El doblaje de Antofagasta

La debacle del oficialismo en  las municipales de octubre del 2012 es la primera señal de que la plantilla parlamentaria del oficialismo corría riegos de perder influencia al verse reducida

El doblaje de Antofagasta

Autor: LLaguno

La debacle del oficialismo en  las municipales de octubre del 2012 es la primera señal de que la plantilla parlamentaria del oficialismo corría riegos de perder influencia al verse reducida. Con el pasar de las semanas esta primera impresión se fue consolidando e instalando como una posibilidad real. La crisis presidencial de la derecha y el rotundo triunfo de la Nueva Mayoría en las primarias confirmaron este escenario.

¿Qué significa un triunfo parlamentario?  

La centro-izquierda no sólo pretende ganar en primera vuelta, sino también obtener un significativo triunfo electoral. Ambos objetivos son difíciles de lograr. Son, a la vez, una meta ambiciosa. No obstante, hay condiciones políticas, sociales y electorales para afirmar de que “es posible”. En términos parlamentarios la Nueva Mayoría debe considerarse satisfecha con 12 doblajes en diputados y cuatro doblajes en senadores. Con ello, tendría 72 diputados y 23 senadores. Lo ideal, serían 20 doblajes en diputados para obtener 80 escaños y siete doblajes en diputados para obtener 26 senadores.  A su vez, dadas las condiciones de la coyuntura sería una derrota no lograr nueve doblajes en diputados para obtener 69 escaños y tres doblajes en diputados para obtener 22 senadores.

En esta elección el Senado renueva 20 representantes y diez circunscripciones senatoriales. Para lograr su objetivo, la Nueva Mayoría debe retener sus once escaños –lo que implica, mantener el doblaje de la Octava Región costa—y ganar tres más. A su vez, la derecha debe a lo menos, retener sus siete escaños; y, en lo posible, recuperar el que perdió con Cantero cuando éste dejó RN y la bancada oficialista.

¿Dónde se pueden conseguir esos cuatro doblajes e nivel senatorial?

Hay altas probabilidades de lograr esos doblajes en cuatro circunscripciones: Segunda, Cuarta, Octava costa y Magallanes. Hay bajas probabilidades –muy bajas- de doblar en cuatro circunscripciones: Metropolitana oriente, en la Octava interior, en Los Ríos y en Los Lagos. Y hay probabilidades medias de obtener doblajes en dos circunscripciones: Metropolitana poniente y Sexta Región.

A nivel presidencial la centro-izquierda nunca ha perdido una elección desde el plebiscito del ’88. De hecho, en la mayoría de las elecciones han oscilado en torno al 60% de las preferencias. Al analizar estos resultados en la “perspectiva de los doblajes” se observa que en el ’89 Aylwin con el 58% dobla a Büchi que sacó sólo el 25% de los votos. No obstante, la derecha con la votación de Errázuriz sube al 42%.

En el ’93 compiten seis listas y Frei con el 56% dobla a Alessandri que sacó el 22,4% de los votos. No obstante, la derecha con la votación de José Piñera (7%) sube en la región al 29,4% de las preferencias. En este caso, por tanto, la Concertación estaría a un 1,6 puntos porcentuales del doblaje. Si le agregamos los votos de los comunistas, la Nueva Mayoría subiría su votación regional al 63% y con ello, habría doblaje.

En las presidenciales del ’99 el mapa electoral cambia de modo significativo. Con seis candidatos en competencia, la derecha con Lavín sube 10 puntos porcentuales al llegar al 40%. Lagos, a su vez, llega al 54,2% de los votos. Sin duda, muy lejos del doblaje. Si agregamos la votación del PC se sube al 58,3%. Tampoco hay doblaje. Finalmente, en segunda vuelta Lagos le gana a Lavín 58% a 42%.

En las presidenciales del 2005 con cuatro competidores, la derecha –con Lavín y Piñera— repite la votación de la presidencial anterior al obtener el 40,6% de los votos. Bachelet, a su vez, llega al 53,6%. No obstante, con esa votación dobla a Piñera (21%) y a Lavín (20%). Si le agregamos la votación del PC se sube al 59,5% en primera vuelta y al 61,2% en segunda vuelta. Tampoco, en este escenario hay doblaje.

