1.- Los trabajadores deben tener claro que no existe ninguna ley que haga exigible a los patrones, aumentar periódicamente los sueldos y otros emolumentos que se perciben, de acuerdo al alza del costo de la vida. Solo la negociación colectiva permite esa posibilidad.
Aunque existe un indicador que se llama Índice de Precios al Consumidor, IPC, que determina la inflación mensual, no se trata de un medidor plenamente confiable pues en ningún caso refleja las verdaderas alzas que ocurren en los productos de primera necesidad.
Y claro, si para establecer un índice de inflación se considera el valor de autos de lujos, joyas, pieles y viajes, junto al alza de frutas, verduras, legumbres, pollo, carne, pescado y otros de consumo regular de la población, lo más probable es que sea un indicador engañoso.
¿Y cómo se podría arreglar esto entonces, de qué manera logramos que al menos los sueldos suban en la medida en que lo hace este indicador económico? Los trabajadores deben sacarse de la cabeza eso de que lograrán mejoras si son sumisos, obedientes y no cuestionan el accionar de sus patrones. Deben entender que el camino se llama educación y organización.
2.- En efecto. Si se educa, el trabajador podrá llegar a comprender que es parte de una clase, clase social que es mayoritaria en la sociedad. Aprenderá que no es esclavo, que tiene derecho a ganar un sueldo digno, a trabajar una jornada diaria justa y a demandar beneficios económicos y sociales.
Porque si con su trabajo genera ganancias a quien lo ha contratado, es justo que también tenga derecho a disfrutar de esas ganancias. También aprenderá que en vez de tratar de mejorar de manera solitaria sus condiciones, es mejor hacerlo unido a otros.
Ante sus ojos aparecerá la figura del sindicato y el rol que este instrumento cumple si es bien guiado. Es con el sindicato que puede suscribir un contrato colectivo y lograr, entre otras cosas, que su sueldo y los beneficios que va a generar su organización, se reajusten en el IPC periódicamente, siendo lo ideal cada cuatro o seis meses.
3.- Miremos solo el año 2021, ¿Reflejarán nuestros sueldos y beneficios de enero de 2022, el 7,2%, que aumentó el IPC en el año 2021? Solo en aquellos que negociaron, que son menos del 20% del total de trabajadores chilenos.
Sería de justicia que tal reajustabilidad estuviera en la ley mayor del país que es la Constitución, pero como no siempre esta ley mayor representa el sentir de las grandes mayorías, es necesario luchar por esos cambios, de frente, exigiendo al Estado y a los patrones que los entreguen.
Tengamos por seguro que si en una empresa cualquiera todos los trabajadores tiramos para el mismo lado, ganaríamos muchos beneficios y podríamos llegar hasta cambiar la sociedad injusta en que vivimos.
Nuestra fuerza la Unidad Nuestra meta la Victoria
Por Manuel Ahumada Lillo
Departamento de Comunicaciones y Difusión C.G.T. Chile
Pulso Sindical, 17 enero 2022