En la década de los 80´s, Paul A. Volcker, economista (D), ex presidente de la FED durante las presidencias de Jimmy Carter y Ronald Reagan, llamó la atención de todos, porque debió subir los tipos de interés por encima del 20% para controlar la inflación que en marzo de 1980 llegó a registrar un 14,8%, la cual luego cayó por debajo del 3 % en 1983. La entereza de este economista, que no era de izquierda ni algo parecido, fue tener la fortaleza moral para decir que debían revertirse las políticas erróneas y excesivas de sus predecesores en la FED, y por consecuencia, de los políticos que habían estimulado y propiciado un gasto que sobrepasaba el equilibrio financiero de Estados Unidos, además de ser una pesada carga para el mundo.
William Poole, expresidente de la Reserva Federal de San Luis, en un homenaje en 2005, llegó a decir: “Sin su atrevido cambio en la política monetaria y su determinación para mantenerla a través de varios dolorosos años, la economía de EE.UU., habría continuado su espiral de descenso». “La junta de la Reserva Federal (FED) de Volcker recibió los ataques políticos más fuertes y las protestas más generalizadas en la historia de la Reserva Federal, debido a los efectos de las altas tasas de interés en los sectores de la construcción, la agricultura, la industria, etc.…”, que funcionaban con un dólar desvalorizado, favoreciendo el comercio exterior. P. Volcker fue una de las personas más inteligentes que haya pasado por la FED, sobrepasando a sus antecesores y a quienes le sucedieron como Greenspan, Bernanke o J. Yellen.
Citar a este economista, que no era ajeno a la estructura económica y política norteamericana, es para señalar su apego a una racionalidad profesional de sentido común para aplicar límites, que se traspasaban sistemáticamente con los déficits crecientes, los aumentos de deudas y en una masiva impresión de dólares, todo acompañado de un gran proceso de desregulación. Se fue desarmando la regulación que antes había establecido Franklin D. Roosevelt, a quien le correspondió arreglar el descalabro de la Gran Depresión de 1929.
Los políticos en Washington se han ido autoconvenciendo que ser parte del imperio más grande y con la mayor fuerza militar, les permite poco menos que “doblarle la mano” a las leyes de la física e imponer al resto de las economías lo que quieran, como los pagos de exportaciones con dólares devaluados, en la concesión de créditos, en las reservas que deben acumular los bancos centrales, las inversiones, etc.
Volcker era conservador y partidario de un mayor control de la banca, por la desconfianza que le generaba el sector bancario. Su sagacidad le permitió advertir los excesos que cometían los grandes grupos financieros y aplicó una defensa estricta de supervisión por parte del gobierno, lo cual era contrario a la desregulación que harían los políticos, y eso le costó el cargo. El economista y premio Nobel, Joseph Stiglitz, llegó a decir sobre él, “fue despedido porque la administración Reagan no creía que fuera un desregulador adecuado”.
La importancia de citar el caso de P. Volcker, de la década de los 80´s, dice relación con la misma matriz que observamos hoy en EE.UU. y en el mundo, con una excepción, no tienen un Volcker capaz de arreglarla. Son las mismas características que surgieron en las crisis anteriores, acentuadas por el rol de la ingeniería financiera que aportaron las universidades, como la de Chicago, que sumaron sofisticados y “novedosos” mecanismos financieros, los cuales distribuyeron en todo el mundo, en especial, en países con grandes recursos naturales. En el año 2000, la FED sube los intereses al 6,5%, y rompe la burbuja de las Puntocom. En el año 2008, la FED sube la tasa al 5,5% y rompe el mercado inmobiliario. El 2018, la FED sube al 2,75%, rompe la bolsa primero y luego el mercado de repos.
Hoy asistimos a lo que se llama la “burbuja de todo”, en acciones, hipotecas, bonos, vivienda, deudas, etc., estimándose que es la mayor crisis en curso que enfrenta Estados Unidos y el mundo, a pesar de la renuencia de la FED para reconocer la gravedad de la inflación, y por eso se estima que apenas subirá las tasas en 25 puntos base a fines de marzo, que es como frenar un avión Airbus A380-800 con los frenos de una bicicleta.
La burbuja financiera global fue una creación de los bancos centrales, quienes ampliaron la base de los bancos comerciales, los cuales dispararon el crédito bancario a las nubes y dieron carta blanca a los países para replicar el mismo modelo. Las reservas internacionales de China se inflaron en alrededor de US$ 1,5 billones durante el período de la burbuja financiera hipotecaria (2008), para luego aumentar a un máximo de US$ 4,0 billones, en el periodo del segundo QE (Expansión Cuantitativa). Las burbujas tienen la capacidad para redistribuir y destruir riqueza, sin embargo, la guerra Rusia/Ucrania/OTAN, plantea agravantes que no podemos soslayar, porque los efectos los sufrirá todo el planeta.
