Esta semana, la presidenta de la Central Autónoma de Trabajadores (CAT), Magdalena Castillo, junto al presidente de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), Alejandro Steilen, el presidente de la Central de Trabajadores de Chile (CTCH), Arturo Martínez, y el presidente de la CPC, Juan Sutil, entregaron a la Ministra del Trabajo, Jeannette Jara, una serie de documentos con acuerdos alcanzados entre las centrales sindicales y el empresariado.
Según se informó, el documento principal tiene relación con la jornada laboral de 40 horas semanales, donde las diferentes entidades llegaron a acuerdos para avanzar en su implementación. La propuesta se comenzó a discutir en junio y si bien las y los participantes reconocieron la existencia de discrepancias en algunos aspectos, indicaron que se enfocaron en los puntos en común para poder generar el acuerdo.
«Hoy tenemos algunas diferencias que son mínimas, siempre el empresariado quiere que sea todo a favor de ellos, pero hemos ido consensuando. Tenemos diferencias como la adaptabilidad o flexibilidad, pero la normativa la tiene que poner el Gobierno y frente a eso hemos tenido al menos un consenso», explicó la presidenta de la Central Autónoma de Trabajadores CAT, Magdalena Castillo.
La dirigenta sindical detalló que «ellos piden 5 años y nosotros pedimos 3 años máximo. Creemos que 5 años es mucho, ahí se van a cumplir más de 130 años de cuando se generó el horario de trabajo 8 horas, además, ya hay ejemplos de que muchas empresas bajaron la jornada horaria entre 38 y 40 horas».
Dentro de los primeros puntos de la propuesta, se establece que la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales debe permitir a las y los trabajadores acceder a una mejor calidad de vida junto a sus familias y que no debe implicar una disminución de aquello. Seguidamente, se señala que es importante que la reducción de la jornada y el aumento de costos para las empresas no afecte la productividad, para lo cual es necesario que las partes dialoguen y puedan pactar condiciones de adaptabilidad trabajo.
En esta misma línea, se propone un periodo de ajuste no especificado, para que las empresas puedan adaptar su funcionamiento. Frente a esto, la presidenta de la CAT reflexiona que la reducción de jornada no tendría un impacto negativo en la producción: «No significa que no sean productivos, muy por el contrario, se genera mayor productividad cuando tu sales más temprano. Por lo demás, lo exige la OCDE, estamos atrasados a nivel internacional, el resto de los países con los que siempre nos comparan tienen entre 35 y 40 horas, nosotros en promedio tenemos 41».
«En general se trabaja más, pero recordemos que hay empresas que tienen menos de 38 horas, por tanto, se puede hacer, no es tan complicado y la pandemia demostró que se puede trabajar menos sin afectar la productividad, está demostrado», agregó Magdalena Castillo.
Por otro lado, se propone como fundamental tomar espacial consideración con la situación en que se encuentran las pymes, resaltando que cualquier propuesta de reducción de la jornada laboral ordinaria debe tomar en cuenta «su compleja situación».
Revisa a continuación todos los puntos del acuerdo:
- Que reducir la jornada ordinaria de trabajo de 45 a 40 horas efectivas de trabajo semanal debiera permitir que los trabajadores y trabajadoras puedan acceder a una mejor calidad de vida junto a sus familias.
- Que la reducción de la jornada laboral a cuarenta horas semanales debe ser aplicada en forma tal que no implique una disminución del nivel de vida de los trabajadores.
- Que es importante que la reducción de la jornada ordinaria de trabajo y el aumento de costos para las empresas no afecte la productividad, para lo cual es necesario que las partes dialoguen y puedan pactar condiciones de adaptabilidad que permitan reordenar los tiempos de trabajo de manera acorde a las situaciones específicas de las empresas y los
- Que es posible que las empresas no puedan reducir de manera inmediata la jornada ordinaria a 40 horas y requieran de un período de ajuste, por tanto, creemos necesaria una gradualidad, lo que debiera facilitar que las empresas puedan tomar resguardos organizacionales que les permitan
- Que cada empresa es una realidad distinta no solo por su tamaño, actividad o ubicación geográfica, sino también por sus diversas formas de organización del trabajo por turnos, jornadas parciales, especiales, excepcionales y otras formas de organización. Tanto para las empresas como para los trabajadores que, debido a las particularidades de sus actividades requieren jornadas especiales y excepcionales, es muy importante que éstas no se vean alteradas con la aplicación de la jornada ordinaria de 40 horas
- Que para las pymes es fundamental que cualquier propuesta de reducción de la jornada laboral ordinaria tome en cuenta su compleja situación, dado los múltiples costos en que han debido incurrir producto del estallido social, la pandemia del Covid-19, las nuevas regulaciones legales y su menor participación de
- Que para preservar la empleabilidad formal y el incremento de la productividad de las empresas, la reducción de la jornada laboral debe ser acompañada de políticas públicas que faciliten y favorezcan la capacitación y la formación en el trabajo en las nuevas habilidades que los cambios tecnológicos nos exigen hoy y en el Se debe asegurar los mecanismos y recursos necesarios para la reconversión laboral de los trabajadores y trabajadoras, que permitan estar preparados para los avances tecnológicos y de automatización que la industria moderna necesita.
- Que es fundamental generar incentivos que promuevan el trabajo formal, donde la legislación laboral y la seguridad social puedan cumplir su labor reguladora y protectora. Y muy en particular en el caso de las mujeres, jóvenes, adultos mayores y personas que tienen a cargo el cuidado de Es de la mayor importancia el facilitar el acceso a un mayor abanico de posibilidades que favorezcan su acceso al empleo formal y protegido.
Descarga aquí el acuerdo completo: Acuerdo-reducción-jornada-agosto-2022
Vía Sindical