La contraofensiva del Apruebo

La campaña del Apruebo ha sido una campaña petrolera, iniciada formalmente sólo una vez entregado el proyecto de Nueva Constitución. Su composición orgánica solo ha sido evidenciada en los últimos días.

La contraofensiva del Apruebo

Autor: Ciudadano

Por Javier Pineda Olcay

El Apruebo ha consolidado una contraofensiva política a cinco semanas del plebiscito de salida y llega en buen pie al inicio de la franja televisiva, la cual marca el último tramo de la campaña. 

La campaña del Rechazo

La campaña del Rechazo, impulsada por la derecha política y las élites económicas, comenzó desde el inicio de funcionamiento de la Convención Constitucional y lleva desplegada comunicacionalmente más de un año, con una gran acogida en el oligopolio mediático televisivo, radial y de prensa escrita. 

Los primeros seis meses la campaña se concentró en tratar a las y los convencionales constituyentes como “flojos” e “incompetentes”. La campaña en desprestigiar al órgano constituyente funcionó, por ataques sistemáticos de la derecha como también por errores no forzados de los propios constituyentes (caso Rojas Vade). 

Antes de que fuera aprobada la primera norma constitucional, la intención de rechazo se imponía al apruebo según encuestas de deficiente calidad metodológica. Aún cuestionando la información aportada por las encuestas, era indudable que el apoyo de 80% al Apruebo y a la Convención Constitucional disminuía. 

La segunda fase de la campaña del Rechazo en el plebiscito de salida, además de mantener el ataque a las y los integrantes de la Convención Constitucional, consistió en desvirtuar, desinformar y mentir sobre las normas constitucionales que se votaban por el pleno de la Convención. 

En esta fase instalaron mentiras que calan hasta el día de hoy en sectores populares, como la pérdida de la casa propia y la eliminación de su herencia; la prohibición de tener más de una vivienda; la expropiación de los fondos de pensiones; el derecho de narcotraficantes y terroristas para postularse a cargos públicos; el aborto hasta los nueves meses y la división del país producto del Estado Regional y Plurinacional. 

Finalmente, como parte de ese diseño, han tratado de instalar un discurso de “transversalidad” visibilizando de sobremanera a personas supuestamente asociadas a la “centro-izquierda”, otorgando una tribuna mediática desmedida a figuras como los “Amarillos x Chile”, díscolos de la Democracia Cristiana como los senadores Matías Walker y Mónica Rincón, y a los ex Presidentes de Chile, Eduardo Frei y Ricardo Lagos. Aun cuando son todas personas pertenecientes a las élites del país, la centralidad en ellas apunta a asociar el rechazo con una pretendida transversalidad política, ocultando a los principales rostros de la derecha política, como son José Antonio Kast y Sebastián Piñera, quien es el único expresidente que no ha manifestado su posición frente al plebiscito. 

Esto les ha permitido instalar un discurso de “rechazar para reformar”, el que, pese a ser poco creíble, es el que han intentado posicionar considerando que es inviable mantener la Constitución del 80 en los términos que está, además de ser poco atractivo en términos electorales. Los únicos que se resisten a ese discurso son los militantes del Partido Republicano, liderado por el señalado Kast. 

En definitiva, el Rechazo está integrado por dos fuerzas políticas. Por un lado, los partidos de la derecha tradicional agrupados en el Comando “Franja Ciudadana por el Rechazo”, entre los cuales se encuentra el Partido Republicano, la UDI, Renovación Nacional y Evópoli, junto a organizaciones instrumentales de la sociedad civil conformadas por sus propios militantes. Por el otro lado, vemos a la supuesta “centro-izquierda” por el rechazo, quienes fueron integrantes de los gobiernos de la Concertación y que ahora anuncian su rechazo al proyecto constitucional. Lo transversal en estos dos grupos es el financiamiento que han recibido del empresariado, concentrado más del 97% de las donaciones realizadas en esta campaña. 

