Debate sobre su significado, su real alcance y efectiva aplicación
José Rodríguez Elizondo, Sofia Correa, Salvador Millaleo, Isolde Roque y Brynne Guthrie fueron los protagonistas del cuarto encuentro de “Sala Constituyente”
El programa, es espacio de análisis y diálogo sobre la propuesta constitucional organizado por UChile Constituyente, Fundación Max Planck y el Instituto Desafíos de la Democracia.
Ver programa “Sala Constituyente”: Especial plurinacionalidad
Algunos contenidos del programa «Sala Constituyente»
A lo largo de los 11 capítulos presentes en la propuesta de nueva Constitución, más de 20 normas se refieren, directamente, a los pueblos originarios en una amplitud de temas que van desde el reconocimiento constitucional hasta temas medioambientales, autonomías territoriales y de gobierno, sistemas de justicia, entre otros. Todo ello, bajo el alero del artículo 1, que define a Chile como un Estado Plurinacional e intercultural.
El concepto de plurinacionalidad ha generado un intenso debate sobre su significado, su real alcance y efectiva aplicación. Estas dudas fueron analizadas en el cuarto capítulo de “Sala Constituyente, Diálogos al Alero de La Chile”, una serie de encuentros organizados por UChile Constituyente, Fundación Max Planck y el Instituto Desafíos de la Democracia.
En esta ocasión, expusieron sus diferentes visiones sobre este tema José Rodríguez Elizondo, académico Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2021; Salvador Millaleo, abogado y académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile; Sofia Correa, historiadora y académica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile; Isolde Reuque, experta en cultura mapuche y ex consejera Nacional Indígena CONADI; y Brynne Guthrie, investigadora de la Fundación Max Planck.
En la instancia, los expositores contrastaron sus visiones sobre la incidencia que tendrán estas normas que consagran el principio de plurinacionalidad en asuntos como la justicia. En ese sentido, se debatió sobre el concepto de naciones indígenas que está presente en el artículo 5° y qué significa en la práctica dicha normativa. En la cita, también se contrastaron miradas sobre los conceptos de soberanía y Estado Nación y cómo estos quedan establecidos bajo el nuevo marco constitucional expuesto en la propuesta de nueva Constitución.
Brynne Guthrie, investigadora de la Fundación Max Planck, abrió el encuentro con una exposición en la que abordó, desde el derecho comparado, los alcances de la propuesta del texto constitucional, advirtiendo que su aplicación y real efecto dependerá -en gran medida- de hechos posteriores, tanto en materia legislativa como de políticas públicas. “Se reconoce la coexistencia de los sistemas jurídicos de los pueblos indígenas en igualdad de condiciones con el sistema de justicia nacional. En segundo lugar, se ordena que el plurinacionalismo incorpore a las estructuras y procedimientos de todos los tribunales (… ) Quisiera destacar aquí que muchos de los elementos del proyecto de texto, de ser aceptado en el plebiscito, requerirán ser implementados a través de la legislación o, al menos, de políticas de Estado”, expuso la experta internacional.
Diversidad de miradas
Dentro del debate, el académico José Rodríguez Elizondo comentó que la propuesta constitucional sobre pueblos originarios puede generar complicaciones hacia el concepto de soberanía. «Primero, hay un tema concreto, polémico y difícil para la política exterior chilena. Segundo, la plurinacionalidad viene de muy lejos, viene nada menos que desde el inicio de nuestras repúblicas. Bernardo O’Higgins, con nuestra mirada juridicista chilena, quiso solucionar el problema el año 1818 y emitió un decreto en virtud del cual los ‘araucanos’ son chilenos y tienen los mismos derechos que los chilenos. Este es el marco que yo me trazo para mis estudios sobre el tema porque creo que el gran problema que estamos encarando es que la República no dio políticas públicas para un modus vivendi que respetara los derechos de los pueblos originarios y nos fuimos a la ley del péndulo: del no reconocimiento, de las malas políticas públicas, de la ausencia de políticas públicas, pasamos al reconocimiento como naciones con poderes que ponen en peligro la democracia y la soberanía de Chile, sobre todo con respecto a su situación vecinal geopolítica, que es de muy alta delicadeza», indicó.
Por su parte, la historiadora Sofia Correa, también con una visión crítica sobre el tema, expuso que estas normas complican, además, el concepto de Estado Nación. «La plurinacionalidad que establece el proyecto constitucional que va a ser sometido a plebiscito termina con Chile como una nación: se acaba la nación chilena. La nación chilena ha sido una nación pluralista y diversa y ha acogido a las más diversas personas de los distintos lugares del mundo en su interior. Las ha integrado, han contribuido con su creatividad cultural, económica, empresarial y como trabajadores a la nacionalidad chilena (…) Ese Chile diverso y plural, esa nación chilena que recoge a todos, se transforma en un Estado en el cual está conformado por 11 naciones indígenas que tienen el control de territorios autónomos. Las naciones indígenas, a diferencia de la chilena, son naciones unívocas: se pertenece a ellas por etnia, por una cultura específica, no todos integran la nación indígena ¿En qué queda entonces el Estado de Chile? ¿Qué es el Estado chileno, este estado unitario e indivisible?», afirmó.
En tanto, el académico Salvador Millaleo, desde una visión diferente, discrepó de la idea de que con estas normas se acaba con el concepto de soberanía. “Todas estas propuestas de una unidad en la pluralidad es lo que da a reflejar la nueva Constitución, a mi juicio, en términos suficientemente sólidos. Cuál es el alcance de esto. Esto no afecta la soberanía, la soberanía se comparte desde el exterior, es una sola y el alcance que tiene la plurinacionalidad son derechos colectivos que, como todos los derechos, van a ser parte de un solo sistema. Por lo tanto, no son absolutos, por lo que tienen que ser balanceados en derechos individuales del resto de los chilenos. La idea es que los indígenas, mapuche, aimaras, sean habilitados por la pertenencia, puedan ser mapuche y aimara, no tienen que dejar de serlo por ser chileno, esa es la consecuencia de la plurinacionalidad y se respalda con la autonomía de instituciones territoriales indígenas, los escaños reservados y el pluralismo jurídico”, indicó.
Por su parte, la dirigenta mapuche, Isolde Roque, hizo un llamado a no tener miedo a la idea de plurinacionalidad, la que -a su jucio- ayudará al desarrollo y la convivencia del país. “No le tengan problema a la plurinacionalidad, al alcance que pueda tener y quienes no son indígenas, ni de los pueblos reconocidos. De los que han llegado, creo que va a ser un plus al desarrollo de Chile, porque cada uno de esa gente que llegó de distintos lados va a encontrar en ello esta plurinacionalidad, más respeto. Otras miradas, una visión distinta, donde Chile se va a complementar, va a coexistir, hoy subsistimos, vamos a coexistir y vamos a hacer trabajos más, yo diría mejor con un mejor trato, por supuesto, porque se escribe un nuevo trato, contrato, tiene que haber un mejor trato, una forma de entendernos en la plurinacionalidad”.