La Comisión de la Verdad de Colombia afirma que los llamados ‘falsos positivos’, personas asesinadas por agentes del Estado y presentadas como bajas en combate, fueron «una política de gobierno».
«Los asesinatos y desapariciones forzadas bajo la modalidad de combate simulados, ejecuciones extrajudiciales o falsos positivos, en su período de exacerbación, años 2002 a 2008, fueron crímenes de guerra y de lesa humanidad que se cometieron como parte de una política de gobierno», dijo Alejandro Valencia, miembro de la Comisión de la Verdad en un acto en Soacha, población aledaña a Bogotá.
Esa afirmación será consignada en el informe que entregará la Comisión de la Verdad el próximo 28 de junio.
Según reveló la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) de Colombia en febrero de 2021, entre 2002 y 2008, durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, hubo 6.402 falsos positivos en el país sudamericano.
«Pero creemos que esta cifra es preliminar», dijo Valencia en el acto, denominado ‘Encuentro por la Verdad: Reconocimiento de responsabilidades sobre las ejecuciones extrajudiciales en Bogotá y Soacha’, en el que estuvieron presentes familiares de jóvenes asesinados y un grupo de exmilitares que han admitido su responsabilidad en esos hechos ante la JEP.
Valencia agregó que las víctimas fueron, en su mayoría, «hombres jóvenes» que provenían de sectores vulnerables. «Fueron seleccionadas por habitar ciertos territorios considerados como auxiliadores de la guerrilla, por considerarlas prescindibles para la sociedad o por asumir su condición de integrantes de grupos armados, principalmente de guerrillas, sin corroborar su condición y sin encontrarse en enfrentamientos armados«.
La comisión informó que desde hace dos años comenzó a trabajar junto a las Madres de los Falsos Positivos de Soacha (MAFAPO), una organización creada en 2010 y que agrupa a las madres y familiares de 19 personas asesinadas extrajudicialmente por agentes del Estado (14 en Soacha y cinco en Bogotá), «con el objetivo de impulsar acciones para el reconocimiento y dignificación de las víctimas y la construcción de un relato amplio».
Fuente: RT.