Elicura Chihuailaf: “Agradecer en We Tripantu”

Kom pu Che ka pu kamollfvñ wenvy: ¡Kvme We Tripantu!

Elicura Chihuailaf: “Agradecer en We Tripantu”

Autor: Seguel Alfredo

Llegó el invierno con su lluvia a humedecer la Tierra para el comienzo de los nuevos Sueños y sembrados.

Somos el Sueño Azul del infinito, porque somos el Sueño / los Brotes de la Tierra y del Agua que contemplan nuestros Sueños

Compartimos a continuación una bella reflexión que hace el escritor, poeta y oralitor, Elicura Chihuailaf, premio nacional de literatura, cuyo texto es de hace un tiempo, sin embargo, su profundo mensaje sigue vigente en este nuevo ciclo de la naturaleza.

Elicura Chihuailaf: “Agradecer en We Tripantu”

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Nuestro maravilloso otoño ya inició su viaje en el círculo del tiempo, otro será cuando regrese a los bosques que aún luchan por su permanencia en nuestro mundo. Aquí en el sur, silba ahora el viento entre las cornisas de mi casa Azul. Llegó el invierno con su lluvia a humedecer la Tierra para el comienzo de los nuevos Sueños y sembrados. A pesar de la codicia, de la obstinada depredación con la que unos pocos violentan la Tierra, han de multiplicarse otra vez los bosques sagrados para que se sigan cumpliendo las leyes de la Naturaleza y continúe la vida del Agua: los ríos, las nubes, las hierbas medicinales, las aves, las flores, los árboles, las plantas, los insectos, los animales, la Gente; están diciendo nuestras Ancianas / nuestros Ancianos. No hay desmemoria en el Poder de nuestra Mapu Ñuke / Madre Tierra que respeta siempre sus normas / sus promesas, nos están diciendo. Por eso no nos queda más que recordar, recordar, para vislumbrar el futuro. Reiterar lo que nos dijeron / que nos dicen / que decimos.

Es así, todavía. El 20, 21 ó 22 de junio del calendario occidental, concluida ya la Luna de los Brotes Cenicientos / Otoño, comienza el tiempo de la Luna de los Brotes Fríos / Invierno. Como se sabe, con su solsticio sucede la noche más larga del año y el Sol da “un paso de gallo / kiñe trekan alka”, dice nuestra gente. Empieza a crecer poco a poco el día. Se renueva el ciclo de la naturaleza. ¡Es el We Tripantu / el Año Nuevo Mapuche!, la nueva salida del Sol. Fluyen las aguas de las vertientes en los esteros para purificar nuestro cuerpo y aliviar nuestra sed. Los lagos y los volcanes resplandecen de Silencio, tan sólo interrumpido por el murmullo de los peces. Fluye el agua Azul de las Palabras, prosigue su tarea incansable: aumentar el caudal de nuestro espíritu que pulimenta -con su habla poética- la dura roca que es nuestro corazón.

Una y otra vez los mismos pensamientos, como gotas de rocío, para que no cese de florecer la memoria, nos está diciendo nuestra gente. Al amanecer, con llellipun / rogativas agradecemos. Golpeamos los troncos de nuestros árboles para despertarles la savia, para que nos regalen sus flores, para que nos regalen sus hongos y sus frutos. Escuchamos los Gvlam / Consejos de nuestras Mayores / de nuestros Mayores. Oímos los epew / relatos, las konew / adivinanzas. Bebemos muzay (de piñón, maíz o trigo) y seguimos gozando de los aromas de nuestras comidas. Y tocamos nuestros instrumentos musicales: trutruka, lolkiñ, pifillka, trompe, kultrun, waza, kaskawilla. Y bailamos, bailamos, mientras con alegría y con tristeza entonamos nuestros cantos. Pu mapuche mogeleyiñ / los mapuche estamos vivos, decimos –a pesar de todo- contentos, solemnes, pensando en nuestros Antepasados, agradecidos de ver que crecen nuestros hijos y nuestras hijas, y sus hijas e hijos.

            En el Nvtram, el arte de la Conversación, nuestras abuelas / nuestros abuelos, nuestros padres, nos hablaron de las Costumbres de nuestra Tierra. Entonces, para ver mejor los días venideros -en campos y ciudades-  en el Nvtram ascendemos a la alta cumbre de la Ternura, de la historia, de la música de nuestros vlkantun / poemas. Como cada año, en este We Tripantu hay niñas y niños nuestros escuchándolos / escuchándonos. Les estamos –otra vez- diciendo que hemos comprendido que así como es hermosa la rubiedad es también hermosa nuestra morenidad (con todo lo que ello significa); que tenemos que luchar para vivirla con agradecimiento y no con dolor (como suele suceder con frecuencia). Que es maravilloso el Jardín del Mundo, y que estamos agradeciendo y que estamos pidiendo que -en la diversidad de formas, aromas y colores- no se marchite la flor Azul de nuestro origen. No en vano nuestra Gente ha luchado y lucha por la recuperación y revitalización de nuestro territorio y nuestra cultura; cada cual aportando lo suyo: imprescindibles

            Somos el Sueño Azul del infinito, porque somos el Sueño / los Brotes de la Tierra y del Agua que contemplan nuestros Sueños. En lo visible e invisible / lo positivo y negativo, somos hermanos / hermanas de las estrellas. El Pvllv / Espíritu que habita en nuestro cuerpo, nos dicen, vino de Wenulewfv / la Vía Láctea / el Río del Cielo. Retornará para rielar en sus caudales. Kom pu Che ka pu kamollfvñ wenvy: ¡Kvme We Tripantu!

Kechurewe, Luna de los Brotes Fríos


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