Autores: Jorge Molina Araneda y Patricio Mery Bell
En la antesala de la votación en la Comisión de Constitución de la Cámara Baja del quinto retiro de fondos de pensiones, el Gobierno ingresó un proyecto de ley que consiste en un rescate, pero no de libre disposición, sino que, de acuerdo a las nuevas autoridades gubernamentales, con un «criterio de seguridad social». La iniciativa permite un mecanismo permanente para el pago de pensiones de alimentos, y otro para pagar deudas de arrastre de servicios básicos, ahorro para subsidios DS-1 y DS-59, y para el pago de morosidad del crédito hipotecario.
Sin embargo, el sistema vigente no tiene seguridad social en la medida que paga muy malas pensiones y que el único objetivo que ha cumplido ha sido dinamizar con recursos el mercado de capitales e inyectar con recursos frescos y de bajo costo a los grupos económicos, bajo el argumento del crecimiento y la generación de empleo.
Millones de personas podrán sacar sus recursos con el proyecto de quinto retiro emanado del Congreso Nacional, eso no es marginal. Además, expresar que cuatro millones y medio de personas se van a quedar sin pensión, porque se quedarán con saldo cero y no informar que de esos cuatro millones y medio, tres millones tiene 35 años de edad, es mentirle a la ciudadanía, porque son personas que han comenzado a cotizar recientemente, después van a volver a cotizar y no se van a quedar sin pensión.
Es menester recordar que los fondos de las AFP financian la mayor parte de los créditos y buena parte del capital de las empresas que operan en el país a partir de sus compañías de seguros, que son el corazón mismo del sistema.
Siguiendo a Riesco (2022), el Fisco ha financiado el 60 por ciento de pensiones, incluido el 40 por ciento de las pagadas en los últimos 12 meses. Aun descontando de cotizaciones y subsidios el costo total de esas pensiones, cada mes, cada año, se ha generado un excedente corriente a favor del sistema, que en total suma más que el valor actual del fondo AFP. Lejos de ser una mala política pública como se los ha calificado, los retiros han sido la medida de reactivación económica más importante en registro y de lejos el principal estímulo a la rápida recuperación de la economía chilena tras la profunda paralización a raíz del Covid-19. Se trata de un estímulo a la demanda financiado con recursos reales, en buena medida repatriados, no con emisión desmedida que puede envilecer la moneda. Del mismo modo, ha sido la medida redistributiva singular más importante en registro. Ha restituido el equivalente a la mitad de la masa de salarios de un año completo, desde los mercados financieros y un puñado de grupos súper ricos que tienen ese dinero en su poder, a 13 millones de personas del pueblo trabajador afiliadas al sistema, que conforman casi toda la población activa y la mitad de la jubilada del país.
Los retiros favorecen a 11,3 millones de personas afiliadas activas al sistema AFP, que conforman la totalidad de fuerza de trabajo real y concreta, que entra y sale constantemente de las 6,7 millones de planillas de pago censadas mensualmente en el registro de cotizaciones. También al millón y medio de personas jubiladas por este sistema. Los saldos en las cuentas individuales de las personas activas son modestos. La mitad tiene menos de dos millones de pesos, lo que resulta en una pensión de 10 mil pesos por mes, y un sexto no tiene nada. El 86 por ciento tiene menos de $20 millones, que resultan en una pensión de $100 mil, el 94 por ciento tiene menos de 40 millones de pesos, que resultan en una pensión de $200 mil, similar a la pensión básica garantizada de $185 mil. El 98,8 por ciento tiene menos de $100 millones, que resultan en una pensión de $500 mil. Ningún «ahorrante» forzado es una persona rica, los ingresos mensuales sobre $2,5 millones no cotizan.