No obstante, el financiamiento que han recibido y el largo periodo de campaña que han realizado, su estrategia comienza a mostrar signos de agotamiento y, al frente, se encuentran con una contraofensiva de las fuerzas políticas y sociales del Apruebo. 

La contraofensiva del Apruebo

La campaña del Apruebo ha sido una campaña petrolera, iniciada formalmente sólo una vez entregado el proyecto de Nueva Constitución. Su composición orgánica solo ha sido evidenciada en los últimos días. Entre sus fuerzas se distinguen dos grandes corrientes: el “oficialismo” y los “movimientos sociales”. 

La campaña del “oficialismo” está agrupada en torno al Comando de “Aprueba x Chile”, constituido por partidos políticos que son parte del gobierno con algunas organizaciones sociales en las cuales participan sus militantes. Un sector de este comando es el “Socialismo Democrático”, el cual está integrado por el Partido Socialista, Partido Radical y PPD; mientras que el otro es “Apruebo Dignidad”, integrado por el Frente Amplio, Partido Comunista, FRVS y organizaciones sociales. Esta distinción se podrá apreciar con mayor claridad en la Franja Televisiva, aunque también se puede ver con las actuales vocerías del Comando, encabezadas -por una parte- por Vlado Mirosevic, en representación del Socialismo Democrático y por Karol Cariola, de Apruebo Dignidad. Este comando ha centrado su relato en hablarle a las “personas indecisas”. 

El Gobierno, aunque relacionado con Apruebo x Chile, está jugando su propia estrategia. La gran apuesta ha sido la impresión del proyecto de Nueva Constitución, con casi un millón de copias entregadas hasta la fecha y el cual ha sido distribuido principalmente a través de la Segegob, encabezada por la ministra Camila Vallejo. Esto ha provocado acusaciones de intervencionismo y ha sido una de las causas por la cual la Contraloría General de la República se ha instalado en las oficinas de La Moneda para fiscalizar el actuar del gobierno. En la misma línea, el Presidente Gabriel Boric ha tomado un rol activo de posicionamiento en esta campaña, aportando una propuesta de qué hacer en caso de que triunfe el rechazo (realizar las elecciones de una nueva Convención Constitucional). Algunas medidas tomadas en las últimas semanas también han aportado, indirectamente, al éxito de su estrategia en favor del apruebo: las más destacadas son el bono de 120 mil pesos que se entrega en agosto a más de 7 millones de personas y el fin al copago en Fonasa.

Estas definiciones no se relacionan directamente con la campaña ante el plebiscito, pero indudablemente consolidan un contexto de opinión más favorable a un gobierno al que se le comenzaba a criticar -en amplios sectores- su lentitud para abordar las enormes dificultades económicas que afectan a amplios sectores poblacionales, situación que se ve aumentada por la galopante inflación y los bajos salarios. Y no es un misterio que muchos de quienes se estaban inclinando en favor del rechazo lo hacían (todavía hay quienes lo hacen) para expresar su malestar con el Ejecutivo.

La segunda fuerza política y social del Apruebo son los Movimientos Sociales, conformados como “Comando de Movimientos Sociales: Apruebo Nueva Constitución” para este plebiscito. Estos dan continuidad a un trabajo autónomo llevado a cabo en la Convención Constitucional y que da cuenta de articulaciones que se han consolidado en los últimos años y que son previas a la Revuelta Popular de 2019. Entre estas organizaciones y movimientos destacan el Colegio de Profesores y Profesoras de Chile, la Coordinadora Feminista 8M, MODATIMA, Coordinadora No+AFP y decenas de organizaciones territoriales, feministas, ecologistas y por la defensa de los Derechos Humanos. En esta misma línea, pero con un mayor énfasis ecologista, se encuentra también el Comando Apruebo por el Agua, de fuerte presencia en sectores ambientalistas y territoriales. 

