En la tarde del pasado miércoles 2 de marzo falleció Ruperto “Peto” Tepano Teao (48), uno de los pacientes rapanui que se encontraba dializándose en Santiago. Desde hacía un año y tres meses se encontraba junto a su esposa Maritza residiendo en el hotel Plaza Londres -una de las casas de acogida para pacientes del Hospital Hanga Roa-, para recibir el tratamiento al que no podía acceder en la isla.
Antes de la falla renal que lo obligó a viajar al continente, “Peto” vivía en el campo plantando la tierra y cuidando de sus animales, junto a sus tres hijos y tres nietas. No solo era agricultor y ganadero, también se desempeñó como pescador, artesano y bailarín. Esta última faceta lo llevó a viajar junto a un grupo de jóvenes a distintas partes de Chile –Coyhaique, Aysén, Puerto Ibáñez, Chiloé, Puerto Cisnes, San Antonio, Cartagena, entre otros-, con el deseo de mostrar sus bailes y su cultura.
Incluso mientras recibía tratamiento de diálisis en la capital conformó un grupo junto a otros residentes del hotel, con quienes acudió en enero pasado al Museo Nacional de Historia Natural para recibir ceremonialmente los más de cien “Ivi Tupuna” –restos de sus ancestros-, que la entidad devolvía a la isla.
Uno de sus mayores miedos quedó registrado en una entrevista concedida a este medio, realizada el día miércoles 26 de enero: “Uno se mentaliza en la isla de que cuando uno viene a dializarse se viene a morir, porque toda la gente que ha venido a dializarse acá ha vuelto por debajo del avión, muertos. Muertos por echar de menos a sus familias, sus formas de vivir, sus tierras y por estar años de años acá, eso te va apagando”, contó en dicha ocasión.
Su miedo lamentablemente se cumplió.
“Son años en los que familias han luchado y muchos han tenido que venir y quedarse aquí”, denunciaba desde el hotel Plaza Londres, Lola Tuki Pate, prima hermana de Ruperto Tepano.
Hoy la viuda de “Peto”, Maritza, intenta volver a la isla con los restos de su marido, pero se ha encontrado con el rechazo de las autoridades. Si bien ella no cuenta con la vacuna contra el Covid-19, ya se ha realizado un examen PCR –pronto le entregarán los resultados- y está dispuesta a efectuar una cuarentena preventiva cuando vuelva a su hogar, pero las autoridades de Rapa Nui persisten en su negación.
Sus familiares en la isla han recurrido al delegado presidencial de la Provincia de Isla de Pascua, Mai Teao Osorio; han intentado comunicarse con el alcalde, Pedro Edmunds Paoa; y están solicitando la ayuda del Gobernador Regional de Valparaíso, Rodrigo Mundaca. Maritza se encuentra desesperada y lo único que pide es poder retornar a la que siempre fue su casa, con su familia.
El duelo que están viviendo y el alejamiento que aún sufren ha sido causado, en parte, por el abandono del Estado chileno a un pueblo que lo único que reclama es volver a tener a sus seres amados y enfermos devuelta.
«Iorana Peto, ka oho riva-riva koe ki te rima o te ‘Atūa» / «Saludos Peto, que te vaya bien en tu viaje a las manos de Dios», agradecimientos a Aru Pate Hotus.
La desidia del Servicio de Salud Metropolitano Oriente
La demanda de un Centro de Hemodiálisis en Rapa Nui se ha venido levantado durante años por parte de los familiares y conocidos de los pacientes dializantes. Por este motivo el Consejo Municipal de la isla aprobó un presupuesto de $400 millones para la implementación de dicho centro y recursos por $18 millones mensuales para su mantención.
El presupuesto se inscribe en un proyecto de centro presentado por el cirujano digestivo Carlos Schlack y apoyado por el municipio. Para su avance y materialización era necesario establecer un nexo jurídico entre la Municipalidad de Rapa Nui y el Hospital Hanga Roa en forma de contrato o convenio, con la finalidad de que una casa, propiedad del hospital, pudiera ser modificada y habilitada como Centro de Hemodiálisis con los fondos municipales.
El convenio ya fue presentado al Servicio de Salud Metropolitano Oriente (SSMO) –dirigido por María Elena Sepúlveda-, mismo organismo que en mayo pasado en una reunión por Zoom se habría mostrado favorable en torno al proyecto presentado por la Municipalidad de la isla.
Los meses pasaron y desde el SSMO no había una resolución sobre la propuesta de convenio entregada. Por lo mismo en enero de este año el doctor Schlack decidió viajar a Santiago en calidad de comisión de servicio y reunirse con la directora del servicio de salud. El mismo día en que estaba agendada dicha reunión le avisaron de su cancelación, puesto que María Elena Sepúlveda habría sido contacto estrecho de Covid-19.
El lunes 21 de febrero se llevó a cabo una marcha pacífica en la isla, decenas de familiares y conocidos de los pacientes en tratamiento de diálisis en el continente seguían demandando una respuesta para poder habilitar, finalmente, el tan ansiado Centro de Hemodiálisis.
Hasta la fecha no hay respuestas ni sobre el convenio, ni sobre el proyecto de centro por parte del Servicio de Salud Metropolitano Oriente.
Sigue leyendo: “Desarraigo o muerte: Las opciones que entrega el Estado de Chile a rapanuis que necesitan dializarse”.
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