En el 2009 con cuatro competidores, la derecha con Piñera baja levemente la votación obtenida en las dos últimas presidenciales al llegar al 37,5% de los votos. La Concertación llega al 27,5% de los votos. Los datos muestran que ambas fuerzas duopolicas bajan su votación regional; mientras la derecha lo hace en torno a los dos puntos porcentuales, la Concertación lo hace en 26 puntos porcentuales. Por tanto, no hay doblaje. Si agregamos los votos del PC, sólo se logra subir al 35%. Tampoco hay doblaje.

El gran ganador en esta elección fue ME-O al lograr en la región el 28% de los votos; cifra, que supera en ocho puntos porcentuales su total nacional. La oposición actual con estos votos llegaría al 62% de las preferencias; a muy pocos votos de un potencial doblaje.

A medida en que bajamos en el nivel de competencia la votación presidencial se va diluyendo. Mientras unos quieren evitar fugas de votos; otros, pretenden que se produzca una importante  cantidad de cruces. Mientras más cruce de votos, más sube una lista parlamentaria en relación a su votación presidencial.

A nivel de los diputados las votaciones históricas de la Nueva Mayoría a nivel regional han sido muy favorables al oscilar también en torno al 60%. En las parlamentarias del ’89 con cuatro listas en competencia y un independiente fuera de pacto, la derecha logra el 30% y la Concertación el 59,5%. Si bien, no hay doblaje, sólo estuvo a 800 votos de lograrlo. Los no duopólicos que son de derecha logran el 10%.

En las parlamentarias del ’93 con cuatro listas en competencia la Concertación logra doblar a la derecha al ganar 62,6% contra el 30,2%. Sin embargo, el doblaje sólo lo logra por un poco más de dos mil votos. Al agregar la votación regional del PC el doblaje se profundiza al subir siete puntos porcentuales y ubicarse en el 70% de las preferencias. En consecuencia, la Concertación dobla por sí sola y con el PC –lo que hoy se conoce como Nueva Mayoría—logra doblar a la derecha a nivel regional.

En las elecciones de 1997 con cuatro listas en competencia la Concertación logra el 59,6% de los votos y la derecha el 31% y no logra doblar. Sin embargo, estuvo a un punto porcentual de lograrlo. Si agregamos el voto comunista, se produce doblaje al subir la votación al 66,5%.

En las parlamentarias del 2001 con cuatro listas en competencia y un independiente fuera de pacto la Concertación baja su votación y llega al 53,8%. A su vez, la derecha sube y se instala en el 36,2% de las preferencias. No hay doblaje. Si agregamos la votación del PC tampoco hay doblaje, debido a que obtiene una votación muy baja al llegar al 1,7% de los votos. En esta elección el independiente fuera de pacto fue decisivo para evitar el doblaje al obtener el 8% de las preferencias. Lo más significativo de esta elección es la significativa baja electoral de la centro-izquierda.

En las parlamentarias del 2005 con cuatro listas en competencia la Concertación logra el 53,7% de los votos a nivel regional. Con esta cifra, consolida y estabiliza su votación. La derecha, a su vez también consolida y estabiliza su votación en torno al 37%. Con el PC que sube y recupera su votación histórica se llega al 60% de las preferencias. En ninguno de ambos casos hay doblaje a nivel regional.

En las elecciones del 2009 con cuatro listas en competencia la Concertación baja al 30% de los votos y la derecha sube levemente al 39%. No hay doblaje. Las fuerzas no duopólicas llegan al 30%; mientras ME-O llega al 5% de las preferencias -22 puntos porcentuales menos que su votación nacional-, la lista “Chile Limpio” del PRI obtiene el 26% de los votos debido al liderazgo de Pedro Araya Guerrero. Tampoco hay doblaje cuando agregamos la votación del cacique local.

La fuerza electoral que cada partido y liderazgo tiene a nivel regional también se puede estimar desde la votación que obtienen a nivel local. En esa dirección, en las tres primeras elecciones municipales –1992, 1996 y 2000— se hubiese producido doblaje. Es más, estos los lograría la Concertación sin el apoyo de los votos que vienen desde los comunistas.

A nivel de alcaldes la tendencia se repite. En el 2004 la Concertación logra el 32% de las preferencias y la derecha el 15,6%. Hay, por tanto, doblaje. Con los votos del PC la votación de la Nueva Mayoría subiría al 36%. En esta elección la votación de los independientes fuera de pacto fue muy significativa al llegar al 48,2% de los votos. Ya en las parlamentarias del 2001 se había comenzado a manifestar el voto no duopólico en la región. La fuerza de este segmento anula el potencial doblaje. En este escenario, la derecha se quedaría sin representante.

