Existe un amplio anhelo que jamás ha tenido la voluntad política de gobiernos ni del Congreso Nacional para que este territorio insular se convierta en Región.
Esta iniciativa, que fue recogida de una propuesta popular patrocinada por miles de personas de Chiloé, está consagrada en la propuesta de nueva Constitución que se someterá al plebiscito de salida el 4 de septiembre.
Chiloé, territorio insular
El archipiélago de Chiloé comprende una isla principal, la isla Grande de Chiloé, y un gran número de islas e islotes menores. El archipiélago tiene una superficie de 9181 km² y contaba con una población total de 168,185 personas según censo del año 2017.
Administrativamente pertenece a la provincia de Chiloé (con excepción de las islas Desertores, que pertenecen a Palena, y la Isla Doña Sebastiana, que pertenece a Llanquihue), en la región de Los Lagos.
En el archipiélago hay diez comunas: Ancud, Castro, Chonchi, Curaco de Vélez, Dalcahue, Puqueldón, Queilén, Quellón, Quemchi y Quinchao.
A nivel cultural, el archipiélago de Chiloé presenta importantes características propias: Mixtura de culturas milenarias (Chona y mapuche williche) y occidental criolla. Con destacadas tradiciones en música, arquitectura, en trabajos solidarios, en gastronomía, sincretismos religiosos, patrimonio natural único a través de sus canales, patrimonio agrícola, entre otras riquezas inmateriales.
Chiloé Región en la propuesta de nueva Constitución
En el Artículo vigésimo tercero de las normas transitorias de la propuesta de nueva Constitución, se establece lo que sigue:
«Dentro del plazo de un año desde la entrada en vigencia de esta Constitución, se convocarán a dos consultas vinculantes e independientes entre sí con el objeto de ratificar por parte de la ciudadanía, la creación de la Región Autónoma de Chiloé y la Región Autónoma de Aconcagua establecidas en esta Constitución (…)
Si la cuestión planteada en cada una de las consultas fuere aprobada por la mayoría de los sufragios válidamente emitidos, el Poder Legislativo deberá expedir en el plazo de un año, una ley para la implementación de las Regiones Autónomas de Aconcagua y de Chiloé.
En caso de que la cuestión planteada en las consultas fuese “rechazada”, las provincias mencionadas mantendrán su actual división político administrativa».
¿Por qué es importante?
Algunas voces han señalado que no era prioritario el anhelo de que Chiloé o Aconcagua quedaran establecidos en el borrador de la nueva Constitución, por cuanto bastaba una ley para tal fin.
Al respecto, la exconstituyente por el distrito 26, Adriana Ampuero, consultada sobre ello, indicó:: “En cuanto a que Chiloé pueda ser creado por ley, basta recordar que ha sido una histórica promesa de campaña resonante de múltiples sectores políticos que jamás ingresaron ni siquiera un proyecto de ley al congreso nacional”.
La exconstituyente chilota, agregó: “Para aprobar una ley en el congreso se requieren voluntades políticas que no están ni han estado. Por ejemplo, Aconcagua tiene avanzados los estudios de factibilidad, y han sido tramitados por muchísimos años, hasta el día de hoy sólo reciben negativas, imagínense para un archipiélago al sur de Chile”.
Ampuero también indicó: “Lo cierto es que Chiloé tiene un anhelo que nunca ha sido recogido por el congreso nacional y las voluntades políticas para que ello pase no existen. En la Convención fue un trabajo arduo pero podemos decir en concreto que ya es parte del texto constitucional y eso es una realidad irrefutable”.