El Ministerio de Defensa de Rusia acusó a científicos de Estados Unidos de probar medicamentos biológicos con alto potencial peligroso en pacientes psiquiátricos en Ucrania, entre 2019 y 2021, una situación que puede amenazar a la humanidad, consideró el historiador español, José Miguel Villarroya.
«Esto va en contra de cualquier derecho fundamental del paciente, de una persona, esto recuerda a los experimentos que hacían los nazis en los campos de concentración», estimó el barcelonés en entrevista con Sputnik.
«Con esta información lo que se demuestra es que Rusia tenía razones para defenderse, que es lo que ha hecho, yo creo que esta operación es una operación de defensa ante una situación ya de totalmente acoso y que aquí se puede demostrar que se estaba preparando algo», añadió.
El también filósofo recordó que estos experimentos médicos orquestados por Estados Unidos se llevaron a cabo en el hospital psiquiátrico clínico regional número tres de la ciudad ucraniana de Járkov, muy cerca de la frontera con Rusia y a unos 340 kilómetros al noroeste de Lugansk.
«Por lo tanto es fácil pensar que esos experimentos, de tener éxito lo que estaban intentando encontrar, pues iban a ser utilizados tarde o temprano contra Rusia, eso en primer lugar, seguramente después contra China y contra otras países que no están siguiendo las órdenes del imperio» y la primacía mundial estadounidense, valoró.
Este problema exhibe que en Ucrania se estaban tejiendo cosas bastante oscuras no sólo para Rusia sino para toda la humanidad, estimó Villarroya.
«Demuestra claramente el tipo de calaña de la gente que gobierna Estados Unidos, que ya sabíamos, y también el tipo de gente que gobierna o está gobernando en Ucrania, sin ningún tipo de respeto por la legalidad internacional y ningún tipo de respeto para su población», declaró el universitario.
Estas acciones, además, dejan claro que el gobierno ucraniano tiene pulsiones filonazis, pues sus actos recuerdan las acciones violentas de las fuerzas alemanas perpetradas durante la Segunda Guerra Mundial.
Con episodios como el del hospital psiquiátrico de Ucrania se exhibe que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, no se levantó un día deseando invadir al país vecino o que no busca restaurar la Rusia zarista o el territorio de su país durante la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), sino que tomó acciones defensivas ante una amenaza.
Instalar armas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Ucrania era una amenaza directa contra Rusia, acusó Villarroya, además de los hechos de violencia perpetrados por fuerzas ultranacionalistas como el Batallón Azov.
El mundo multipolar que está emergiendo en el marco del actual conflicto internacional ya estaba ocurriendo tiempo atrás, en contrasentido al sistema unipolar derivado de la disolución de la URSS, ponderó.
El interés de impedir la consolidación de esta nueva dinámica de las relaciones internacionales es lo ha entorpecido las vías diplomáticas y de negociación para resolver el conflicto, valoró el filósofo.
«Yo creo que el interés que hay es que la guerra se alargue lo máximo posible, que Rusia quede empantanada por lo que sea y entonces moverse en otras direcciones teniendo a Rusia inmersa en el conflicto ucraniano que no termina», calificó.
«Está claro que en la guerra los bandos no es únicamente Rusia y Ucrania, sino que detrás de Ucrania está Estados Unidos y la OTAN y la Unión Europea y creo que estos son los actores principales», donde el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, está siendo instrumentado como marioneta, consideró.
La decadencia de esta alianza europea con Washington no es total ni los desprovee de fuerza, por lo que durante un tiempo buscarán mantener su relevancia política en el sistema planetario a través de operaciones como fortalecer desde el exterior al ejército de Ucrania.
Además, occidente necesita presentar propaganda para que la opinión pública internacional se mantenga enganchada con el conflicto mediante el miedo, el impacto psicológico, etcétera.
«Yo creo que si no se termina la guerra pronto esto lo vamos a seguir viendo aumentado por tres porque ahí interesa que la población de los países occidentales no se canse ya y se harte de la guerra porque al final también va afectando a nivel interno por el tema de las sanciones, es un boomerang que también afecta a las poblaciones europeas y ahí eso puede provocar un cansancio en la guerra», describió.
Las armas biológicas: investigación continua
El desarrollo de armas biológicas de Estados Unidos en Ucrania se conoció ahora y llama la atención en este contexto, apunta Villarroya, pero no es difícil pensar que Washington lleva desarrollándolas desde tiempo atrás y en otros territorios.
Desde una perspectiva militar, uno de los problemas más notorios de las guerras tradicionales es que generan enormes pérdidas económicas y desmantelamientos de infraestructura, lo que detona la ambición de desarrollar mecanismos de violencia que sólo acaben con vidas humanas sin interrumpir el movimiento económico, señaló el filósofo.
Esto facilitaría que los ejércitos triunfantes impongan sus intereses económicos sobre territorios sometidos sin interrupciones al movimiento de operaciones para apuntalar sus ganancias, valoró.
«Estados Unidos va a seguir investigando más allá de que le hayan descubierto esos laboratorios», estimó y recordó la implicación del hijo del presidente Joe Biden, Hunter Biden, en investigaciones biológicas.
«Evidentemente no se hacen estas investigaciones para el bien de la humanidad», criticó, conocimientos que Estados Unidos va a seguir escalando incluso tal vez en su propio territorio.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) debería investigar la experimentación con pacientes psiquiátricos que denunció la Defensa rusa, valoró Villarroya, sin embargo consideró que no se va a hacer nada significativo e incluso que se hará un bloqueo mediático sobre el tema en la prensa occidental.
«Aquí la población no se va a enterar de nada y los gobiernos no van a decir nada, por lo tanto creo que esto va a quedar como va a quedar, en nada, sencilla y llanamente, es una vergüenza atentar contra todo lo que ellos dicen defender pero no va a quedar en nada», recriminó.
Si Rusia denuncia esta clase de violencias occidente encuentra rutas fáciles para descalificar la denuncia, valoró Villarroya y consideró que se necesitaría tener pruebas bastante irrefutables para que el fenómeno fuera atendido de manera real por la comunidad internacional.
«Yo confío muy poco en los organismos supranacionales del tipo la ONU, etcétera, porque en el fondo son como los gobiernos: simplemente de los amos del cortijo, que digo yo, y punto, por tanto no se va a mover nada», lamentó.
«El mundo en el que vivimos está montado como está montado y por lo tanto pensar o esperar que los organismos internacionales, que deberían ser los que velen, la ONU, en este caso la OMS, etcétera, etcétera, velen por los intereses de la gente es, con todos los respetos, bastante ingenuo», añadió.
Fuente Sputnik