En la elección del 2008 la Concertación llega al 36% y la derecha al 14%. Hay, por tanto, nuevamente doblaje. Con los votos del PC la votación de la Nueva Mayoría subiría al 40% y se consolida el doblaje. Sin embargo, nuevamente se anula por la fuerte presencia de fuerzas no duopólicas como los independientes fuera de pacto que logran el 32,5% de los votos y el PRI que llega al 13% de las preferencias. En este escenario, la derecha se quedaría sin representante.

En la elección del 2012 la Nueva Mayoría llega al 33% de los votos a nivel regional y la derecha sólo al 6%. Hay, por tanto, doblaje. A su vez, nuevamente, las fuerzas no duopólicas logran una alta votación; sobre todo, los independientes fuera de pacto que obtienen el 44% de las preferencias. En esta elección, la ex RN –Karen Rojo— se convierte en factor decisivo para el resultado final. Antes, lo había hecho Pedro Araya y Esteban Velásquez. En consecuencia, estos liderazgos locales han anulado el doblaje que se ha dado entre las fuerzas duopólicas. En este escenario, la derecha se quedaría sin representante.

Cuando analizamos lo que ocurre a nivel de concejales se observa que los resultados se acercan a lo que ha ocurrido a nivel parlamentario debido a que se debilita las fuerzas de los no duopólicos. De ese modo, vemos que en las elecciones del 2004 la Concertación a  nivel regional logra el 51% de los votos y la derecha el 34%. Por tanto, no hay doblaje. Si agregamos los votos de los comunistas la votación de la Nuevas Mayoría sube al 60,3% de las preferencias. Tampoco hay doblaje. Los no duopólicos logran un poco más del 5%.

En la elección del 2008 la Concertación logra el 42% de los votos y la derecha el 28,3%. No hay doblaje. Con la votación del PC se sube al 52% y tampoco se logra doblar. No obstante, en este último caso, el doblaje estaría a 2,3 puntos porcentuales. La lista del PRI y del MAS –“Chile limpio”-logra un significativo 18% que vuelve a evitar doblaje. Incluso, con una pequeña parte de estos votos, se podría lograr doblar a la derecha a nivel regional.

En la elección del 2012 la Nueva Mayoría logra el 42,6% de los votos y la derecha el 22,3%. Con estas cifras no hay doblaje. No obstante, se estuvo a sólo un punto porcentual de logar doblaje. Las fuerzas no duopólicas vuelven a obtener a nivel regional una muy buena votación.

¿Qué dicen los datos anteriores?

Al analizar los datos de las elecciones presidenciales, de diputados y a nivel comunal y los proyectamos al plano senatorial en el contexto de construir tendencias, vemos que la Nueva Mayoría tiene una fuerza política y electoral muy significativa que la posiciona de manera expectante para doblar en la próxima senatorial.

A nivel presidencial de las cincos elecciones realizadas desde el ’89 la Concertación logra doblar a la derecha en la Región sólo en dos oportunidades; en el ’89 y en el ’93. Desde la presidencial del ’99 la derecha ha estabilizado una votación en este plano en torno al 40%.

A nivel de los diputados en las seis elecciones realizadas la Concertación por sí misma sólo ha logrado un doblaje –en 1993-. Sin embargo, cuando a esa votación le sumamos los votos de los comunistas los doblajes sube a dos –en el ’93 y en el ’97-. En el ’89, el doblaje estuvo a 800 votos y en el 2001 lo impidió el alza de la derecha y la presencia de un independiente fuera de pacto. En el 2005 y en el 2009, la Nueva Mayoría –proyectada- estuvo lejos de obtener doblaje debido al alza que venía obtenido la derecha desde el 2001 y la fuerte presencia del PRI.

En las municipales del ’92, del ’96 y del 2000, la Concertación por sí misma dobla la votación de la derecha en las tres elecciones. La votación del PC ratifica estos doblajes.

En la elección de Alcaldes del 2004, 2008 y 2012 ocurre lo mismo; es decir, en las tres elecciones la votación de la Concertación logra doblar a nivel  regional a la derecha. La votación agregada del PC ratifica estos doblajes. Sin embargo, el doblaje se anula por la fuerte presencia de fuertes liderazgos no duopólicos.

En la elección de concejales del 2004, 2008 y 2012 no se produce ningún doblaje a favor de la Concertación por misma. Cuando se suman los votos que vienen de los comunistas tampoco hay doblaje.

