Washington y sus laboratorios de investigaciones biológicas

Los laboratorios biológicos de Estados Unidos, repartidos por el mundo, representan una amenaza para la humanidad, pues lo que allí se desarrolla puede generar una hecatombe contra la vida en nuestro planeta.

Washington y sus laboratorios de investigaciones biológicas

Autor: Wari

Por Pablo Jofré Leal

Los laboratorios estadounidenses surgidos, desarrollados y en actividad bajo el liderazgo del Pentágono están diseminados por África, Latinoamérica y prácticamente todos los países que conformaron la ex Unión de Repúblicas Socialistas. Se calcula, que en el mundo, al menos 200 laboratorios de investigación biológica se encuentran financiados por Washington.

La presencia de especialistas estadounidenses en la construcción de armas químicas y biológicas, sobre todo en territorio post soviético, es parte de la evidencia respecto a los objetivos de las administraciones norteamericanas de llevar a cabo una política de máxima presión contra la Federación Rusa. En estas instalaciones, las agencias estadounidenses trabajan en crear y modificar patógenos de enfermedades mortales, para su probable uso, ya sea en el campo militar o acciones de sabotaje dentro del amplio campo de las denominadas guerras híbridas. Tanto la ONU, como distintas convenciones internacionales, conscientes de la capacidad y la facilidad de destrucción de estos, han establecido convenios de regulación, para evitar su uso y proliferación. Sin embargo, dicha decisión no impide que Washington haya plagado el mundo de centros de investigación destinados a crear armas de destrucción masiva – ADM –.

Un interesante estudio llevado a cabo por la Universidad Complutense de Madrid con investigadores del Departamento de Genética, Fisiología y Microbiología de la Facultad de Ciencias Biológicas de dicho centro de estudio, señala que “el protocolo de Ginebra de 1925 inició la regularización de la producción y uso de las armas biológicas. El Protocolo de Ginebra fue ampliado en 1972 con la Convención sobre Armas Biológicas y Toxicológicas (CABT). Esta convención puede considerarse como el primer tratado de desarme multilateral en el que se prohibía expresamente la producción de armas biológicas. Actualmente ha sido ratificada por 173 estados y prohíbe el desarrollo, producción, y almacenamiento de armas biológicas y toxinas” (1).

A pesar de la gran cantidad de países firmantes, este tratado no tiene un sistema de verificación que garantice su cumplimiento, como tampoco prohíbe la investigación con agentes biológicos que sean potencialmente peligrosos. Ya el año 1991 en la tercera conferencia de revisión de la convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción y el Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y Toxínicas y sobre su Destrucción, la ONU a través de la denominada Oficina de Asuntos de Desarme estableció un comité ad hoc llamado VEREX. Un comité destinado a investigar medidas de verificación, para hacer cumplir el control en materia de armas biológicas desde un punto de vista científico y técnico. Casi tres lustros más tarde, el año 2004 el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas estableció la Resolución N°1.540, que establece la obligación de emitir informes anuales sobre el estado del seguimiento internacional frente al uso y fabricación de agentes biológicos como ADM.

MAPA MORTAL

En las instalaciones que Estados Unidos posee en el mundo, se trabaja por crear y modificar varios patógenos de enfermedades peligrosas, destinadas también para su uso en el campo militar. Tal es el caso de Kazajstán, que posee en su territorio seis instalaciones estadounidenses. Esto, a partir del año 2005, donde las investigaciones en el campo biológico han despertado la alarma de Rusia, que ha señalado que la instalación principal, ubicada en la ciudad capital Almaty – ex Alma Ata – donde una inversión inicial de 120 millones de dólares el año 2013 posibilitó el desarrollo del Centro Científico Nacional Raykimbaev. Recordemos que este programa fue supervisado en sus inicios por el fallecido senador republicano Richard Lugar, estrechamente vinculado con la élite militar estadounidense –el llamado complejo militar industrial– y conocido por impulsar el desmantelamiento de las instalaciones nucleares de la ex URSS en Kazajstán e impulsar el desarrollo de armas biológicas en Ucrania y Georgia (2). Resulta interesante dar cuenta que el año 2021 el medio de comunicación ucraniano Politnavigator denunció que biólogos estadounidenses en el ejército en Ucrania, estaban trabajando, además de su país, también en Kazajstán para desarrollar métodos nuevos de propagación de cepas de virus contagiosas y mortales a través del ganado criado en Asia Central (3).

