La actividad fue encabezada por la Rectora, Pilar Romaguera, quien en su bienvenida compartió los avances y desafíos enfrentados por la Universidad durante el último tiempo. Entre los hechos más relevantes, la autoridad destacó la certificación de su Sistema Interno de Aseguramiento de la Calidad (SIAC – UDLA) por parte de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación de España (ANECA), además del incremento de publicaciones científicas, seminarios internacionales y oferta de postgrados.
“Aunque el vínculo entre la neurociencia, las ciencias cognitivas y la educación es reciente, su formalización y masificación de la educación nos ha hecho reflexionar sobre cómo aprendemos y en qué contexto lo hacemos. Así, hoy pareciera estar incorporado que aprender no es solo absorber contenidos, sino más bien desarrollar competencias, habilidades y aptitudes que nos permitan incrementar nuestro conocimiento”, afirmó la Rectora de UDLA, Pilar Romaguera.
Tras sus palabras, el especialista español analizó la forma en que aprendemos y la incidencia que ha tenido la pandemia del COVID-19 en el desarrollo del conocimiento.
Ruíz abordó el aprendizaje desde el punto de vista la piscología cognitiva, señalando inicialmente que “si bien es cierto que aprendemos de cada una de nuestras experiencias y acciones, hay muchas cosas para las que, si deseamos aprenderlas, necesitamos hacer un esfuerzo deliberado, como lo que nos enseñan en la escuela o la universidad. Nuestra memoria no funciona como una cámara de video, por lo tanto, cuando aprendemos lo hacemos utilizando aquellas herramientas que creemos nos harán recordar en el futuro, pero sin tener la garantía de que esto efectivamente ocurra”.
El experto afirmó que “al aprender conceptos se requiere partir de la base del conocimiento previo. Cuando se trata de hechos, aquello que ya conozco nos ayuda a seguir aprendiendo, pero cuando se trata de conceptos, el camino es entregar al estudiante ideas para conectar en su memoria, creando una nueva conexión a largo plazo que se transforma en aprendizaje”.
“Sabemos que cuando los estudiantes aprenden y se motivan por utilizar buenas estrategias, mejoran sus resultados, esto mejora su autoeficacia y esto les anima a seguir ahondando en nuevas estrategias. De lo que se trata, no es de poner en marcha esta rueda que lleva a aprendientes más autónomos, con más iniciativa y más motivados”, complementó el director de la International Science Teaching Foundation.
Al finalizar su intervención, el experto reflexionó señalando que “hasta hoy, en materia de aprendizaje, lo que ha dominado ha sido la ‘amplitud’ por sobre la ‘profundidad’. Creo que hay que tratar de dar más espacio a la ‘profundidad’, tomando decisiones sobre lo que es realmente más importante, para por lo menos, poder trabajarlo y garantizar que el conocimiento se adquiere de una forma tal, que perdurará y ayudará a los estudiantes a ser mejores aprendientes”.
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