Una polémica y mal entendido se ha suscitado debido a los dichos del candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, en el último debate Anatel emitido este lunes. En aquel debate se le preguntó al candidato sobre el alza al impuesto específico a los combustibles que propone en su programa.
Boric respondió: «Respecto al impuesto a los combustibles tenemos una situación a la cual no podemos hacer ojos ciegos, que es compleja, con una economía política compleja y que está destruyendo el planeta en que vivimos. Acá tenemos que ser muy enfáticos en que nuestro desarrollo tiene que cambiar porque sino no va a haber futuro. Por lo tanto lo que nosotros planteamos son subsidios focalizados, por ejemplo, en regiones extremas o para quienes ocupen auto como herramienta de trabajo, pero uno puede tener una política transversal de bajar el precio de los combustibles, porque eso es regresivo y le hace mal al medio ambiente, aunque sea impopular me parece importante decirlo.»
El candidato de ultraderecha, J.A Kast, no tardó en hacer uso político de los dichos de su adversario, quien a través de una serie de tweets advertía a chilenas y chilenos, colectivos, taxis, micros y transportes escolares, entre otros, sobre el supuesto «castigo» de Gabriel Boric, en caso de llegar a La Moneda, haciendo caso omiso de los subsidios focalizados que el candidato de Apruebo Dignidad había explicado en el propio debate. ¿Desinformar para ganar o nula comprensión auditiva?
El impuesto a la bencina está actualmente a 6 UTM por m3 y el impuesto al dísel en 1,5 UTM por m3. Las bencinas, que ya están a más de $1.000 por litro, se posicionan como las más caras en el continente. Sin embargo, lo que no se problematiza sobre estos impuestos es que los ciudadanos comunes y corrientes son quienes los pagan, mientras los dueños de mineras y distintas industrias son los que no. En el caso de los dueños de camiones, por ejemplo, se les devuelve alrededor del 80% de este impuesto, a pesar de ser unos de los medios de transporte más contaminantes y contribuidores en agrandar la huella de carbono de Chile, a diferencia de otros transportes de carga, según sugiere la evidencia internacional.
Sin embargo, lo que pareciera estarse quedando en la retina colectiva es el alza al impuesto de combustibles para ciudadanos comunes y trabajadores de transporte de todo tipo. Frente a esto, el Equipo Económico del comando del candidato Gabriel Boric, se vio en la necesidad de explicar mejor la iniciativa y desmentir las falacias a las que se han aferrado sus opositores.
«Las grandes empresas no pagan impuesto al combustible, mientras que los que trabajan con su auto pagan un montón para llenar el estanque. Haremos que las grandes empresas (mineras, forestales, aerolíneas) paguen impuestos para poder rebajarle a la clase media sus costos por combustible y ayudar al recambio de vehículos menos contaminantes. Además, financiaremos con esos recursos una rebaja importante en el transporte público planes de conectividad y rebajar impuesto por zona geográfica según necesidad», señala el Equipo Económico del candidato de Apruebo Dignidad.
En esa misma línea, la diputada Camila Vallejos, vocera de la campaña de Gabriel Boric, confirma lo expuesto por el equipo económico y explica que esta «es una política redistributiva, que los grandes que no pagan hoy el impuesto permitan que la gente de clase media disminuya su gasto por concepto de uso del vehículo.»
De la misma forma, el diputado Giorgio Jackson, coordinador político de la campaña del candidato de Apruebo Dignidad, a través de sus redes, explicó que con esta medida la devolución del impuesto de combustibles a la clase media mejorará la situación de millones de familias.
Es cierto que el programa del candidato Gabriel Boric plantea incrementar gradualmente el impuesto específico a los combustibles a 7 UTM por m3 en promedio a nivel nacional. Pero la política se enmarca en la lógica redistributiva desde que plantea eliminar las exenciones para industrias y gran transporte particular, y con esos recursos devolver y auxiliar a las clases medias parte de su tributación por el uso de combustible en vehículos y otros artefactos como motosierra, desbrozadoras y motores para el agua, de alta relevancia y uso en zonas rurales.