El túnel sumergido más largo del mundo, que descenderá hasta 40 metros bajo el mar Báltico, unirá Dinamarca y Alemania y reducirá drásticamente el tiempo de viaje entre ambos países cuando se inaugure en 2029.
Tras más de una década de planificación, la construcción del túnel de Fehmarnbelt comenzó en 2020 y en los meses posteriores se ha completado un puerto temporal en el lado danés. En él se ubicará la fábrica que pronto construirá los 89 tramos de concreto que conformarán el túnel.
«La expectativa es que la primera línea de producción esté lista hacia finales de año o principios del próximo», dijo Henrik Vincentsen, CEO de Femern A/S, la empresa estatal danesa encargada del proyecto. «Para principios de 2024, tenemos que estar listos para sumergir el primer tramo del túnel».
El túnel, que tendrá 18 kilómetros de longitud, es uno de los mayores proyectos de infraestructura de Europa, con un presupuesto de construcción de más de 7.000 millones de euros (US$ 7.100 millones).
En comparación, el túnel del canal de la Mancha, que une Inglaterra y Francia –de 50 kilómetros, terminado en 1993– costó el equivalente a 12.000 millones de libras (unos US$ 13,6 millones) en dinero actual. Aunque es más largo que el túnel de Fehmarnbelt, el túnel del canal se hizo con una máquina perforadora, en lugar de sumergir secciones de túnel ya construidas.
El nuevo túnel se construirá a través del Fehmarn Belt, un estrecho entre la isla alemana de Fehmarn y la danesa de Lolland, y está pensado como alternativa al actual servicio de transbordadores desde Rødby y Puttgarden, que transporta a millones de pasajeros cada año. Donde ahora se tarda 45 minutos en ferri, se tardará solo siete minutos en tren y 10 minutos en automóvil.
Un viaje más rápido
El túnel, cuyo nombre oficial es Fehmarnbelt Fixed Link, será también el túnel combinado de carretera y ferrocarril más largo del mundo. Constará de dos autopistas de doble carril, separadas por un paso de servicio, y dos vías férreas eléctricas.
«Hoy en día, si se hiciera un viaje en tren de Copenhague a Hamburgo, se tardaría unas cuatro horas y media», dice Jens Ole Kaslund, director técnico de Femern A/S, la empresa estatal danesa encargada del proyecto. «Cuando el túnel esté terminado, el mismo viaje durará dos horas y media”.
«Hoy mucha gente vuela entre las dos ciudades, pero en el futuro será mejor tomar el tren«, añade. El mismo viaje en auto será alrededor de una hora más rápido que ahora, teniendo en cuenta el tiempo que se ahorra al no hacer fila para el ferri”.
Además de los beneficios para los trenes de pasajeros y los autos, el túnel tendrá un impacto positivo para los camiones y trenes de mercancías, dice Kaslund, porque crea una ruta terrestre entre Suecia y Europa Central que será 160 kilómetros más corta que la actual.
En la actualidad, el tráfico entre la península escandinava y Alemania a través de Dinamarca puede tomar el transbordador que cruza el Fehmarnbelt o una ruta más larga a través de puentes entre las islas de Selandia, Fionia y la península de Jutlandia.
Comienzan las obras
El proyecto se remonta a 2008, cuando Alemania y Dinamarca firmaron un tratado para construir el túnel. A partir de entonces, se necesitó más de una década para que ambos países aprobaran la legislación necesaria y se realizaran los estudios geotécnicos y de impacto ambiental.
Mientras que el proceso se completó sin contratiempos en la parte danesa, en Alemania varias organizaciones, entre ellas empresas de transbordadores, grupos ecologistas y municipios locales, impugnaron la aprobación del proyecto alegando competencia desleal o problemas medioambientales y de ruido.
En noviembre de 2020, un tribunal federal de Alemania desestimó las quejas: «La sentencia vino con una serie de condiciones, que en cierto modo esperábamos y para las que estábamos preparados, sobre cómo controlamos el medio ambiente mientras construimos, sobre cosas como el ruido y el vertido de sedimentos. Creo que tenemos que asegurarnos de que el impacto en el medio ambiente sea el menor posible», dice Vincentsen.
Ahora que el puerto temporal en el lado danés está terminado, se están llevando a cabo otras fases del proyecto, como la excavación de la zanja real que albergará el túnel, así como la construcción de la fábrica que construirá las secciones del túnel. Cada sección tendrá 217 metros de largo (aproximadamente la mitad de la longitud del mayor buque portacontenedores del mundo), 42 metros de ancho y 9 metros de alto. Con un peso de 73.000 toneladas cada uno, serán tan pesados como más de 13.000 elefantes.
«Tendremos seis líneas de producción y la fábrica constará de tres naves, la primera de las cuales ya está terminada en un 95%», dice Vincentsen. Las secciones se colocarán justo debajo del lecho marino, a unos 40 metros por debajo del nivel del mar en el punto más profundo, y se trasladarán a su lugar mediante barcazas y grúas. La colocación de las secciones llevará aproximadamente tres años”.
Un impacto más amplio
Hasta 2.500 personas trabajarán directamente en el proyecto de construcción, que se ha visto afectado por los problemas de la cadena de suministro mundial.
«La cadena de suministro es un reto en este momento, porque el precio del acero y otras materias primas ha aumentado. Conseguimos los materiales que necesitamos, pero es difícil y nuestros contratistas han tenido que aumentar el número de proveedores para asegurarse de que pueden conseguir lo que necesitan. Esa es una de las cosas que realmente estamos vigilando ahora, porque es crucial tener un suministro constante de materias primas», dice Vincentsen.
Michael Svane, de la Confederación de la Industria Danesa, una de las mayores organizaciones empresariales de Dinamarca, cree que el túnel será benéfico para las empresas más allá de la propia Dinamarca.
«El túnel de Fehmarnbelt creará un corredor estratégico entre Escandinavia y Europa Central. La mejora de la transferencia ferroviaria significa que más mercancías pasarán de la carretera al ferrocarril, apoyando un medio de transporte respetuoso con el clima. Consideramos que las conexiones transfronterizas son una herramienta para crear crecimiento y empleo no solo a nivel local, sino también nacional», explica a CNN.
Aunque algunos grupos ecologistas han expresado su preocupación por el impacto del túnel en las marsopas que habitan en el cinturón de Fehmarn, Michael Løvendal Kruse, de la Sociedad Danesa para la Conservación de la Naturaleza, cree que el proyecto tendrá beneficios medioambientales.
«Como parte del túnel de Fehmarnbelt, se crearán nuevas zonas naturales y arrecifes de piedra en los lados danés y alemán. La naturaleza necesita espacio y, por tanto, habrá más espacio para la naturaleza», afirma.
«Pero la mayor ventaja será el beneficio para el clima. El paso más rápido convertirá a los trenes en un fuerte rival para el tráfico aéreo, y la carga en trenes eléctricos es, por mucho, la mejor solución para el medio ambiente».
Fuente: CNN