«Su notable elección puede ser un eje de recomposición del movimiento popular si coloca su liderazgo a disposición del proceso de construcción de la alternativa que busque transformar el modelo y el sistema e instaurar una nueva sociedad. Fabiola Campillai debería ser clave en la reconstrucción del proyecto popular».
Compartimos a continuación, artículo de Semanario Sur Andino
Fiel representante del pueblo que lucha
El épico triunfo de Fabiola Campillai Rojas muestra el camino a seguir en el futuro: “el presente es de lucha, el futuro es nuestro”…
Su elección como senadora, obteniendo la primera mayoría, no solo es destacable por los méritos sino por la forma en que encaró su campaña, una demostración de que se puede desarrollar una forma distinta de hacer política desde el pueblo y sin depender de altos recursos financieros ni mediáticos.
No debería haber sido una sorpresa para nadie, pero tanto la prensa como la TV institucional destacaron su triunfo, ya que no adhirió a ningún pacto y se presentó como independiente reuniendo patrocinios. El postular en solitario la perjudicaba porque no podía acumular la votación de algún compañero de bloque, pero asumió que representaba una opción distinta y que si bien la norma electoral la desfavorecía, igual debería participar. No obstante, su gran ventaja estaba en el factor moral que representaba, una obrera de la fábrica Carozzi que habita en una población popular y que fue agredida por los carabineros mientras se encaminaba a su trabajo una noche en que su barrio era escenario de una fuerte protesta con la consecuente represión. Quedó ciega irremediablemente y desde su condición de víctima evolucionó al de luchadora social que ubica en la denuncia de los atropellos policiales y en la defensa de los derechos fundamentales de trabajadores y pobladores, su principal plataforma política. Es más, su sola participación en las elecciones la ubica como integrante de un conjunto de personas que desde la base social no desea quedarse al margen de acontecimientos que, desde distintas dimensiones, les afecta directamente y deben asumir.
Hasta el momento Fabiola Campillai es un ejemplo y es de esperar que continúe con su consecuente postura, ya que puede revertir el desaguisado que provocó la Lista del Pueblo.
Fabiola Campillai Rojas se encuentra en un proceso de adaptación a su dramática nueva realidad con entereza, jamás optó por la victimización y sorprendió con su postulación, lo que indica un alto grado de audacia, tanto de ella como de su familia y su círculo de cercanos. Sin dudas es un ejemplo a seguir y es de esperar que continúe con su firme posición política, ya que la lucha es larga y no se reduce a las elecciones o a un puesto en el Senado, institución que por lo demás, puede desaparecer, pero que en tal caso, no disminuirá en lo más mínimo la épica de su triunfo en contra del sistema de partidos que autoreproducen su dominio sobre la sociedad, sino que lo convertirá en un transcendental paso en el avance de la lucha social y popular, esta vez transitando hacia lo político. La debilidad de la centroizquierda y el relativo fortalecimiento de la Derecha, hace necesario más que nunca fortalecer el movimiento popular y en dicho proceso el claro liderazgo de Fabiola Campillai es fundamental y necesario.
Su notable elección puede ser un eje de recomposición del movimiento popular si coloca su liderazgo a disposición del proceso de construcción de la alternativa que busque transformar el modelo y el sistema e instaurar una nueva sociedad. Fabiola Campillai debería ser clave en la reconstrucción del proyecto popular.
Seguramente la elite del poder nunca pensó en que era posible el triunfo de Fabiola Campillai, una trabajadora de origen diaguita, no obstante en su constante ninguneo en contra de quienes no pertenecen a la casta, deslizó su falta de preparación “técnica” como los impedimentos de su ceguera para pertenecer al pequeño y distintivo grupo del Senado chileno. Es la constante descalificación clasista y excluyente frente a quienes ascienden a niveles que consideran exclusivos de su ralea. Seguramente, hoy no le preocupa su participación en el Congreso porque la suma a la centroizquierda o derechamente la ignora, sin embargo, ni siquiera sospecha la dimensión de su triunfo ya que supone que en el particular ambiente congresal será muy poco lo que podrá hacer. Puede que en cierto sentido tenga algo de razón, porque su principal labor se encuentra fuera de los salones del Parlamento, los que serán solo uno de los tantos lugares en donde enfrentará al fascismo pinochetista que renace, ya que su principal labor deberá estar en los territorios, en la cotidiana y compleja tarea de rearticular al pueblo, dotándolo de un programa y una organización con la cual logre afrontar las futuras luchas, vale decir, en la reconstrucción del proyecto alternativo. Debería ser la lógica evolución desde su audaz incursión y esperanzador triunfo electoral y, tal como afirmó en su primera declaración después de resultar elegida, desde abajo y hacia la izquierda.
En un escenario que, a pesar de todo lo que señalan los analistas de Derecha y de la izquierda moderada, aún tiene como telón de fondo la grave crisis social y política cuya resolución no llegará en los marcos del modelo neoliberal, continúa como un factor esencial para el pueblo la elaboración de un programa alternativo que permita articular una fuerza política y social que impulse los cambios. En tal proceso el liderazgo de Fabiola Campillai será esencial, tal como el que deberían ejercer numerosos dirigentes que hoy están en la Convención y miles de actores sociales que han activado innumerables acciones que les ha permitido acumular gran experiencia y necesaria solidez para conducir las futuras acciones.