El número y la duración de las sequías han incrementado un 29 % desde el año 2000, por lo que la humanidad debe acelerar la mitigación «urgentemente», advirtió este miércoles la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD, por sus siglas en inglés).
Un informe presentado en la 15.ª Conferencia de las Partes (COP15), que se celebra desde este lunes hasta el 20 de mayo en Abiyán, en Costa de Marfil, indica que, si bien las sequías representaron en estos 50 años un 15 % de los desastres naturales, se cobraron el mayor número de víctimas humanas, unas 650.000 muertes.
Entre 2000 y 2019, más 1.400 millones de personas se vieron afectadas por la sequía, lo que convierte ese fenómeno en el desastre que afecta al segundo mayor número de personas, después de las inundaciones. Según el documento, África fue el continente más golpeado.
Actualmente, más de 2.300 millones de personas enfrentan estrés hídrico, que se produce cuando la demanda de agua potable es más alta que la cantidad disponible. Mientras, casi 160 millones de niños se encuentran expuestos a sequías severas y prolongadas.
El informe, además, destaca el enorme coste de las sequías, pues entre 1998 y 2017, causaron pérdidas económicas mundiales de casi 124.000 millones de dólares.
El impacto de las sequías también se refleja en los ecosistemas. En estas dos décadas, la Amazonía sufrió tres sequías generalizadas, que desencadenaron incendios forestales masivos y una deforestación que, si continúa sin cesar, el 16 % de los bosques de la región probablemente se quemarán para 2050, señalan los especialistas.
Tres cuartas partes de la población mundial afectadas para 2050
Si no se toman medidas urgentes, según las estimaciones de la UNCCD, 700 millones de personas correrán el riesgo de ser desplazadas por la sequía para 2030, mientras que para 2040, uno de cada cuatro niños vivirá en zonas con escasez extrema de agua.
De cara a 2050, las sequías pueden afectar a más de las tres cuartas partes de la población mundial, con hasta 5.700 millones de personas viviendo en zonas con escasez de agua durante al menos un mes cada año, frente a los 3.600 millones actuales.
Soluciones
Entre las soluciones que se destacan en el documento se encuentran la implementación de sistemas efectivos de alerta temprana, el despliegue de nuevas tecnologías como monitoreo satelital e inteligencia artificial, además de la inversión en la salud del suelo, entre otras.
Para Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la Convención para Combatir la Desertificación de la ONU, «una de las mejores y más completas soluciones es la restauración de la tierra, que aborda muchos de los factores subyacentes de los ciclos degradados del agua y la pérdida de fertilidad del suelo». El experto resaltó también la importancia de promover la conciencia pública sobre la desertificación y la sequía.
Fuente RT
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