Una trágica historia se hizo viral en la última jornada mostrando la cara más cruda del bullying. Se trata del suicidio de Drayke Hardman, un niño de 12 años de edad que no aguantó más el acoso en su colegio.
A través de un carrete de fotografías, los padres y hermanas de Drayke Hardman mostraron los devastadores resultados de un año de acoso, por parte de un compañero de la escuela.
“Este es el resultado de la intimidación, mi chico guapo estaba peleando una batalla que ni yo podía salvarlo. Es real, es silencioso y no hay absolutamente nada que puedas hacer como padre para quitar este profundo dolor. No hay señales, solo palabras hirientes de otros que finalmente robaron a nuestro Drayke de este lugar cruel”, contó la madre en la publicación.
El pequeño era maltratado física y verbalmente por un compañero, pero lo ocultaba a sus padres. Hasta que un día tocó fondo y acabó con su vida colgándose de la capucha de un buzo. Sus hermanas encontraron la terrible escena y aunque sus padres corrieron para intentar salvarlo, ya era demasiado tarde.
En medio del profundo dolor que muestra cada toma del momento, la madre de Drayke pidió a otros padres que «sostengan a sus bebés con fuerza».
“¿Cómo un niño de 12 años que fue amado ferozmente por todos piensa que la vida es tan difícil que necesita alejarse de ella?”, se preguntó la madre.
“Mi corazón está destrozado, no sé cómo arreglarlo, o si alguna vez lo haré, pero pasaré cada minuto enseñando bondad en la memoria de mi amigo favorito. Su propósito aquí era enseñar bondad, mostrar amor y lo hizo absolutamente, tomó a cualquiera como amigo para que tuvieran uno. Una vez que estabas en la tribu de Drayke, estabas allí para siempre”, añadió.
Este caso se hizo público por decisión de la misma familia, como una campaña para tomar consciencia sobre el acoso, “un enemigo silencioso y en muchos casos mortal”.
Amigos, familiares y extraños de Drayke adelantan una campaña para recolectar fondos y cubrir todos los gastos del funeral del pequeño, que residía en Utah, EE.UU.