En resumen, entre el ’89 y el 2009 se han realizado 20 elecciones sin considerar las tres senatoriales: cinco presidenciales, seis de diputados, tres municipales generales, tres de alcaldes y tres de concejales. La Concertación por sí misma ha logrado doblar a la derecha en nueve oportunidades –dos presidenciales, una de diputados, tres municipales generales y tres de alcaldes-. Cuando agregamos la votación del PC –y proyectamos lo que hubiese sido la votación de la Nueva Mayoría— esos doblajes suben a 10; es decir, al 50%.

¿Qué relación hay entre estas tendencias generales con lo que ocurre a nivel senatorial?

A nivel senatorial, la experiencia nos muestra que de las tres elecciones realizadas –1989, 1997 y 2005— nunca se ha producido doblaje. Pero, ha estado cerca.

En 1989, se presentaron tres listas; la Concertación, la derecha y el PAIS –que es el PC y sectores del socialismo-. La derecha obtuvo el 34,8% de los votos. A su vez, la Concertación el 41,4% y el PAIS el 23,8%. Entre ambos, por tanto, hubiesen sumado el 65,2% equivalente a 133.051 votos. En consecuencia, el doblaje estuvo a 4.500 votos. No hay doblaje.

En 1997, nuevamente compiten tres listas; la Concertación, la derecha y los comunistas. La derecha –con Cantero- baja su votación al 32,85% de los votos. A su vez, la Concertación sube al 61,11% y el PC logra sólo el 6% de la preferencias. La Concertación estuvo a 3.800 votos de lograr el doblaje. No hay doblaje. Sin embargo, al sumar la votación del PC –lo que es hoy la Nueva Mayoría-  se llega al 67,2% de los votos y se logra el doblaje.

Finalmente, en el 2005 compiten cuatro listas; la Concertación, la derecha, el PC y la Fuerza Regional Independiente. La derecha –con Cantero y el UDI Leay— sube su votación al 37,8% y con ello anula toda posibilidad de doblaje. La Concertación y el PC bajan diez puntos porcentuales al llegar al 58,2% de la preferencias. A su vez, los independientes del norte logran el 4% de los votos. No hay doblaje, por tanto, bajo ninguna combinación.

Estos datos proyectados sin considerar el contexto ni las tendencias anteriores, indican que doblar en la senatorial de noviembre en esta región es difícil. Sin embargo, desde entonces se han producido cambios importantes que inciden de modo relevante en que las posibilidades de doblaje aumenten significativamente.

¿Habrá doblaje en noviembre?

Si tuviéramos que responder esta pregunta desde lo que dice la historia electoral de la región, deberíamos optar por decir que no habrá doblaje. Pero, si ponemos atención en los rasgos de la coyuntura nacional y local y en lo que ha pasado en las últimas elecciones las posibilidades de doblaje aumentan.

Los resultados para la derecha en las municipales a nivel regional fueron muy malos; 6% en alcaldes y un 22% en concejales. A su vez, en las primarias de mayo la Nueva Mayoría logra un triunfo arrollador sobre la derecha al lograr 45 mil votos y el 77% de las preferencias. Se destaca, que esta votación equivale al 11% del total de los inscritos a octubre del 2012 y al 33% de los votos válidos de esa elección.

Estos datos, sin duda, muestran un escenario de debilidad electoral para la derecha; similar al de la década de los noventa. De hecho, la tendencia al alza que mostraron desde fines de los noventa a nivel presidencial y del 2001 a nivel parlamentario ha comenzado a revertirse.

Hay cuatro hechos locales que marcan fuertemente la elección senatorial de noviembre: (a) la histórica fuerza electoral que ha tenido la centro-izquierda en la región, (b) el profundo sentimiento regionalista, (c) la crisis de la derecha que en esta elección va en tres listas –Cantero, Rojas y Guevara– y (d) los altos niveles de desigualdad y descontento debido a que los miles de millones de dólares que deja la actividad minera no han llegado a los habitantes de la región.

Estos rasgos de la política local generan condiciones sociales y políticas favorables para el doblaje. De hecho, los datos electorales como tendencia y como coyuntura muestran que el doblaje es posible. Esto, se fortalece con la división de la derecha y con que el ex DC Pedro Araya va en dupla con Guillier en la lista de la Nueva Mayoría.

La clave de esta elección está, por tanto, en estos dos últimos hechos. Todo esto lleva a que las posibilidades de doblaje en la región sean muy altas. No he visto encuestas; pero, todo indica que habrá doblaje.

Por González Llaguno


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