El actual desequilibrio económico y financiero es monumental. Su origen proviene de una enorme crisis que afecta a la humanidad y que está irrumpiendo debido a la grosera desigualdad en la distribución del ingreso y a la excesiva concentración de la riqueza. La gravedad de la crisis de la burbuja de “todo” es que ésta fue creada por los principales bancos centrales, en especial por la FED, y cuando las burbujas son alimentadas por “dinero sin respaldo”, los instrumentos de crédito comprometidos como seguros y líquidos, se vuelven en una quimera perniciosa a nivel mundial, porque el crédito lo pone el banco central imprimiendo dólares y luego lo traspasa al gobierno para gasto, quien lo transforma en deuda del gobierno a través de simples papeles. Es el gran invento que permite financiar gastos, sin mover un músculo, porque no se crea riqueza alguna.
El secretario general de la OPEP, Mohammed Barkindo, dijo sobre las prohibiciones a las importaciones de petróleo ruso “No hay capacidad en el mundo que pueda reemplazar siete millones de barriles por día”. El presidente J. Biden sabe eso, sin embargo, firmó la prohibición al petróleo ruso y, además, ha firmado el miércoles 9 de marzo una orden ejecutiva para evaluar «con urgencia» la creación de una moneda digital estadounidense respaldada por la FED, sus posibles beneficios y riesgos. El daño no se limitará a Rusia. Las ineficiencias y la falta de liquidez se extenderán a todas partes del sistema financiero global y el paso a un dólar digital futuro es un paso para un control monetario que puede bloquear el dinero, traspasar, aumentar, pagar, ubicar el dólar, etc., sin que Ud., o los países puedan hacer nada. Rusia y China firmaron recientemente un acuerdo comercial que dura décadas, en el que Rusia proporcionará gas y petróleo a China y el comercio se liquidará en yuanes (y/o productos de China). La red bancaria SWIFT de pagos internacionales está siendo suplida por el sistema de pagos chinos. Si China y Rusia lanzan un rublo/yuan respaldado en oro, significaría el fin del dólar como moneda de reserva única del mundo. Entre estos dos países, tienen las mayores reservas en oro. Entonces, existen razones de fondo, que nuevamente no son declaradas por las partes.
El objetivo de la FED de aumentar las tasas es desacelerar el crecimiento económico, lo cual es demasiado tarde para reducir una inflación desatada, pero es un indicador para marcar el inicio de la recesión. Desafortunadamente, con la economía ya desacelerándose, un endurecimiento adicional supone un riesgo muy alto para una contracción económica, dada la adicción a las tasas bajas para respaldar el crecimiento económico. Además, Estados Unidos ha militarizado el dólar al restringir su uso a países que la administración desea castigar, como Irán, Rusia y otros. Esta forma de respuesta invisibiliza otras razones de fondos. A la FED le gusta la inflación, porque licúa los excesos de dólares y no desea hacer lo que hizo P. Volcker, sanar la economía de EE.UU., porque ya es muy tarde y solo la destruiría.
Dado que las utilidades están altamente correlacionadas con el crecimiento económico, las ganancias no sobrevivirán a las subidas de tipos. La FED está en una encrucijada, los precios al productor han aumentado más rápido que los precios al consumidor. Eso indica que las empresas están absorbiendo gran parte de los costos de los insumos, y no pueden trasladarlos como aumentos de precios a los consumidores, por consiguiente, la absorción de los nuevos costos afectará las utilidades. Si logran traspasar los aumentos al consumidor, presionará los salarios al alza o caerá la demanda. El QE (expansión cuantitativa) llega a su fin después de comprar casi US$ 6 billones de bonos del Tesoro y bonos hipotecarios en los últimos dos años, con un balance en la FED sin precedentes de 8,4 billones de dólares.
La inflación está fuera de control, y no se puede culpar a la pandemia de Covid ni a la guerra rusa/ucraniana, porque llevan décadas repitiendo los mismos ciclos, recesión e inflación y estarán presentes hasta que el dólar desaparezca como la principal moneda de reserva del mundo. Puede ocurrir que la FED destruya la economía y el mercado de valores, si se ve obligada a subir las tasas de interés en forma severa para sanar la economía, como lo hizo P. Volcker; el problema es que hoy la cuantía de la crisis es tan impactante, que paralizaría la economía mundial y por eso, solo se espera un aumento de tasas de 2% para 2022. La deuda total de los hogares estadounidenses alcanza los US$ 15,8 billones de dólares en el cuarto trimestre de 2021, según la FED de Nueva York. El increíble aumento de la deuda nacional bruta de EE.UU., alcanza a US$ 30 billones, un aumento de US$ 6,5 billones desde marzo de 2020. Barclays estima que el total de bonos basura y préstamos apalancados alcanza alrededor de US$ 860 mil millones este año y el mercado bursátil pueden ser US$ 700 mil o US$ 800 mil billones. China no se volvió tan poderosa financiera, económica, militar ni geopolíticamente importante, sin la prolongada burbuja estadounidense y la burbuja global, alimentada por el dinero barato de la FED y de otros bancos centrales. Es más fácil culpar al de enfrente, no asimismo.
