El nuevo consejo universitario de la BUAP: una oportunidad para todos

¿Por qué es importante participar y votar el día de mañana? Porque hay que devolverle a nuestra máxima autoridad colegiada la dignidad perdida

El nuevo consejo universitario de la BUAP: una oportunidad para todos

Autor: El Ciudadano México

Por Guadalupe Grajales

Mañana se vota por 175 consejeros universitarios. Son los representantes magisteriales y estudiantiles de las 43 unidades académicas de la universidad y los tres representantes de los trabajadores no académicos.

Tanto la convocatoria para elegir al nuevo consejo universitario como todo lo que la antecedió estuvo marcado por irregularidades graves: un consejo que se autoprorrogó su permanencia, pues su periodo había concluido en marzo de este año; una convocatoria para la elección de la rectoría emitida por una autoridad que ya no lo era; una convocatoria emitida por una rectoría nombrada por un consejo que ya no era consejo; campañas breves y forzosamente virtuales; votaciones electrónicas sin ninguna justificación, pues con excepción de los alumnos del nivel medio superior, todos los universitarios(as) están ya vacunados(as); un padrón que no es público, pues sólo tú sabes si estás en el padrón, pero no sabes si los demás votantes están o no donde les corresponde estar. En fin, a todas estas irregularidades se sumó la supresión total y absoluta del derecho de los alumnos de primer semestre de cualquier nivel educativo a registrarse como candidatos al consejo, con el pretexto absurdo de que no tienen cárdex.

Como suele suceder en estos casos de abuso de poder, los “requisitos” que se le ocurren a la administración para conculcar el derecho de los universitarios se incluyen en la convocatoria, pues no hay nada en la Ley, el Estatuto Orgánico o los Reglamentos universitarios que fundamente la solicitud de tales “requisitos”.

Y, a pesar de todo esto, ¡hay que participar!¡hay que votar el 16 de noviembre!

Lo más fácil para quienes detentan el poder en la universidad es que los universitarios nos desanimemos, que demos todo por perdido, que bajemos las manos, que dejemos en manos de otros el destino de nuestra universidad, pero eso es lo último que haríamos si lo que está en juego es la conducción y el cumplimiento de los fines de nuestra universidad, porque es nuestra, de nosotros los universitarios y de la sociedad a la que nos debemos, y no es el botín de nadie, ni de grupos, ni de partidos, ni de gobiernos, cualquiera que sea el signo de éstos.

¿Por qué es importante participar y votar el día de mañana? Porque hay que devolverle a nuestra máxima autoridad colegiada la dignidad perdida, la capacidad de deliberación, de discusión, de argumentación, de decisión para tomar las medidas académicas y administrativas que beneficien a los universitarios.

Están anunciando la revisión del modelo educativo de la universidad: el famoso modelo Minerva. ¿Ustedes creen que la misma administración que impuso este modelo va a ser capaz de abandonar su esquema productivista para tratar de ajustarse a los nuevos aires que corren por el país? ¿Creen que esta administración será capaz de hacer un verdadero diagnóstico y aceptar que el modelo impuesto no fue “exitoso”, que no cubrió con las expectativas?

Además no hay modelo que valga si los problemas cruciales no se resuelven y éstos son los que se derivan de la falta de certeza laboral, de condiciones laborales y salariales adecuadas, de la nula atención al rezago educativo causado por la pandemia y la prolongación innecesaria de las clases virtuales para conveniencia de la administración en turno ¿cómo resolver el lacerante problema de la deserción escolar, del bajo índice de titulación, de la falta de profesores(as) para atender a la creciente matrícula?

Si el derecho a la educación gratuita ha de garantizarse ¿cómo, con qué criterios ha de discutirse la distribución del presupuesto universitario y además cómo evaluar el ejercicio de este mismo presupuesto? Si el presupuesto viene “etiquetado” ¿cómo hacer valer nuestra autonomía para asignarlo de manera tal que se atienda a las necesidades más urgentes de los universitarios?

El próximo año se revisarán los contratos colectivos y los salarios y ya es tiempo de que se discutan en el seno del consejo universitario los reglamentos de las becas otorgadas a los trabajadores académicos y no académicos. Discutir el concepto mismo de “beca”. Si esta retribución económica se otorga con base en la evaluación de las actividades docentes o administrativas del trabajador(a), ¿por qué llamarle beca?

Como ven ustedes, necesitamos de consejeros independientes y comprometidos con la representación genuina de sus bases. Por esta razón y sobre todo porque la administración tiene todo a la mano para alterar los resultados de la votación, hay que participar, hay que votar mañana martes. Cada voto que emitamos será un voto fuera del alcance de la manipulación electrónica. ¡A votar!


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