Estas fuerzas representan a gran parte de la acumulación social y popular surgida como fruto de la lucha por la conquista de derechos sociales como la vivienda, educación, salud, trabajo, pensiones y seguridad social; la lucha contra el patriarcado, el modelo extractivista y la protección de la naturaleza; la lucha por la defensa de los Derechos Humanos, entre muchas otras. Esta fuerza ha logrado mantener su autonomía frente al oficialismo, aunque gran parte de ellas participaron activamente para enfrentar a José Antonio Kast en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. 

Su potencial está en el despliegue territorial y en mostrar que no todos quienes están por el Apruebo son seguidores del actual Gobierno, contribuyendo a distinguir entre el destino del Gobierno y el del Plebiscito, a pesar de lo difícil que resulta ello. El relato del Comando de Movimientos Sociales está dirigido a las mujeres, juventud y sectores populares.

Entre estas dos fuerzas políticas y sociales es posible distinguir dos apuestas. Una minoritaria, reivindicada públicamente por el PPD y que ha contado con el apoyo de individualidades y medios de comunicación, es el “Aprobar para reformar”. Mientras que, por el otro lado, se ha impuesto un “Aprobar para implementar” o “concretar” la Nueva Constitución. Profundizando dicha misma línea, también es importante mencionar que para los movimientos sociales la Nueva Constitución representa una primera puerta que permitirá avanzar en la transformación del país. 

Las amenazas contra el Apruebo comienzan a perder potencia, tal como relataba a propósito de la estrategia desarrollada por la derecha. 

En primer lugar, los ataques a la Convención Constitucional, en tanto órgano, ya carecen de sentido debido a su disolución. A pesar de que en un primer momento diversas voces –en el campo mediático– solicitaban un repliegue de las y los constituyentes, lo cierto es que estas están cumpliendo un rol clave en la difusión y explicación de la Nueva Constitución, recorriendo centenares de actividades para conversar junto a vecinas y vecinos. Incluso, muchos de estas y estos convencionales son bien evaluados por la ciudadanía, por lo cual han estado y seguirán participando en eventos masivos. 

En segundo lugar, las mentiras y desinformación ya no generan el impacto provocado en un principio. El abanico de mentiras ya fue lanzado, por lo cual estas primeras semanas han sido dedicadas a desmentir las que han logrado calar más hondo en los sectores populares, como el derecho a la vivienda propia. Sin embargo, los medios de comunicación de masas como CHV, también han comenzado a hacer su tarea, en este ámbito de cosas. 

La gran amenaza en este sentido sigue siendo el hecho que muchas de las mentiras desplegadas lograron llegar a mucha gente a través de canales insondables por lo que será difícil revertir su impacto. A ello nos abocaremos en las próximas cinco semanas de campaña. 

En tercer lugar, la supuesta “transversalidad” del Rechazo también comienza a agotarse. Todos los partidos políticos tradicionales de la Concertación, incluyendo a la Democracia Cristiana, PPD y PR, han llamado a votar Apruebo y los descuelgues sólo han sido de personas individuales, aunque con gran repercusión mediática. El último lanzamiento de “centro-izquierda x el Rechazo” sólo mostró a los grupos que ya habían manifestado su posición, siendo incapaces de sumar a nuevas personas.

Finalmente, el Apruebo tiene una ventaja comparativa que el rechazo es incapaz de generar: masividad en concentraciones y el despliegue de miles de voluntarias y voluntarios a lo largo de todo el país para realizar puerta a puerta y recorrer las ferias de todas las comunas del país. El privilegio mediático del que gozan es la única herramienta con la que cuentan para frenar el despliegue territorial, pero que también se verá aminorado con la franja televisiva. 

Además, el Apruebo cuenta con un texto base para deliberar frente a un Rechazo que esconde su real proyecto (perpetuar la constitución del 80) y solo apela a la inverosímil promesa de “rechazar para reformar”.

Balance de las últimas dos semanas de campaña 

Esta contraofensiva del Apruebo, en las dimensiones de análisis realizadas, se ha podido ver en las últimas dos semanas. 

