rurales, así como en los cursos de agua utilizados por las comunidades. “Además ha producido que la gente se vaya del campo a la ciudad, y las plantaciones han impactado fuertemente en pampas que antes eran agrícolas o lecheras. El eucalipto se demora 10 años en crecer en los cerros, pero en una vega sólo 5, porque se consume toda el agua. Se secan los pozos y bomberos tiene que entregar agua en verano”, sostuvo el presidente de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Mariquina, Francisco Rivera, haciendo alusión, entre otras cosas, al 22% de emigración rural que presenta la comuna, según la línea base regional.

Por su parte, Ricardo Álvarez, investigador de la ONG Conservación Marina, organización co ejecutora de la iniciativa señaló que “me llama la atención que una sociedad como la de Mariquina, tradicionalmente fraternal, sufra de estas fuertes divisiones por una inversión que suponía progreso. Según la percepción expresada por los asistentes, desde el punto de vista ambiental (la planta de celulosa) va a incidir aún más en su calidad de vida, por los efectos que van a tener los recursos marinos, sin embargo, también responsabilizan a los deficientes marcos regulatorios chilenos”, concluyó.

Otros temas que igual generaron una alta discusión se relacionan a los problemas que afectan a los habitantes de sectores rurales. “La nueva región ha traído avances, pero lo que está faltando es llegar con mejor conectividad a lugares más apartados. La gente reclama por el desorden de la locomoción colectiva y eso pasa, entre otras cosas, porque en Mariquina no existe un terminal de buses”, agregó el dirigente Francisco Rivera.

Asimismo se habló de la subexplotación turística del castillo San Luis de Alba y de las carencias en educación que se ven reflejadas, por ejemplo, en que el 51% de la población comunal cuenta sólo con estudios básicos.

Por César Solis


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