Durante la presente jornada, varias cuentas de ultraderecha viralizaron en la red social Twitter un video que enarbolaron como «prueba» para hacer creer que la actual senadora Fabiola Campillay habría estado en realidad atacando a carabineros y no caminando a su trabajo la tarde en que recibió el disparo en su rostro, por parte del ahora expolicía Patricio Maturana.
La indignante fake news solo se sustenta en el mencionado video, que -obviamente- está editado con hartos efectos visuales y en el cual, en un segundo, se muestra a una mujer de espaldas, «que estaba lanzado piedras a carabineros» y que fue apuntada como «Fabiola Campillai» por los hasta ahora desconocidos difamadores.
El video generó una condena unánime en la ciudadanía y vino a reiterar, además, la urgencia de legislar respecto a la propagación de mentiras, noticias falsas y discursos de odio tanto en las redes sociales como en los grandes medios de comunicación.
En este caso específico, hay que recordar que el Tribunal Oral en Lo Penal de San Bernardo, el 1 de septiembre de 2022 condenó al excarabinero Patricio Maturana por el delito de apremios ilegítimos. En la investigación, se pudo acreditar que efectivamente, al momento de la agresión policial, Fabiola Campillai caminaba rumbo a su trabajo, donde le tocaba cumplir el turno de la noche.
En la misma resolución, el tribunal argumenta que se valió de pruebas testimoniales, periciales, documentales, videograbaciones y evidencias materiales exhibidas, «que le permitieron formarse la convicción, más allá de toda duda razonable, de los hechos descritos y la condena respectiva».
Una vez viralizado el video, la cuenta @BotCheckerCL apuntó la situación y recordó que no es primera vez que se realizan este tipo de acciones contra la senadora: «La cuenta @RechazoChileno efectúa constantes ataques a Fabiola Campillai, de hecho es una de las palabras que más ha repetido en sus 2 años de vida en los que suma la no menor cifra de 103,369 tweets», indicaron.
Este tipo de campañas de difamación, al igual que la desplegada contra la nueva Constitución, son hoy quizás las principales amenazas para la democracia. En este caso específico, se trata no solo de una burda maniobra de desprestigio, sino que además de la amplificación de un discurso de odio que relativiza las violaciones a los Derechos Humanos cometidas en Chile desde el inicio de la revuelta en 2019, en la misma línea de lo que viene haciendo Kast y sus seguidores con los crímenes de la última dictadura cívico-militar.