Por Daniel Melo Contreras
El cambio climático es una realidad que ya está ocurriendo, en el caso de nuestro país la falta de lluvias y la extendida sequía son un ejemplo de cómo este ya está generando estragos, el que además se ve intensificado por el modelo desarrollo del país. Si bien las alarmas se encuentran encendidas, esta problemática en torno a políticas públicas se encuentra muy por debajo de lo que se requiere para enfrentar la problemática.
Según la encuesta CASEN del año 2020, poseemos un 2,1 millones de personas en condición de pobreza, mientras que la pobreza extrema es equivalente a 800.000 personas de acuerdo con la encuesta oficial. Estos números son muy preocupantes, ya que no existen políticas públicas en torno al cambio climático y la vulnerabilidad de su población que se encuentra en situación de pobreza en el país.
Lo anterior, no se entiende, dado que Chile cumple con 7 de las 9 vulnerabilidades señaladas en la Convención Marco de Cambio Climático, entre ellas, áreas costeras de baja altura, propensión a los desastres naturales, sequía y desertificación, zonas urbanas con contaminación atmosférica, entre otras, lo que implicará que, de vivir un cambio climático intensificado, esta población se encontrará en un riesgo superior dado que no poseen los recursos necesarios para poder aplicar elementos de adaptación que les permita prepararse.
Por lo anterior, se requiere trabajar en políticas públicas que fortalezcan el sistema de salud, para enfrentar olas de calor intensificadas que afectarán, por ejemplo, a la tercera edad, también medidas en cuanto a la soberanía alimentaria, energética y el acceso al agua, cuestiones vitales para desarrollar una vida con calidad y cubriendo aspectos mínimos de cumplimiento con los Derechos Humanos, Económicos, Sociales y Culturales.
Si nos fijamos en alguno de los indicadores sociales tanto de la encuesta CASEN y del CENSO, ambos del año 2017, para el distrito 13, que comprende la zona sur de nuestra capital metropolitana, se puede observar la vulnerabilidad de este territorio ante el desafío que damos cuenta. Por una parte, los índices de pobreza multidimensional siguen siendo altos en muchas de estas comunas: En Pedro Aguirre Cerda, alcanzaba un 26,8% de pobreza multidimensional, en San Miguel, 17,3%, Lo Espejo 37,6%, San Ramón un 27,9%, El Bosque 22,7%, y la Cisterna, 17,9%. En cuanto a población de personas mayores, el 13,16% de las personas del distrito tienen 65 años o más, superior a la Región Metropolitana como al conjunto del país. Asimismo, sólo un 26% de la población del distrito con 25 años o más completó su formación hasta la Educación Superior. Sin duda alguna, estos indicadores en contexto de cuarentena y pandemia debieron subir considerablemente como expresan los datos regionales y nacionales de la CASEN 2020.
Asimismo, se prevé que muchas personas migrarán internamente, como también el país será objeto de recibir migrantes, por lo que se requiere de una política robusta para hacerse cargo de la temática, por ende, se requiere ratificar el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, como también en la parte interna abordar el ordenamiento territorial, con el fin de velar por biodiversidad y los ecosistemas ante la parcelación indiscriminada en el sur.
Dicho lo anterior, los y las más vulnerables de nuestro país, entre los cuales se encuentran parte importante de la ciudadanía de nuestro distrito, requieren de medidas que les ayude a comprender el alcance en su vida de un cambio climático intensificado, por ello es necesario materializar una educación constante y la entrega de herramientas que les entreguen la oportunidad de prepararse a un escenario complejo que si bien nos afectará a todos y todas, en el caso de los más pobres será de forma mucho más intensificada. Se requiere de una acción integral, de una política pública que logre revertir las consecuencias del cambio climático, y de una ciudadanía consciente de la situación que nuestro país como el mundo está viviendo.
Daniel Melo Contreras
Diputado electo distrito 13