Los húngaros acudirán mañana domingo a las urnas para valorar la continuidad de los 12 años en el poder de su primer ministro Viktor Orban.
Los comicios tienen lugar en medio de una tensa campaña dominada por la guerra en Ucrania, con una leve ventaja en los sondeos para el primer ministro saliente Viktor Orban, en el poder desde hace 12 años y que enfrenta a una oposición que por primera vez está unida, reseñó la agencia AFP.
El Fidesz, su partido, «es favorito en las encuestas de opinión» pero su ventaja es estrecha y el dirigente nacionalista de 58 años jamás se ha enfrentado a una incertidumbre semejante, aseguró Bulcsu Hunyadi, analista del instituto independiente Political Capital.
«Todas la opciones están sobre la mesa» dijo Hunyadi, y considera crucial la «última movilización» para convencer a los indecisos, estimados en medio millón en este país de 9,7 millones de habitantes.
Orban convocó este viernes a sus partidarios en la ciudad de Szekesfehervar, a menos de una hora de carretera de Budapest.
El líder de la oposición, Peter Marki-Zay, congregará a sus apoyos el sábado en la capital, pocas horas antes de la apertura de los colegios electorales.
– Retórica «eficaz» –
El gobierno, que rehúsa entregar armas a Ucrania, «ha logrado circunscribir la problemática» de la invasión rusa a Ucrania, planteándolo en una pregunta muy simple: ¿debe Hungría participar o no en la guerra?», destacó Hunyadi.
«Este mensaje ha sido más eficaz que el de la oposición, que ha centrado sus críticas» en los vínculos de Viktor Orban con el Kremlin, explicó.
Además los dos adversarios políticos no luchan con armas iguales, según él: «la maquinaria de propaganda del poder ha desempeñado un rol decisivo» al «deformar la realidad» y las palabras de la oposición, afirmó el experto, que alude además a un sistema electoral que favorece al Fidesz.
«Las reglas del juego son absolutamente equitativas» replicó el portavoz del gobierno, Zoltan Kovacs, interrogado por la AFP, que califica al candidato opositor de marioneta que «no tiene ni partido ni grupo en el Parlamento».
Peter Marki-Zay, atípico alcalde conservador de 49 años, tiene ciertamente la difícil tarea de congregar tras él a seis partidos heterogéneos, de derecha, socialdemócratas o ecologistas.
Unidos por su voluntad de derrotar al «autoritario» Orban, estos partidos quieren acabar con la transformación «iliberal» emprendida desde 2010, que según Bruselas han implicado varios atentados contra la democracia.
La elección «nunca ha sido tan clara» insistió Marki-Zay. Hay que optar «por la de Europa, no por la del Este» dijo, en alusión al acercamiento con Moscú y Pekín, realizado por el dirigente húngaro, muy crítico además con la UE.
– «Aislamiento» internacional –
Orban fue además directamente señalado por el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, que lo instó en un videomensaje a elegir su bando.
«Si el precio a pagar para proteger los intereses húngaros es el aislamiento, el primer ministro no lo dudará» comentó el portavoz gubernamental Kovacs, quien recuerda «la dependencia de Hungría» ante el petróleo y gas rusos.
El expresidente estadounidense Donald Trump ha aportado su «más absoluto apoyo» a Orban, a quien califica como «tenaz e inteligente».
Mientras el portavoz gubernamental elogia el «éxito económico» de Hungría, la oposición no ha dejado de criticar la política «irresponsable» de las autoridades, en un contexto de inflación galopante y debilidad del forint, la moneda local, ante el euro.
Durante la campaña, el gobierno ha multiplicado las medidas para seducir a los electores, como poner límite a los precios de los carburantes o rebajas fiscales.
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