El 70% de los afiliados y el 80% de los fondos invertidos están en manos de administradoras cuyos controladores son extranjeros. De las siete AFP, cuatro tienen dueños extranjeros y una es controlada en partes iguales con un actor local. No obstante, esto no siempre fue así. Es en esta década cuando se produjo un cambio de manos en la propiedad de las gestoras que terminó por reconfigurar la industria de la administración de activos previsionales.
En 2011, el colombiano Grupo Sura adquirió AFP Capital que pertenecía a ING, luego de pagar unos US$3.700 millones por las operaciones de la región, que incluían presencia además de Chile, en Colombia, Perú, México y Uruguay. Los colombianos tienen casi el 100% de la propiedad de la AFP (97,71%).
El principal accionista del Grupo Sura es la sociedad Grupo Argos, una empresa colombiana con inversiones en la industria del cemento, el sector energético y en el ámbito de las concesiones viales y aeroportuarias.
En 2012 fue el turno de un gigante mundial en la administración de activos, que había estado “vitrineando” la industria por años: Principal Financial Group. La firma estadounidense adquirió en unos US$1.500 millones AFP Cuprum, controlada en ese entonces por el Grupo Penta.
Al año siguiente, en 2013, MetLife, otro gigante estadounidense en la administración de seguros, se hizo de la AFP Provida, la gestora con mayor cantidad de afiliados, con 2,9 millones, que en ese entonces estaba en manos de BBVA. Ese fue el inicio de la salida del país del grupo español, pues más tarde vendería el banco. La estadounidense pagó unos US$2.000 millones por las acciones, a lo que se sumó un retiro de utilidades.
Justo un año más tarde arribó a Chile el actor internacional que faltaba: Prudential. El también especialista en administración de activos para la jubilación y seguros se hizo del 50% de la propiedad de Administradora de Inversiones Previsionales SpA, sociedad que controla AFP Habitat con un 80,65% de la propiedad. Así, Prudential e Inversiones La Construcción (ILC) -brazo de inversiones de la Cámara Chilena de la Construcción- controlan en partes iguales la gestora de fondos. Es la AFP con mayores montos bajo administración del sistema previsional chileno, con un total de US$54.980 millones.
Otra que pertenece a extranjeros es Planvital, aunque su propiedad no ha sido de fácil acceso. Incluso el regulador debió exigirle en 2016 que le proporcionara la información. Según el informe de 2019 proporcionado por una asesoría técnica para la Comisión de Trabajo y Seguridad Social de la Cámara de Diputados, “si bien la sociedad controladora es Asesorías e Inversiones los Olmos (con 86,11%), la controladora de esta sociedad es la empresa italiana Assicurrazioni Generali SpA a través de una sociedad en las Islas Vírgenes Británicas”.
AFP Modelo y AFP UNO son las que están en manos de chilenos. Las dos, precisamente han ganado terreno vía licitaciones de afiliados. La primera pertenece a la familia Navarro, y la segunda a Ignacio Álvarez, exgerente de Cuprum.
Los análisis de la Fundación SOL (2022) son claros, “estamos atravesando una tormenta perfecta, se combinaron los efectos de la pandemia, que todavía se arrastran con fuerza, los efectos de una estimulación de la demanda por estímulos fiscales llegando atrasados, y ahora el conflicto entre Ucrania y Rusia. En el aumento del precio de los alimentos hay una bomba de tiempo. Es un problema que se ha arrastrado, al observar el índice mundial de precios de alimentos de la FAO, por ejemplo, este ha escalado en un 40% en el último período. Asimismo, hay problemas importantes que van arrastrando a los alimentos. Ucrania y Rusia son conocidos como el granero del mundo, porque entre los dos países tienen el 25% de las exportaciones de trigo en el orbe. En síntesis, no solo la guerra influye en el encarecimiento de los alimentos. También pasa por el cambio climático, por la sequía y por los fertilizantes”.