En conclusión, son múltiples los indicadores que muestran el debilitamiento económico neoliberal de EE.UU., y de gran parte del mundo occidental que ha seguido dicho modelo económico. La estrategia para revitalizarla ha sido presionar a los países que fueron de la órbita rusa, para alienarlos a Occidente, mediante la intervención de los gobiernos, golpes de Estados, etc. Otros casos como Corea, Irak, Afganistán, Panamá, etc., fueron resueltos invadiéndolos militarmente y asunto concluido. Pero cercar a Rusia, pensando en incorporar a Ucrania a la OTAN y a la UE, implicaba facilidades para luego instalar misiles en la frontera con Rusia. Eso cambió las prioridades desde el campo de las gestiones diplomáticas al campo de la guerra con Ucrania, que en realidad es una guerra indirecta de EE.UU., a través de los países de la OTAN, con Rusia. Se rompieron los límites del dominio global político y económico de facto que era ejercido casi exclusivamente por los Estados Unidos y algunos países socios. Las causas profundas las hemos señalado, un sistema económico neoliberal en descomposición de un imperio en decadencia, que está aumentando la pobreza y el rechazo de la población en numerosos países, debido al mismo resultado; pobreza endémica, desigual distribución del ingreso y la acumulación de la riqueza global en un reducido grupo de personas.
Después de la II G.M., la OTAN debió finalizar su actividad cuando finalizó el Pacto de Varsovia. Solo se explica su continuidad para seguir creciendo y eliminar el peligro geopolítico de un imperio ruso/chino y otros países, que le han ido quitando liderazgo, a pesar del enorme gasto militar deficitario. Debemos recordar, como ejemplo, que un solo avión de combate como el F22 Raptor, cuesta US$ 250 millones y el costo operativo para volar ese avión es de US$ 59.000 la hora. Un tanque como el AMX-56, francés, se estima su precio en más de € 11,7 millones. Desde 1989 se han construido más de 850 unidades, que ha sido un auténtico fracaso para Francia, por valor de € 9.945.000.000. El FGM-148 Javelin es un misil antitanque portátil (se han construido 10.000 unidades), que puede ser disparado por un solo soldado. Desarrollado en EEUU., a un precio de US$ 174.000 por unidad, incluido el sistema de lanzamiento. El Armata T-14, el carro de combate ruso más avanzado cuesta US$ 4,4 millones. Son valores aproximados, por la reserva sobre el tema armamento, sin embargo, pueden darle a Ud. una idea de la cantidad de equipo militar que se emplea y destruye en una guerra, y comprenderá porqué EE.UU. tiene un presupuesto de casi US$ 800 mil millones al año, que es casi el 40% de todo el gasto militar del mundo.
La gran pregunta es: ¿insistirán en la conquista del espacio euroasiático, sosteniendo un monstruoso gasto militar mundial, para dar paso a una nueva conformación geopolítica que resuelva el dilema de conseguir los recursos económicos escasos, traspasando las fronteras de otros países, obsesionados en mantener la afinidad de una política neoliberal para imponerla, cueste lo que cueste? Lo anterior nos lleva a pensar que seguirán con la idea de crecimiento con energía barata, materias primas, bajos costos salariales, etc., donde se agrupen EE.UU., y los socios europeos, todos fuertemente armados. Posiciones como esa nos lleva a pensar en el otro bloque, formado por China, Rusia y tal vez India, que sumarán su poder bélico para disputar no solo las materias primas, las energías, el dominio con una moneda de reserva propia, etc., sino para cambios con ambiciones imperialistas que impliquen grandes tensiones y probablemente la desglobalización económica del mundo, con un enormes sufrimiento para la población civil, tanto en los períodos de transición, como cuando se midan en una guerra, que guste o no, partirá como convencional, pero prontamente se volverá en una guerra nuclear.
Nadie está pensando en invertir en la paz, se ha perdido la fe en el ser humano y se prepararán para dejarlo solo o destruirlo con más guerras; es la entretención de los muy ricos; los pobres sólo tienen la esperanza de poder trabajar.
Por Mario Briones R.