La canciller de Colombia, Marta Lucía Ramírez, afirmó en una sesión virtual de la Organización de Estados Americanos (OEA), que su país ya no tiene la capacidad para asimilar a nuevos migrantes venezolanos y pidió a las demás naciones que integran el organismo que reciban a un porcentaje de esa población.
Ramírez, que participó de manera remota en una reunión del Consejo Permanente de la OEA donde el tema principal fue la migración venezolana en el hemisferio, también dijo que su país «no se había beneficiado» del perfil de migrantes venezolanos que han llegado a Norteamérica y Europa, reseñó RT.
La titular de Exteriores aseveró que los recursos que ha recibido Colombia para el apoyo de los migrantes «no alcanza a ser un 20 % del valor registrado en las mesas de donantes», una iniciativa de unos 40 países donde se ofrecieron cerca de 2.500 millones de euros en 2021 para apoyar financieramente a esa población.
La vicepresidenta hizo una serie de cuestionamientos sobre la situación de los venezolanos en su país: «¿Sabemos si no van a salir más?, ¿sabemos si no están saliendo todos los días nuevos migrantes?, ¿cómo poder asimilarlos?, ¿quién va a hacerlo?».
Tras esas preguntas, afirmó tajantemente que «Colombia no tiene la capacidad de seguir asimilando nuevos migrantes y refugiados provenientes de Venezuela». Además, les dijo a los participantes en la sesión que debían «trabajar todos», tanto para que los venezolanos «se integren de forma exitosa» en territorio colombiano como para que «la región adopte medidas de política pública que permitan ese desarrollo».
La máxima representante de la diplomacia colombiana aseguró que «para todos» la migración en la región tenía el nombre de Venezuela y agregó que los flujos migratorios de personas provenientes de ese país «tienen una magnitud sin precedentes».
Colombia sostiene que en su territorio se encuentran casi dos millones de venezolanos, lo que para Ramírez «es algo desproporcionado». Esta cifra es desconocida por Caracas que, si bien no ha divulgado sus propios números, señala que ha sido inflada por Bogotá con la finalidad de recibir más recursos, sin que haya contraloría.
Del igual forma, se refirió a la «corresponsabilidad entre los Estados» y pidió «no caer en la irresponsabilidad de cerrar los ojos y pensar: no me importa que pasen por Colombia si después eso es problema de Panamá, Costa Rica, México y EE.UU.».
«Voy a decir algo con mucha sinceridad: Colombia no se ha beneficiado de esa migración mucho más preparada, mucho mejor formada, y quizás mucho más pudiente de la que se han beneficiado otros países», expresó la canciller.
Ramírez dijo que en una «primera etapa», los migrantes venezolanos eligieron como países receptores a EE.UU., Canadá y España.
«A nosotros nos han tocado los sectores menos pudientes, menos calificados de esa migración venezolana pero aún así los hemos asumido», agregó.
Manifestó que era importante que en la OEA se debatiera sobre el manejo de los migrantes y que se trabajara en «poner soluciones reales y de fondo para que la migración se frene en todas América».
Para ella, esto se consigue con la generación de oportunidades de empleo «que permita que cada país trate de contener a sus propios ciudadanos y que contenga la migración que hoy existe».
A pesar de lo manifestado por Ramírez, las cifras económicas en su país tampoco han sido alentadoras desde el inicio de la pandemia, al igual que en buena parte de la región.
En 2020, el PIB en Colombia sufrió una contracción histórica de 6,8 % y en noviembre de 2021 hubo una tasa de desempleo de 10, 8 %, mientras que el año pasado cerró con una inflación de 5,62 %, la más alta registrada en el último lustro.
Ramírez también se refirió al Estatuto de Protección Temporal (ETPV), aprobado en Colombia el año pasado para buscar la regularización durante 10 años de los venezolanos que estuvieran en ese país, y expresó que una de las razones para ponerlo en marcha había sido entender que los migrantes iban a «contribuir al desarrollo de Colombia», puesto que pudieran representar un «valor agregado» para la economía.
Su propuesta, un año después, es que cada país dé «un paso adelante» y asuma «con mucho realismo» la posibilidad de tener «un porcentaje de esos migrantes venezolanos».
«Esto que ha hecho Colombia se puede replicar, mejorar, entre todos podemos perfeccionar un estatuto que sea regional». La vicepresidenta no pudo evitar el tema político y aseveró que mientras en el país vecino «no haya una elección presidencial libre», no habrá «solución a los males que está viviendo la región por esta migración».
Las tensiones entre ambos países han sido una constante durante todo el mandato de Iván Duque, y se incrementaron con su apoyo al exdiputado opositor Juan Guaidó, en 2019.
Caracas señala a la Casa de Nariño de participar en planes armados conspirativos para deponer a Nicolás Maduro y para generar inestabilidad.
Bogotá sostiene que el Gobierno venezolano es un factor desestabilizador en la región y que alberga a grupos irregulares colombianos. Por su parte, Venezuela argumenta que grupos narcoterroristas colombianos pretender replicar sus actividades criminales en su territorio, por lo que ha llevado a cabo una operación militar en varios estados para desarticular a estas organizaciones delictivas.