“Hubo acuerdos que nunca se concretaron que tenían que ver con difusión. Había que hacer, creo yo, educación cívica a todo nivel durante la CC y eso brilló por su ausencia. Era un proceso histórico inédito que ameritaba compromiso decidido que jamás existió. Muchos, texto en mano, gastaron tiempo en aclarar noticias fake. Qué vergüenza”.
Trabajé en la convención desde enero de 2022. Vi de cerca aquello que se reproducía en la prensa y también aquello que jamás iba a aparecer. Primer juicio: la prensa colaboró en el desprestigio del proceso.
Hay una dificultad previa: el proceso fue concebido con mala voluntad y abandono institucional. El diseño de la convención fue sin compromiso. En un año era IMPOSIBLE articular una constitución perfecta que pusiera fin a una excesivamente autoritaria y amarrada como la del 80. Aún así se logró un texto que requería afinarse, pero alabado por expertos locales e internacionales.
Pero por lejos el abandono más profundo fue humano. 155 almas que representaban a la humanidad misma, llegadas sin experiencia y muchos en actitud reivindicativa extrema de lado y lado; una derecha picadísima por el peso irrelevante, y activistas acérrimos por causas distintas que no necesariamente debían plasmarse en el texto final. Un tiempo de inducción, capacitación y diálogo previo habría calmado y preparado los ánimos para trabajar los contenidos. Alfredo Zamudio fue a hablarle a la comisión de comunicaciones y parecieron quedar tan de acuerdo (izquierdas y derechas) en conceptos como espacio seguro y disposición al diálogo que lo llevaron a hablarle al pleno. Pero ya era tarde.
El tema Rojas Vade se zanjó tajante y rápidamente, pero se le siguió cobrando hasta el día final, como si en la vida real no existieran los Rojas Vade… (yo he conocido a varios en mis 47 años ).
Hasta el último día convencionales y asesores no tuvieron dónde almorzar ni dónde tomar un café. Algo tan sencillo como encontrarse en torno a un café o un almuerzo, no pudo ocurrir. Tampoco hubo elementos técnicos el día uno. El gobierno de Piñera jamás tuvo una actitud de cuidado por este espacio hasta que llegó el último secretario ejecutivo que hizo milagros por proteger aquello que estuvo en sus manos.
Juicio dos: les importó un soberano pepino cuidar a las personas y a la institucionalidad de la CC. Hubo también un abandono comunicacional, eso está meridianamente claro, en mi opinión. Hubo acuerdos que nunca se concretaron que tenían que ver con difusión. Había que hacer, creo yo, educación cívica a todo nivel durante la CC y eso brilló por su ausencia. Era un proceso histórico inédito que ameritaba compromiso decidido que jamás existió. Muchos, texto en mano, gastaron tiempo en aclarar noticias fake. Qué vergüenza.
Los 155 convencionales fueron elegidos por nosotros después de haber votado por un porcentaje mayor que el del apruebo, el que fuera una convención constitucional (79%), por sobre un 21% de convención mixta. Es decir hubo gente que votó rechazo y votó convención constitucional por sobre la mixta.
Entonces todos éramos la convención. Y nos desmarcamos rápidamente desconociendo el origen de la institución.
Nos faltó acordarnos de que eran seres humanos bajo presión en un ambiente hostil y millones esperando que la cagaran.
Hubo convencionales que hicieron mucho daño a la imagen de la convención. El día uno Elsa Labraña cometió un error grave del cual nunca se hizo cargo (nunca vio que fue un error grave). El tono de otros y otras nada aportó. Y qué decir de Teresa Marinovic que dormía para agarrar fuerzas para seguir denostando a quien se le cruzara. Ofendió, hizo bullying, garabateó a diestra y siniestra y donaba su sueldo por esa costumbre asistencialista y de limosna tan propia de la elite católica. Se tomaba fotos y las publicaba además. Montealegre y Cantuarias metieron más bulla que políticos serios de derecha que tenían ganas de dialogar y aportar.
La CC fue una casa de vidrio con exposición 24/7 con espectadores implacables que esperaban atentos los errores para deslegitimarla. También vi gestos de humanidad como a Harry Jurguensen solidarizando con Marco Barraza después del ataque que recibió en la puerta del ex Congreso. Vi muchos más, pero nunca aparecieron.
Una parte de lo que se rechazó en el plebiscito fue el proceso. Bueno. Los factores son varios y variados. También hay un porcentaje de rechazo venido del terror y la mentira. Se imprimieron interpretaciones libres del texto. Se mintió en la franja y a nadie le pareció grave. Nada que hacer. Hubo un rechazo al texto mismo, y otro porcentaje importante de simplemente no querer cambios.
Así es la democracia.
Nunca es triste la verdad… lo que no tiene es remedio.
Patricia Abarca Aguad