Por la fuerza de la razón y no por la razón o la fuerza

La imposición del poder por actos de vejamen al prójimo, por daño,  por ímpetu de imponer orden en base a acciones que no caben dentro de una balanza y donde ésta se desequilibra por el uso de pesos viciados y que tratan de llenarse fuera del juicio racional para  apegarse netamente al  poder  por el […]


Autor: Director

La imposición del poder por actos de vejamen al prójimo, por daño,  por ímpetu de imponer orden en base a acciones que no caben dentro de una balanza y donde ésta se desequilibra por el uso de pesos viciados y que tratan de llenarse fuera del juicio racional para  apegarse netamente al  poder  por el poder sin argumentos humanistas,  claramente no debiesen ser parte del regir de una convivencia que se diga basada en el respeto al derecho que emana de  la razón de lo real, lo observado.

Pero nuestro escudo nacional sigue manteniendo la imposición de la fuerza sea de cualquier tipo por sobre la razón, vulnerando de esta forma derechos humanos fundamentales como son el derecho a la libertad de expresión, la  vida, el agua, la tierra,  educación y alimentación saludable.
Es que este símbolo patriarcal ni siquiera sirve ya para defender la soberanía de los pueblos de Chile tan vulnerada por el capital transnacional, es que el escudo vigente solo sirve para que las policías nacionales sigan ejerciendo derechos en nombre de un Estado ya no nacional si no mundial que a favor de intereses privados vulnera derechos colectivos y de los pueblos.
En tal situación es en la que nos encontramos hoy  irreconciliablemente. Pues no hay sentido en quien sigue la consecuencia del pensamiento racional consciente,  para transar con tal patraña tejida por un grupillo de individuos que hasta ahora ha creído saberse todo por libros apegándose a una ley que solo protege sus derechos de clase de Olimpo y vulnera el de las multitudes. Les  decimos, nosotros, ya despertamos, hemos regresado.

El pensamiento internacionalista con los fines de esta dominación materialista, es la ruina.Este internacionalismo de mercantilistas en el que solo participa un capitalismo mal habido, es al que debe estar atento el proletariado empoderado que sabe reclamar sus justos derechos, descubriendo en su ombligo aquello por lo que siempre debió luchar, el derecho a la memoria.
Y es que las imposiciones lingüísticas a la fecha han  contribuido al borrado de conceptos libertarios principales, entregando solamente libertad de acción a quienes conocieron tecnicismos de la gran patraña mercantilista, vende todo vulnera todo.
En una ocasión lo dije para un libro que se escribía para la necesidad de Asamblea Constituyente y Nueva Constitución, sin obtener respuesta a la fecha. Dije  a algun  historiador  de Chile  con más estudios, que revelasen que O Higgins fue el comienzo del engaño a los pueblos que habitaban este territorio autóctonamente, que este hombre fue el comienzo de la ruina de lo que podría haber sido otro futuro.
Ello se radica y trato de explicarlo al no haber recibido contestación, aunque se me advirtiera en sus momentos argumentación para ello, en que el origen libertario de nuestra América bolivariana se desvirtuó en cuanto reconocimiento de aquellos “héroes” de una autoridad foránea  que solo buscaban el poder y no la libertad. Buscaban libertar pero para avasallar, y peor aún dominar para servicio de una autoridad extracontinental  que como aspiradora terminaría llevándose la riqueza de nuestro suelo, nuestra Matria.
Hoy sin embargo, por lo menos yo, estoy convencido de que esta situación no se puede seguir tolerando y no es solo por mi por quien lo digo, si no por   aquellas futuras generaciones que tienen derecho a existir  y a la que poco y nada quedará,  si dejamos que la fuerza se siga imponiendo ante  justicia  de la razón de los hechos.

En honor a un hermano detenido por registrar el abuso de poder amparado por una ley del terrorismo corporativo de arquitectura fascista.


Bruno Sommer C.


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