Superando la barrera de los 2/3 ahora estas normativas pasan al borrador de la propuesta de nueva constitución política para Chile.
En Pleno de la Convención Constitucional aprobó por 2/3, artículo sobre Derechos de la Naturaleza, artículo definido en la Comisión de Principios Constitucionales. Ya es parte del borrador de la nueva Constitución.
Parte de los contenidos, se refieren a:
Naturaleza. Las personas y los pueblos son interdependientes con la naturaleza y forman, con ella, un conjunto inseparable.
La naturaleza tiene derechos. El Estado y la sociedad tienen el deber de protegerlos y respetarlos.
El Estado debe adoptar una administración ecológicamente responsable y promover la educación ambiental y científica mediante procesos de formación y aprendizaje permanentes.»
También la semanada pasada, el pleno aprobó parte del informe de la comisión de principios de la Convención que también pasa a borrador: «Chile es un Estado social y democrático de derecho. Su carácter es plurinacional e intercultural y ecológico».
Sin embargo, aún falta en que vuelva a ser tratado por el pleno artículos del informe de la Comisión de Medio Ambiente en cuya votación la semana pasada, sólo se aprobaron seis artículos para ser parte de la nueva carta magna, la que tendrá que mejorar aspectos de redacción y alcance.
En dicha ocasión, las normas aprobadas se refieren a crisis climática y ecológica, deberes del Estado con la Naturaleza, derechos de los animales no humanos, derecho de participación ambiental y Derecho de acceso a la información ambiental, las que han sido consideradas como un importante avance, sin embargo, aún no está explícita el rol del Estado de Chile con respecto al cuidado de la Naturaleza.
Propuestas de normas estancadas
Para el sociólogo Andrés Kogan Valderrama, hay varios artículos que quedaron fuera de aprobarse, posibilitan un giro ecocéntrico y descolonizador de parte del Estado de Chile, que fuera más allá de la mirada occidental sobre la Naturaleza, la cual la ha visto históricamente de manera pasiva, externa y como un mero recurso natural para explotar y cubrir necesidades humanas ilimitadas, dentro de un planeta con límites finitos.
“El caso del rechazo del artículo 4 por ejemplo, referido al Reconocimiento y Protección de los Derechos de la Naturaleza, y que plantea una diversidad de concepciones sobre la Naturaleza misma (Mapu, Pacha Mama, Pat’ta, Hoiri, Jáu, Marremén), preexistentes al Estado mismo, nos muestra el rechazo a una propuesta pluriversal, al entender la Naturaleza desde solo un punto de vista”.
También indica: “No es casualidad, por tanto, que se rechace el artículo 26 sobre Principios Ambientales, en donde se plantea una interdependencia entre todos los componentes de la Naturaleza, incluido el humano, lo que choca obviamente con el relato de la modernidad, el cual separó radicalmente naturaleza y cultura”.
Asimismo señala: “En lo que respecta a Medioambiente y Bienes Comunes Naturales, es grave que se hayan rechazado todos los artículos (del 12 al 19), ya que defender una Naturaleza en abstracto, sin proteger de manera irrestricta algunos de sus componentes básicos, como lo son el aire, los glaciares, la criósfera, el fondo marino o la alta montaña, solo servirá para que el extractivismo se fortalezca más aún y que los territorios sigan siendo colonizados”.
También comenta: “Asimismo, es muy lamentable que se haya rechazado también el artículo 22, referido a la Biodiversidad, en donde el Estado se compromete a proteger, restaurar y conservar sus vínculos ecosistémicos, lo que cerraba la puerta a que el negocio forestal, minero, agroalimentario y energético se siga expandiendo descontroladamente en el país”
En consecuencia, para el sociólogo: “La lista de artículos rechazados es larga y en muchos otros ámbitos también (Construcción en armonía con la vida, Democracia Ecológica y Plurinacional, Gestión de Residuos), lo que nos lleva a reflexionar si realmente tendremos o no una Constitución ecológica, que haga frente a la crisis civilizatoria que nos encontramos”. Kogán Valderrama concluye: “Se podrá decir que buena parte de estos artículos rechazados, serán nuevamente discutidos y presentados para ser votados de manera general en el pleno de la Convención Constitucional, pero no será fácil, dado lo transformador que puede ser esta comisión, la cual lo que está poniendo en cuestión finalmente, es el modelo económico insostenible que existe en Chile, intentando así descolonizar la idea que tenemos de Naturaleza (…) Por lo mismo, el mundo más conservador del país ha señalado que lo planteado por la comisión de Medio Ambiente es maximalista y proveniente de un ecologismo radical, escondiendo así su terror de que por primera vez en la historia de Chile, la Naturaleza deje de ser una mercancía y el cuidado de la vida se ponga en el centro a nivel constitucional, por sobre la propiedad privad