En noviembre próximo se realizará la COP27 en Egipto, donde los países de las Naciones Unidas buscarán salidas a la crisis climática. El vicecanciller Freddy Mamani habló con Sputnik sobre la posición de Bolivia contraria a los mercados de carbono y la mayor responsabilidad que tienen los países industrializados en la emisión de gases nocivos.
Faltan dos meses para el inicio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 (COP27), que se realizará en la ciudad de Sharm El Sheikh, en Egipto. El Gobierno de Luis Arce prepara junto a organizaciones sociales la propuesta que llevará a las negociaciones, que involucrarán a los 193 países de las Naciones Unidas.
Sputnik conversó con el vicecanciller boliviano, Freddy Mamani, encargado de las negociaciones de parte del Estado Plurinacional. Indicó que llevará propuestas y también muestras de que el compromiso de Bolivia por cambiar la matriz energética avanza a pasos sólidos, con menos uso de combustibles fósiles.
Para la autoridad dos temas son centrales. Uno es el rechazo de Bolivia a los mercados de carbono, porque suponen monetizar las acciones para mitigar los efectos del calentamiento global.
Otro tema importante implica que los países más desarrollados aporten recursos para financiar las obras necesarias en las regiones empobrecidas, de modo que la temperatura promedio del planeta no supere los 1,5 °C en los próximos años, lo cual sería catastrófico para la mayoría de ecosistemas.
«Se debe priorizar el fortalecimiento de la cooperación internacional con enfoques no basados en los mercados de carbono. Para nosotros, el punto de partida es no mercantilizar el bosque, la naturaleza y la biodiversidad«, dijo Mamani a Sputnik.
Para que ello suceda, «la cooperación internacional debe asignar recursos financieros, se debe efectuar transferencia de tecnología y desarrollo de capacidades de los países, bajo el principio de no dejar a nadie atrás».
Y aseguró: «La cooperación y la solidaridad entre países es parte del camino con soluciones reales a la crisis climática. Pero, al mismo tiempo, desde los países del sur reiteramos de manera firme nuestro compromiso para cumplir efectivamente con compromisos internacionales de reducción de la contaminación ambiental».
Una propuesta con todas las voces
Desde que llegó a la presidencia Evo Morales (2006-2019) Bolivia comenzó a llevar grandes delegaciones a las COP, mayormente integradas por dirigentes de organizaciones campesinas e indígenas.
Esto no fue así en 2019, luego del golpe de Estado que puso en la presidencia a Jeanine Áñez (2019-2020). Tampoco en 2020 y 2021, por las restricciones impuestas para enfrentar la pandemia de COVID-19.
Este año, el Gobierno de Bolivia y las organizaciones sociales trabajan en una propuesta conjunta, que estará lista hasta el próximo 30 de septiembre.
«Estamos en un proceso de diálogo nacional y global para ir discutiendo y construyendo propuestas, rumbo a la COP 27», a realizarse entre el 6 y el 18 de noviembre próximos, explicó Mamani.
Con las organizaciones de Bolivia «se van a desarrollar diálogos virtuales con relación a temas como la transferencia de tecnología, que tiene que ver con el cambio climático y los pueblos indígenas», agregó.
El vicecanciller destacó que las organizaciones están nucleadas en la Plataforma de Comunidades Locales y Pueblos Indígenas sobre Cambio Climático.
«Es una instancia importante, donde se recogen las propuestas de los pueblos indígenas, que a lo largo de la historia han tenido capacidad de adaptarse a los cambios climáticos», comentó Mamani.
Esta plataforma tratará otros temas, como los mecanismos de mitigación, el colonialismo del mercado de carbono, los mecanismos de adaptación, la cobertura ante daños y pérdidas que Bolivia ha estado implementando, entre otros puntos que comentó la autoridad.
«Es central enfocarnos en el rechazo a los mercados de carbono, porque la naturaleza, los bosques y la biodiversidad cumplen funciones no solamente económicas, sino culturales, sociales y espirituales también», observó Mamani.
Y afirmó: «Tiene que ver con el Vivir Bien, en armonía y equilibrio con la Madre Tierra».
Hacia finales de septiembre se realizará «un diálogo nacional con todas las organizaciones, en el cual se terminará de construir la propuesta de Bolivia», dijo el vicecanciller.
Cambio de matriz energética
También «está prevista para octubre una reunión con los jefes de delegación de los países de pensamiento afín», que incluye a 22 países de Asia, África, Oceanía, América Latina y el Caribe, contó Mamani.
Además de indígenas y campesinos, la propuesta boliviana es trabajada con organizaciones obreras, académicas y centros de investigación.
En la próxima COP, Bolivia compartirá los datos de su avance para dejar de lado los combustibles fósiles, utilizados también en varias plantas generadoras de electricidad.
«Nuestro plan de desarrollo económico social hasta 2025 se dirige a la reconstrucción de la economía para Vivir Bien, hacia la industrialización con sustitución de importaciones. Para lograrlo es fundamental la transición energética», explicó el vicecanciller.
Para ello, se construyeron plantas fotovoltáicas, como la de Oruro. «También se ha impulsado la construcción de hidroeléctricas, así como la generación de energía eólica».
A la vez, «estamos ante el gran desafío de incorporar nueva tecnología en la extracción directa de litio, para su industrialización a partir de carbonato y el dióxido de litio para producir materiales catódicos y baterías de ión-litio», dijo Mamani.
Pero «para contribuir a la transición energética requerimos inversión, transferencia de tecnología. Esperamos que en los próximos meses se den resultados positivos, principalmente para trabajar en la extracción directa del litio».
Fuente Sputnik