Un reportaje de La Red reveló una prueba balística que imputa a un teniente de Carabineros por el asesinato del manifestante Aníbal Villarroel en la población La Victoria, el 18 de octubre de 2020.
En la noche de ese primer aniversario del Estallido Social, cerca de las 23:20 horas, el joven Aníbal Villarroel fue asesinado de una bala en el tórax, en la comuna de Pedro Aguirre Cerda en la Región Metropolitana.
Si bien todo hacía suponer que el tiro provino de Carabineros que se encontraba realizando disparos a manifestantes en el lugar, posteriormente una testigo lo aseguró. Tras el impacto, el joven fue llevado al SAR Amador Neghme en la Población Dávila de la misma comuna, en donde falleció.
En el lugar, Bastián Salamanca, amigo de Aníbal recibió un impacto de bala en su talón derecho. Los antecedentes presentes en la carpeta investigativa indican que ambos se encontraban desarmados esa noche.
La investigación de La Red señala que desde diciembre de 2020, el fiscal Christian Toledo estaba enterado de que el arma que asesinó a Aníbal había sido disparada por el funcionario Joaquín Muñoz, teniente de la 28 Comisaría COP Oeste de Carabineros.
La justicia hasta hoy sigue sin actuar por el crimen de Aníbal, ya que hasta la fecha el oficial ni siquiera ha sido formalizado por este crimen.
El informe realizado por el Laboratorio de Criminalística Central de la PDI detalla que «el proyectil balístico dubitado comparte las mismas huellas de clase e individuales que los obtenidos de la prueba de funcionamiento de la pistola marca Taurus, modelo «PT-917 C, calibre 9x19mm, serie N°TIU63601 (…) Por esta razón se informa a esa Fiscalía que el arma de fuego detallada anteriormente, fue incautada al teniente Joaquín Muñoz Vásquez».