El canciller de Alemania, Olaf Scholz, anunció este domingo 4 de septiembre un tercer paquete de ayuda para sus ciudadanos, con el fin de aliviar los altos costos de vida debido a la crisis energética. El plan, por valor de 65.000 millones de euros, fue confirmado justo después de que Rusia cerrara de forma indefinida el gasoducto Nord Stream 1 que transporta el hidrocarburo a Europa, a través del territorio alemán.
“Superaremos el próximo invierno”, prometió el canciller Olaf Scholz este domingo, mientras Alemania se apresura a tomar medidas ante lo que se pronostica que será una estación difícil este año.
Tras 22 horas de conversaciones entre los tres partidos de la coalición, Berlín aprobó un tercer paquete por 65.000 millones de euros para aliviar el impacto de la inflación en los bolsillos de los ciudadanos y las afectaciones a las empresas, en medio de la crisis energética.
El nuevo plan de ayudas incluye aumentos en los beneficios y un subsidio al transporte público, así como 1.700 millones de euros en exenciones fiscales para 9.000 empresas que requieren de un gran uso de energía eléctrica.
Además, Alemania adelanta la implementación del impuesto corporativo mínimo global del 15%.
“Nunca caminarás solo”, agregó el líder del Gobierno alemán durante el anuncio cambiando al inglés y en referencia a una afamada canción adoptada por los fanáticos del club de fútbol Liverpool.
La economía más grande de Europa busca así aliviar las cargas y liberarse de la dependencia de los suministros rusos.
“Alemania superará este momento como una democracia porque somos muy fuertes económicamente y somos un Estado de bienestar: los dos juntos son importantes (…) Con cada nuevo parque eólico, seremos más independientes», sostuvo Scholz, quien explicó que a finales de este año estarían operando las primeras terminales de GNL (gas natural licuado), en el Mar del Norte.
El paquete anunciado en las últimas horas se suma a dos más acordados previamente, por 30.000 millones de euros, que incluyeron una reducción del impuesto sobre la gasolina, pagos únicos a millones de jubilados vulnerables y un popular billete de transporte público fuertemente subvencionado.
Pero con la expiración de muchas de esas disposiciones a finales del pasado agosto y los precios al consumidor en alza, el Gobierno ha estado bajo presión para brindar más asistencias.
Las medidas preventivas hasta la fecha, entre ellas un intento por reducir el consumo, han hecho poco para detener un fuerte aumento en las facturas de los hogares.
El tercer paquete eleva a 95.000 millones de euros la cantidad asignada a la lucha contra la inflación desde que comenzó la guerra de Ucrania, el pasado 24 de febrero.
En Alemania, la inflación volvió a subir al 7,9 por ciento en agosto, después de caer durante dos meses consecutivos gracias a medidas de alivio previas.
No obstante, los expertos prevén que el nuevo aumento de los precios de la energía impulse el costo de vida generalizado a alrededor del 10 % para finales del presente año, lo que sería su tasa más alta en décadas.
La energía, la manzana de la discordia en la pugna político-económica
La invasión ordenada por el presidente ruso Vladimir Putin contra su vecino país y las consecuentes sanciones financieras e internacionales a Moscú, principal exportador de hidrocarburos a varias naciones del Viejo Continente, han elevado los costos de la energía que a su vez disparan la inflación.
El escenario va camino a empeorar luego de que el pasado viernes 2 de septiembre el gigante energético Gazprom, controlado por el Kremlin, informara que cierra totalmente y de forma «indefinida» el gasoducto Nord Stream 1. Se trata del más importante para Europa que bombea el recurso desde suelo ruso hasta el territorio alemán.
Moscú alegó que su decisión está basada en una fuga de aceite en una turbina, que solo puede ser reparada por una empresa especializada. Inicialmente señaló que sería una interrupción por tres días. Después, de forma abrupta anunció el cese total, algo de lo que responsabilizó al bloque europeo por no hacer el mantenimiento de sus sistemas.
Sin embargo, hay quienes afirman que el Gobierno ruso utiliza sus hidrocarburos como un “arma de guerra”. Moscú claudicó el grifo justo horas después de que el grupo de las siete economías más fuertes del mundo (G7) acordaran limitar el precio del petróleo ruso.
“Rusia ya no es un proveedor de energía fiable. Eso es parte de la nueva realidad. El Gobierno alemán se preparó para este escenario”, indicó Olaf Scholz este domingo, mientras aseguraba a sus ciudadanos que su Administración ha tomado todas las medidas para controlar la situación.
El plan de alivio de 65.000 millones de euros anunciado este 4 de septiembre podría incrementarse si los precios de la electricidad se elevan aún más, indicó el ministro de Finanzas, Christian Lindner.
Fuente: France 24