Después de 152 años, el 21 de febrero el Moai inició su retorno a Rapa Nui, luego de un complejo proceso técnico y diagnóstico para garantizar la integridad de esta escultura de roca basáltica, que constituye para este pueblo originario una encarnación ancestral.
La escultura vuelve a su tierra natal luego de estar en exhibición en el Museo Nacional de Historia Natural desde 1878. Ese año, quienes visitaron el museo podían verla en el descanso de la escalera de mármol del salón central del edificio, y posteriormente fue movida al segundo piso, donde se convirtió en la pieza central de la exhibición permanente sobre la cultura Rapa Nui, que pudo ser apreciada por el público hasta 2010.
El “Programa de Repatriación Ka Haka Hoki Mai Te Mana Tupuna”, busca el retorno a la isla de los cuerpos de sus ancestros, sus objetos sagrados y funerarios, y cumple con el compromiso de restituir bienes patrimoniales como el Moai y los Ivi Tupuna, conservados en el Museo Nacional de Historia Natural.
Para el pueblo Rapa Nui los moai representan el espíritu de sus antepasados, poseedores de energía ancestral y se consideran la encarnación viva de una persona. Para los Rapa Nui sus ancestros, objetos funerarios y materiales ceremoniales pueden estar tan vivos como los mismos miembros de sus comunidades.
Desde el MNHN hasta Rapa Nui
El Moai es una escultura monolítica en roca basáltica que pesa 715 kilos, y está montada sobre una plataforma de hormigón de 230 kilos. Para su traslado se construyó una nueva base metálica, de 116 kilos y un embalaje especial para su protección que pesa 194 kilos. Son en total 1.255 kilos que debieron ser movidos desde el segundo piso del MNHN hasta el camión que lo trasladó hasta su punto de embarque en el puerto de Valparaíso, desde donde zarpará el próximo 28 de febrero en la barcaza Rancagua.
Por ello, la nueva base de acero fue galvanizada por inmersión completa, confeccionada con perfiles unidos mediante pernos y soldaduras continuas y uniformes, y cuenta con un sistema de estabilización antivuelco, que servirá como base estructural de la caja de embalaje y permanecerá de modo definitivo para su exhibición en Rapa Nui. Al llegar a la zona de embalaje el moai se cubrirá con una primera capa de protección, una tela no tejida respirable, que no se adherirá a la superficie de la piedra. Luego, su caja contará con un soporte interior rígido y acolchado, y con una aislación interior.
La maniobra de descenso del Moai desde el segundo piso del MNHN fue ejecutada mediante una estructura metálica compuesta por dos torres, la que soporta un riel de traslación desde donde fue elevado con su caja de transporte, desplazándose por el riel y luego descendiendo por la otra torre hasta el nivel 0, lugar desde donde fue movido a su punto de salida del Museo.
Historia del retorno
El viaje que llegó a su etapa final, se inició a fines del 2018, cuando la comunidad Rapanui representada por las organizaciones CODEIPA, Consejo de Ancianos y Comunidad Indígena Ma’u henua, solicitaron mediante una carta el retorno de algunas piezas a la isla.
En febrero del 2019, la ministra Consuelo Valdés se comprometió con la comunidad a regresar uno de los tres moai que hoy permanecen en el Museo Nacional de Historia Natural, para ser conservado y exhibido en el Museo Antropológico Padre Sebastián Englert de Rapa Nui. El moai seleccionado fue el denominado moai (Nº de inventario 3208), debido a que presentaba un buen estado de conservación, además de ser el único de los tres tallado en roca basáltica.
El complejo proceso efectuado para mover el moai, su embalaje y traslado al puerto de Valparaíso tuvo que enfrentar muchos desafíos debido a que estaba ubicado en una parte del edificio del MNHN dañada por el terremoto de 2010, además de la emergencia sanitaria, que retrasó el plan de traslado.
Finalmente, gracias a la asesoría técnica y coordinación del Centro Nacional de Conservación y Restauración, del Servicio Nacional del Patrimonio como el de ASMAR, la Armada de Chile y el mismo MNHN, pudo ser sacada del museo y trasladada a su punto de embarque. Al retornar a su tierra de origen, este moai se exhibirá en el Museo Antropológico Padre Sebastián Englert de Rapa Nui.
¿Cómo llegó el moai al Museo Nacional de Historia Natural?
Para ello es necesario remontarse a 1870. Entonces, la corbeta O’Higgins, al mando del comandante José Anacleto Goñi, realizó un viaje de instrucción que tenía como destino Rapa Nui. Para dicha travesía, el entonces ministro de Marina, Francisco Echaurren, dio especiales instrucciones de traer una estatua de piedra para el Museo Nacional, dirigido en ese momento por Rodulfo Amando Philippi.
La corbeta O’Higgins llegó a Rapa Nui el 23 de enero de 1870. En las inmediaciones de la isla, fueron recibidos por el ex militar y marino francés Jean-Baptiste Dutrou-Bournier, quien llegó a Rapa Nui en 1868, se casó por la fuerza con Koreto Pua A Kurenga, a quien denominó reina, formó una milicia local contra los misioneros y pretendió establecer un protectorado francés. Según el diario de navegación del capitán de fragata Luis Lynch, Dutrou-Bornier ofreció un par de moai a la tripulación de la corbeta O’Higgins, solamente pudo ser traído el más pequeño.
El 16 de marzo de 1870, el moai fue entregado por el comandante Ignacio Luis Gana a Philippi, con el fin de enriquecer la colección polinésica de la institución. Desde 1870 en adelante, el moai fue parte importante de la exhibición del MNHN, incluso antes del interés oficial del Estado de Chile sobre la isla.
Cristian Becker, Director (S) y Jefe Curatorial y Científico del MNHN ha supervisado este proceso que tomado varios meses en su desarrollo. Becker valora el traslado del moai a Rapa Nui, señalando que “como museo nacional es de gran importancia para nosotros poder ser partícipes en el proceso de retorno de este moai a la isla de Pascua. Es la culminación de un trabajo que ha involucrado a variadas instituciones del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, que han realizado una fructífera labor conjunta, cuyo feliz desenlace será el reencuentro del moai Tau con el pueblo Rapa Nui. Creemos también que este proceso es profundamente significativo como un gesto hacia nuestros pueblos originarios”. / MNHN