La expansión de actividades industriales como la refinerías, fundiciones y relaves de la minería; los monocultivos de plantaciones exóticos de pinos y eucaliptus y sus plantas de celulosa (papeleras), todas con historiales de contaminación; el descontrol de la industria de energía el desborde de proyectos hoy disfrazándose de “hidrógeno verde”, son parte de los grandes problemas sociales y ambientales que enfrentan numerosos territorios en Chile.
En la actual Constitución Política de Chile, el derecho a la propiedad se encuentra supra estructurado, favoreciendo a ciertas elites, no asegurando que el estado resguarde debidamente derechos humanos. Esto quiere decir que el Estado no se posiciona como primer responsable de satisfacer estos derechos, sino que los ha endosado al uso y abuso de su administración de entes privados en temas tan elementales como salud, vivienda, educación, previsión, aguas, cuyo ejercicio de estos derechos no se encuentra debidamente garantizados para la población.
La actual Constitución contiene una norma de contenido ambiental en el catálogo de los derechos fundamentales, no obstante, en la práctica esta disposición ha sido más bien excluida. Su contenido en el Art. 19 No 8, se señala como garantía: “El derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación”, sin embargo, otro ámbito en la Constitución que se ha destacado es el rol subsidiario del Estado y en el reconocimiento de derechos fundamentales asociados a la libertad de empresa, derecho a la propiedad, y los derecho de aguas privatizados, existiendo múltiples casos de violación a un medio ambiente sin contaminación, generados por el descontrol y permisividad en actividades industriales señaladas anteriormente.
En el estándar internacional, adoptado por varios países en sus constituciones y leyes, están consagrados los Derechos ambientales o de la naturaleza, como sistema de normas jurídicas que regulan las relaciones de las personas con la naturaleza, con el propósito de preservar y proteger el medio ambiente en su afán de dejarlo libre de contaminación, o mejorarlo en caso de estar afectado. Sus objetivos son la lucha contra la contaminación, la preservación de la biodiversidad, y la protección de los recursos naturales, para que exista un entorno humano saludable y sustentable, con la posibilidad efectiva de ejercer los demás derechos humanos.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU declaró el 8 de octubre del 2021 que un medio ambiente limpio, saludable y sostenible es un derecho humano. El reconocimiento de esta garantía fundamental por el máximo órgano de derechos humanos es el resultado de décadas de ardua lucha de ambientalistas, activistas, pueblos indígenas, científicos y muchos otros actores de la sociedad civil.
El Consejo exhortó a todos los Estados a trabajar juntos, en conjunto con otros actores, para implementarlo. También nombró a un relator especial para el cambio climático.
También está el Acuerdo de Escazú, que es un pacto sobre derechos humanos y medio ambiente. En su esencia está la protección de la vida y los derechos de las personas que defienden la naturaleza, derechos que deben ser resguardados para todas y todos quienes a lo largo de Chile y de América Latina deben enfrentarse en desigualdad de condiciones tanto a privados como a los mismos estados que deberían velar por su bienestar.
Diversos países ya lo han firmado como parte del cumplimiento del estándar internacional de derechos, incluso algunos ya lo han ratificado para incorporarlo al ordenamiento jurídico de sus países, sin embargo, el gobierno de Sebastián Piñera se ha negado a su ratificación en Chile, indicando que “es inconveniente para Chile”, como lo señaló el canciller Andrés allamand en septiembre del año pasado, desafío que tendrá el gobierno electo de Gabriel Boric.
Entre sus contenidos principales del Acuerdo de Escazú, están: Garantizar la protección de los defensores de derechos humanos en asuntos ambientales; Garantizar los derechos de todas las personas a un medio ambiente sano; Derecho de acceso a la información ambiental; Derecho a la participación pública en los procesos de toma de decisiones en asuntos ambientales; Derecho al acceso a la justicia en asuntos ambientales.
