La sui generis democracia estadounidense Estados Unidos tendría como pilar de su sistema político la sucesiva alternancia en el Poder del Partido Demócrata y del Republicano (ambos fagocitados por el lobby judío), siendo Joe Biden el nuevo tapado de la AIPAC. Así, la sorpresiva victoria de Donald Trump ante Hillary Clinton representó para Israel “perder una valiosa amiga para ganar un amigo mejor”, Donald Trump, quien instauró el puzzle inconexo de un caos que finalizó con la victoria del candidato demócrata Joe Biden, quien en 2007 afirmó: “yo soy un sionista. No se necesita ser judío para ser un sionista”.
Las sucesivas ofensivas militares judías contra Gaza y Cisjordania han estado siempre amparadas por la “espiral del silencio” de los principales medios de comunicación de masas mundiales controlados por el lobby judío trasnacional, teoría formulada por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann en su libro “La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social” (1977) y de lo que sería paradigma el reciente asesinato de la periodista palestina Shiren Abu Akleh. Dicha tesis simbolizaría “la fórmula de solapamiento cognitivo que instaura la censura a través de una deliberada y sofocante acumulación de mensajes de un solo signo”, con lo que se produciría un proceso en espiral o bucle de retroalimentación positiva (los palestinos son teroristas) y la consecuente manipulación de la opinión pública mundial por el lobby judío trasnacional (derecho de Israel a defenderse).
Sin embargo, la asimetría del castigo infligido a los palestinos de Gaza con cerca de 300 muertos, cientos de heridos así como la destrucción de las infraestructuras básicas de Gaza, habría provocado el repudio internacional contra Netanyahu y la caída en desgracia de Bibi ante el AIPAC tras lo que cristalizó el Gobierno de Coalición liderada por el centrista Yair Lapid y el derechista Naftali Bennett (Coalición Arco Iris), operación que contó con las bendiciones del poderoso lobby judío AIPAC y representó el ocaso político del último emperador judío, Netanyahu tras 12 años en el Poder. Sin embargo, el actual Gobierno de Bennett continúa refractario a los llamamientos internacionales y continúa con la sistemática campaña de asentamientos ilegales y cuyo penúltimo episodio sería el anuncio de la creación de las nuevas colonias de Asif y Matar con el objetivo confeso de “doblar la población de los Altos del Golán” tras recibir las bendiciones tanto de la Administración Trump como la de Biden.
Asimismo, Israel habría sellado alianzas con Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí para conformar una entente contra Irán pues Bennett considera a Irán “el mayor exportador de terror y de violación de los Derechos mundo en el mundo al tiempo que sigue enriqueciendo uranio y se acerca peligrosamente a la obtención de una bomba nuclear ” y según un informe del portal Veterans Today, “Israel estaría trasladando armas de defensa aérea, artillería de largo alcance, helicópteros y aviones de combate F-15 a Erbil, capital del Kurdistán iraquí para una guerra más amplia contra Irán” (Operación Persia). Israel utilizará una vez más la dictadura invisible del temor al Tercer Holocausto para iniciar una campaña militar contra Irán y la propaganda del Gobierno Bennett irá dirigida no al sujeto individual sino al Grupo en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustentan. Así, según L. Bernays, en su libro “Cristalizando la opinión pública”, “la mente del grupo no piensa, en el sentido estricto de la palabra. En lugar de pensamientos tiene impulsos, hábitos y emociones. A la hora de decidir su primer impulso es normalmente seguir el ejemplo de un líder en quien confía.
Respecto a EEUU, el desgaste sufrido por Biden tras el fiasco de Afganistán, una inflación desbocada y la posible entrada en recesión de la economía el año venidero tras la guerra de Ucrania habría hundido la popularidad de Joe Biden y podría desembocar en el triunfo republicano en las elecciones intermedias del 2022 que anticiparían un retorno triunfal de Trump en las Presidenciales del 2024. En consecuencia, dado que las reservas estratégica de EEUU están en máximos y que la industria del shale estadounidense está en plena ebullición debido al precio desbocado del crudo aunado con el desafío creciente a la hegemonía estadounidense que representa el coloso chino, podría forzar a Joe Biden a servirse de un inicial ataque sorpresa de Israel a Irán para iniciar una nueva Guerra en Oriente Medio con el doble objetivo de secar las fuentes energéticas de China y de incrementar su popularidad cara a las elecciones intermedias de Noviembre (midterm elections).
GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ-Analista