Horas decisivas vivirá la propuesta, y que nace del clamor de las comunidades locales, luego de décadas de explotación indiscriminada de estos humedales, importantes reservorios de agua que se ubican, en su mayoría, desde Chiloé a la Patagonia.
La gran amenaza, como suele ocurrir, es el impacto del hombre, pues su atractivo comercial los hace objeto de constante extracción sin mayor regulación ni fiscalización, lo que pone en riesgo su existencia y las grandes bondades que prestan al planeta.
¿Por qué es importante concretar su resguardo? Pomponeras y turberas tienen características únicas en su tipo, que permiten que durante la época de invierno almacenan agua de forma cuantiosa, para luego, llegado el verano, soltarla en los entornos en los cuales se encuentran inmersas. Asimismo, tienen la destacable capacidad de capturar el CO2 presente en la atmósfera y que causa el calentamiento climático que vive todo el planeta.
Por todo esto, diversas organizaciones, comunidades, expertos y científicos insisten en la necesidad de concretar la Ley, para lo que piden un rol más activo del Gobierno de Gabriel Boric y del nuevo Congreso, de manera de asumir la emergencia climática a través de la conservación efectiva de estos ecosistemas, ante el innegable impacto que ha generado la constante intervención humana y un Estado ausente.
«Hoy existen pruebas suficientes: a mayor disminución de precipitaciones, mayor rapidez en la degradación de las turberas. Arrancar al pompón acelera este proceso. Sin agua este singular ecosistema se transforma de sumidero a fuente de CO2, algo gravísimo considerando el contexto de sequía y crisis ambiental en el que estamos. Son hechos, la gestión ecosistémica de turberas debe considerar al pompón como un elemento fundamental para su conservación», expresó Verónica Calderón del Movimiento Defendamos Chiloé.
Desde la ONG Ecosistemas, Mitzi Urtubia comentó que «desde Aysén esperamos que el Gobierno a través de sus Ministros, y el Congreso en su conjunto, den muestras concretas en avanzar hacia la protección de las turberas y pomponales, porque estos son ecosistemas claves en el almacenamiento de gases de efecto invernadero y para la regulación climática. Hoy la vía es aprobar la Ley de Protección Ambiental de Turberas en el parlamento y no dejarse presionar por quienes las extraen, en actividades informales con severos impactos ecológicos para las regiones del sur de nuestro país».
El Doctor en Microbiología y docente de la Universidad de Magallanes, Roy Mackenzie, dijo que «la turbera es una unidad que se compone de humedal y turba, y cualquier alteración de esos 2 componentes o del agua que la irriga va a ser un problema. Entonces nosotros deberíamos medir el impacto que podríamos generar en las turberas a partir de esos elementos, y sin embargo, acá en Chile a pesar de las tremendas extensiones que tenemos desde la Décima Región hacia abajo, no se han tomado en serio los estudios que necesitamos sobre las microcuencas que son las turberas y que tienen todo un tiempo de residencia del agua que es importante conocer y que va definiendo finalmente el tiempo de vegetación que crece por ahí encima».
El Director de Chiloé Protegido, Joel Peña, destacó que “creemos que el diálogo entre diversas posturas es siempre importante y necesario, pero al mismo tiempo, creemos que el respaldo científico es claro y rotundo sobre que no existe aún, suficiente información y evidencia que permita decir que el pompón se pueda extraer de forma sustentable, no debemos perder de vista lo importante de esta ley, cuidar nuestro recurso más preciado, el agua, y entendiendo también que las turberas y pomponales, son fundamentales en la batalla del cambio climático que ya está aquí»
Por todo lo anterior, las organizaciones y comunidades locales del sur de Chile están expectantes de lo que ocurra con la votación de la iniciativa legal, la última esperanza que tienen estos aliados climáticos para enfrentar uno de los más complejos escenarios que ha tenido el planeta durante las últimas décadas.