Por otra parte, un buen 2021 tuvo la industria de las AFP en términos de utilidades alcanzadas. De acuerdo con información disponible en la Superintendencia de Pensiones, las siete administradoras previsionales obtuvieron ganancias por un total de $426.174 millones, lo que evidencia un alza de 15% respecto de los $371.724 millones logrados en 2020.
¿Qué explica la subida? De acuerdo con el análisis razonado que AFP ProVida envió a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), uno de los motivos sería la mayor cantidad de afiliados cotizantes que se registró el año pasado, por lo que el sistema recaudó más comisiones y, por ende, ingresos. De hecho, 2021 terminó con un total de 5.925.961 de cotizantes, versus los 5.506.172 con los que cerró 2020.
La administradora ligada a MetLife ganó $101.017 millones en el período, 30,5% más que en 2020.
Respecto a la operación recurrente, los ingresos ordinarios se vieron incrementados en $12.978 millones (6,6%), al cierre de diciembre 2021, como resultado de la superior masa imponible de la cartera de cotizantes, apunta el documento.
Los ingresos ordinarios aumentaron $11.440 millones, equivalente a 9,3%, respecto al mismo período del ejercicio anterior. Este aumento se debe a la recuperación de los niveles de ingresos por comisiones CCO (Cuentas de Capitalización Obligatorias), como consecuencia de la mayor densidad de cotizaciones, en línea con una menor tasa de desempleo, después de un 2020 golpeado por la pandemia, añade el análisis razonado de AFP Cuprum, cuyo resultado anual fue de $54.567 millones, lo que representa un alza de 19,7% en 12 meses.
En cuanto al resto de las AFP, Capital obtuvo utilidades por $73.164 millones en 2021, lo que es una subida de 22,1%, y Habitat recogió ganancias por $129.863 millones, una expansión de solo 0,9%.
En el caso de PlanVital, el resultado fue $25.685 millones, un incremento de 17,3%, mientras que AFP UNO obtuvo sus primeras utilidades anuales, con $6.242 millones, versus las pérdidas por $564 millones que sufrió en 2020.
Por su parte, AFP Modelo fue la única gestora que logró menos ganancias que en 2020, con $35.633 millones, una baja de 8,4%.
De acuerdo al economista Ramón López (2021), los aumentos de inflación observados en el país pueden deberse fundamentalmente a factores externos, principalmente al alza del precio del petróleo, el cual influye en los costos de producción de una gran cantidad de productos. También hay que considerar el efecto de aumentos del precio del dólar no causados por los retiros de las AFP, así como de precios internacionales de otros bienes que Chile importa. Por lo tanto, subir los intereses puede calificarse como una medida temeraria basada mecánicamente en experiencias de inflación pasadas, con un débil soporte técnico. Luego, resulta extraño que todo el contingente de economistas ortodoxos haya adoptado, sin mayores pruebas, el consenso de que los retiros de las AFP han sido causantes de inflación.
Dos cosas para considerar: primero, una parte importante (alrededor de la mitad) de los retiros fueron financiados por las AFP, vendiendo activos en el extranjero y, por lo tanto, importando dólares para liquidar en el mercado doméstico. Esto causa un menor precio del dólar en pesos. Este es un efecto directo, de primer orden, por lo que se puede postular que va a dominar otros efectos indirectos de los retiros al que nos referimos abajo. Al mismo tiempo, estos economistas acusan que una de las razones del aumento de la inflación es el alza del precio del dólar. Así, los retiros de las AFP no son causantes del aumento de precio del dólar, al revés han mitigado el alza del dólar en el pasado, por lo que mal pueden ser culpadas de esta fuente de inflación.