El Apruebo ha comenzado a realizar actos masivos, siendo el punto de partida el “Apruebazo” de Maipú, realizado el sábado 23 de julio, en el cual participaron unas 12 mil personas. Algo similar ocurrió en Talca, el jueves 28 de julio, donde se congregaron miles de personas en una actividad que contó con la participación de los principales liderazgos de la Convención Constitucional (Loncon, Quinteros, Bassa, Sánchez, Baranda, entre otros). Y este viernes 29 fue el turno de Arica, donde también hubo gran asistencia. 

Esto ha ido acompañado de innumerables caravanas, “puerta a puerta”, despliegue en ferias y actividades de comandos comunales, muchos de los cuales han sido auto-convocados o corresponden a las redes que ya se habían desplegado desde el estallido, y/o para el Plebiscito de Entrada y la segunda vuelta presidencial, de 2021. El Rechazo ha sido incapaz de convocar a manifestaciones de este tipo. 

En segundo lugar, algunos periodistas como Daniel Matamala y Mónica Rincón, entre otros, han comenzado a ser más “duros” frente a las mentiras y la desinformación sostenida por figuras políticas del rechazo. La performance más vergonzosa ha sido la de “Amarillos x Chile”, especialmente, de Mario Waissbluth quien quedó en flagrancia como mentiroso en Tolerancia 0 y como conspiranoico en el programa “Bad Boys”, anunciando este domingo que se retiraría de Twitter. Asimismo, Cristián Warnken se ha demostrado débil en sus críticas a la Nueva Constitución y en su última columna en El Mercurio titulada “¿Resistir o abdicar?” demostró todo su clasismo, oponiéndose a la repartición gratuita de la Nueva Constitución y señalando que los pobres no entienden lo que leen. 

La entrega de material falso ha sido denunciada por redes sociales, como es el caso de las guías con información falsa entregadas por las ex convencionales Constanza Hube y Paulina Veloso, en Los Ángeles

En tercer lugar, el crecimiento del Rechazo por el lado de la “centro-izquierda” también se ha ido cerrando. El anuncio de Michelle Bachelet en favor del Apruebo terminó de alinear a todo el “socialismo democrático”, provocando que incluso Ricardo Lagos profundizara en el contenido de su carta críptica que se situaba por sobre el Apruebo y el Rechazo, señalando que en el “caso de que ganara el Apruebo, tenemos una gran ventaja”. 

Un sector tradicional de la Concertación ha apostado porque la nueva Constitución les ofrece un escenario político de mayor incidencia que mantener la Constitución actual, con la cual el control lo mantiene la derecha. El Rechazo ya no tiene a quien sumar. 

Y, en cuarto lugar, esta contraofensiva comienza a verse reflejada en las encuestas que han ido estrechando el margen entre el Apruebo y el Rechazo. En la encuesta Cadem, publicada el 24 de julio, el rechazo cayó cinco puntos (llegando al 47%) y el apruebo subió dos puntos (39%), reduciendo la diferencia de 15 a ocho puntos porcentuales. En la encuesta Criteria, publicada el 28 de julio, la diferencia entre el Apruebo (36%) y el Rechazo (44%) también se estrechó, quedando una diferencia de ocho puntos. Finalmente, la misma Criteria realizó una encuesta para La Tercera, publicada este domingo 31 de julio, en la cual arroja un empate técnico, arrojando un 49,3% para el Apruebo y un 50,6% para el Rechazo. 

Próxima semana de campaña

La próxima semana estará marcada por el inicio de la Franja Televisiva, este viernes 5 de agosto a las 12:45 horas, donde se podrá ver en televisión abierta 15 minutos diarios para el apruebo y 15 minutos para el rechazo. 

Esta es la oportunidad para que el Apruebo consolide la contra-ofensiva pasando de una etapa de “desmentir a la derecha” a una donde los avances que registra el texto constitucional sean los protagonistas del discurso que se transmitirá a las personas, en importantes materias como la conquista de derechos laborales, a la educación, salud, pensiones, cuidado; mayor democracia; protección a la naturaleza y la posibilidad cierta de avanzar en el camino de transformaciones sociales por las cuales hemos venido luchando todos estos años.


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