Ejemplos de Zonas de sacrificio y violaciones a derechos humanos
“En solo 500 hectáreas sobre la bahía de Quintero y Puchuncaví, en la costa central de Chile, conviven unas 15 fuentes contaminantes dedicadas a la generación de energía, refinación de cobre, almacenamiento y distribución de combustibles y sustancias químicas”, resaltaba el medio.
Fundiciones y Refinerías de empresas mineras como la estatal Codelco. Operaciones petroleras de la empresa estatal Enap. La eléctrica Aes Gener, filial de la estadounidense Aes. La distribuidora de gas chilena Gasmar cuenta con cinco tanques para almacenar hasta 85.000 m3 de hidrocarburos y una terminal marítima capaz de recibir buques gaseros de 54.000 m3, que la convierten en una de las mayores abastecedoras de Gas Licuado de Petróleo del país. La Compañía de Petróleos de Chile (Copec) opera una terminal que produce 100.000 toneladas de lubricantes y 5.000 toneladas de grasas de lubricantes anuales. La empresa Oxiquim almacena 126.000 m3 de agentes químicos en 37 estanques. Termoeléctricas de diferentes empresas con diversas fuentes contaminantes, son parte de ese cordón.
En Quintero-Puchuncaví, Región de Valparaíso, la contaminación del aire supera los límites permitidos por la Organización Mundial de la Salud, se producen intoxicaciones masivas, hay derrames de petróleo y carbón, la tierra está quemada y se ha afectado gravemente la pesca y diversas actividades económicas locales. La lista es larga sobre los diversos episodios de contaminación, por tierra, aire y mar.
Desde hace años, en la comuna de Andacollo, norte chico de la IV Región de Coquimbo, han existido en los últimos años una serie de vulneraciones, lo que ha sido causado mayoritariamente por el funcionamiento y explotación extractivista de la gran industria minera transnacional la que ha afectado y sigue afectando a la salud física y mental de la población en una zona que el Estado chileno ha declarado como “Saturada” a causa de la grave contaminación por polución que incluye diversos componentes de metales pesados, cuyos planes de descontaminación han sido insuficientes para asegurar vivir en un medio ambiente libre de contaminación y proteger la integridad de los habitantes de manera efectiva, esto es el cumplimiento estatal de sus obligaciones en velar y proteger el derecho de las personas a desarrollarse en un medio adecuado, saludable y propicio para la vida humana.
Informes científicos y monitoreos ambientales han dado cuenta de varios hitos graves de contaminación, superando largamente los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), donde la salud pública de la población se ha visto mermada, siendo uno de los territorios más afectados en el País a causa de la mega minería.
Coronel / Lota
la comuna de Coronel está considerada como “Zona de Sacrificio”, cuyo término hace referencia a ciertos territorios que concentran una gran cantidad de industrias contaminantes, en particular centrales termoeléctricas a carbón, donde los habitantes están expuestos a diversos agentes contaminantes altamente peligrosos.
Un punto de partida es el 2003 cuando de manera unilateral y a espaldas de la comunidad se modifica el plan regulador y se instalan las termoeléctricas de Bocamina 2 (de Enel) y Santa María (de Colbún) en el sector sur.
Además, desde la ciudadanía, se ha acusado que el 2019 se aprobó que el acopio de ceniza de Enel en uno de los cerros más emblemáticos que tiene la ciudad, el cerro Millabú, se transforma en el gran vertedero, único en el mundo, un acopio de arsénico puro en el sector con grave afectación a las familias.
Se ha constatado del aumento de las enfermedades respiratorias, de los casos de cáncer y de fibrosis pulmonar, una enfermedad que hace algunos años no era conocida en la zona.
La población afectada por estas actividades supera las 100 mil personas.
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Otras zonas de sacrificio en el País, por ejemplo, a causa de termoeléctricas a carbón, son en la zona de Huasco, también en Mejillones y Tocopilla.