Segundo, el componente del retiro financiado vendiendo activos domésticos, corresponde a un efecto indirecto de segundo orden. Las AFP venden también activos nacionales (poco más de 50%) para financiar parte de la devolución del dinero de la gente. Este impacto del retiro depende no solo de qué hace la gente con el dinero recibido, sino que también de qué hacían esos recursos en el sector financiero. Obviamente, que no afectaban la inversión de las grandes empresas favorecidas por las AFP, ya que difícilmente se puede argüir que esta inyección de recursos afecta el costo marginal del capital que es el determinante clave de la inversión. Las grandes empresas nacionales recipientes de los fondos AFP tienen acceso directo a los mercados de capital internacionales por lo que los costos marginales de su capital dependen de la tasa de interés internacional, no de los recursos AFP. La inversión de estas grandes empresas obviamente no está limitada por las disponibilidades de ahorro doméstico. Así, la inyección de recursos de las AFP a este sector no aumenta su inversión, porque no afecta el costo marginal del capital. Por lo tanto, se genera un exceso de ahorros dentro del sector de grandes empresas ya que las AFP proveen ahorros adicionales mientras que la inversión no aumenta. ¿Qué hacen los grandes empresarios con este exceso de ahorros? Una parte la gastan en mayor consumo suntuario de todo tipo y otra parte la envían al extranjero incluyendo paraísos fiscales. O sea, paradojalmente, parte de los ahorros forzados de los trabajadores pueden terminar contribuyendo a un mayor consumo de las elites.
¿Qué efecto tienen los retiros de las AFP? Parte de los recursos previamente usados por el gran sector empresarial local retornan a las familias beneficiadas por el retiro. Las familias consumen una porción de los retiros, por lo que aumenta la demanda, lo que puede contribuir a la inflación, pero otra parte importante es ahorrada o invertida en nuevos emprendimientos, lo que contribuye a aumentar las capacidades productivas, sobre todo de las Pymes y no aumenta la inflación. Es decir, el efecto neto de los retiros financiados con activos locales sobre la demanda es en el mejor de los casos ambiguo: reduce la demanda de los súper ricos y aumenta la demanda del resto de la economía. A esto hay que agregar el efecto de primer orden de los retiros financiados con ventas de activos extranjeros de las AFP, que como ya dijimos, reduce el precio del dólar y por lo tanto disminuye la inflación.
En conclusión, las disquisiciones de los economistas ortodoxos sobre los efectos inflacionarios de los retiros de las AFP son apresuradas, el efecto neto puede perfectamente ir en la dirección contraria de lo que ellos vaticinan.
Los aumentos de inflación observados últimamente pueden en realidad deberse fundamentalmente a factores externos, principalmente al alza del precio del petróleo, el cual influye en los costos de producción de una gran cantidad de productos. También hay que considerar el efecto de aumentos del precio del dólar no causados por los retiros de las AFP, así como de precios internacionales de otros bienes que Chile importa.
A modo de ejemplo, el precio de la vivienda va en subida por sobre el IPC desde hace mucho tiempo. Es un alza independiente de factores productivos y de la liquidez en el mercado, sino que guarda una relación más larga con la demanda y la competencia en la ciudad entre quienes compran viviendas para usarlas y quienes lo hacen como inversión (Encina et al., 2021).
Finalmente, el acotado proyecto de quinto retiro planteado por el gobierno de Gabriel Boric es proempresarial, pues al traspasar directamente los ahorros previsionales de las y los trabajadores a la banca y a las transnacionales, lo único que hace es mantener la asimetría del poder financiero, sin pensar, solucionar y empatizar con la microeconomía familiar ni coadyuvar a las Pymes. En este artículo, asimismo, quedó bastante claro que los retiros universales o de libre disposición de los fondos de las AFP (10%), no propician en grado superlativo la tan temida inflación. Como dijo el Presidente Boric en su primer discurso tras asumir el mando de Chile, a modo de profecía, el gobierno no será juzgado por sus palabras, sino que por sus obras; ¿qué creen, entonces, que el pueblo opina del retiro acotado y pro empresa del gobierno? ¿Todo el pueblo tiene única y exclusivamente las necesidades que el retiro planteado por esta administración manifiesta?