En las fronteras con Kirguistán el gobierno kazajo está construyendo un laboratorio biológico de alto nivel, que ha generado la protesta de los habitantes kirguises y que se unirá a los 40 proyectos que ya se están probando en líneas que tienen que ver con agentes patógenos provenientes del mundo animal, que pueden provocar diversas enfermedades: pestes en sus distintas variedades, turalemia, encefalitis y otra serie de virus propios de la región asiática, además de proyectos en ejecución que modifican el coronavirus de los murciélagos.

En Armenia, la llamada Agencia de Prevención de Amenazas de Defensa –DTRA por sus siglas en inglés– dependiente del Departamento de Defensa de Estados unidos realiza un programa en los laboratorios que posee en este país del Cáucaso Sur que permita crear e integrar sistemas de vigilancias de enfermedades. Son 94 complejos de técnica especial de Washington los que han sido desplegados en los laboratorios en Armenia, especialmente en el Centro Nacional para el Control y la Prevención de Enfermedades del Ministerio de Salud Pública, como también en centros del Ministerio de Economía, la cartera de Emergencia. Estructuras centrales del Servicio Estatal de Seguridad Alimentaria del Ministerio de Agricultura ubicados en la capital armenia, fueron inaugurados el año 2016 por dos ministros armenios y el Embajador de Estados Unidos en Armenia, estableciendo estructuras regionales en las provincias de Shirak, Tavush, Lori, Gegharkunik y Syunik. La tarea clave de estos centros financiados por Estados Unidos en la caliente zona del Cáucaso Sur.

En Georgia, el Centro Richard Lugar –que recuerda el nombre del ultraderechista senador republicano considerado un acérrimo enemigo de la ex URSS– es un laboratorio médico y militar ubicado en las afueras de la ciudad capital, Tbilisi. Un centro con financiamiento estadounidense, que dotado de un nutrido grupo de científicos, instalaciones de último nivel y alta capacidad de producción. les permite realizar experimentos cuyo centro es medir el impacto de patógenos y sus efectos en las personas, teniendo en cuenta factores raciales y étnicos y que constituyen para Rusia un serio peligro, denunciado en múltiples foros. En el consejo directivo de este centro existe un representante estadounidense, que permite controlar que los fondos destinados vayan en la dirección de los intereses de Washington. Moscú ha señalado, en más de una oportunidad, que le preocupa la actividad del Pentágono de instalar laboratorios médico-biológicos en la cercanía inmediata de las fronteras rusas. En 2015 la Cancillería rusa afirmó que «bajo el techo del Centro Lugar funciona una unidad de investigaciones médicas del Ejército de Tierra de Estados Unidos” (4).

U.S. President Barack Obama awards the Presidential Medal of Freedom to former Sen. Richard Lugar on Nov. 20, 2013 in Washington. (Photo: Win McNamee/Getty Images)

Azerbaiyán, también ubicado en el Cáucaso Sur, igualmente ha recibido críticas por la instalación de compañías comerciales –bajo el paraguas del Pentágono– destinados a la investigación biológica que unificó empresas del Ministerio de Salud.

En el caso de Ucrania señalé, en un trabajo del portal segundopaso.es, que con el apoyo financiero y organizativo de Washington, tras el derrocamiento del presidente Viktor Yanukovich, los regímenes ucranianos han desplegado en ese país una red de 30 laboratorios biológicos destinados a trabajos de investigación y estudio de enfermedades mortales, especialmente patógenos y virus posibles de utilizar en una guerra biológica. Medios de la India afirman que esos laboratorios en Ucrania han trabajado en la creación de armas biológicas de acción selectiva dirigidas a ciertos grupos étnicos (5). El proveedor de fondos y receptor de las investigaciones es la denominada Agencia de Prevención de Amenazas de Defensa (DTRA) dependiente del Departamento de Defensa de los Estados Unidos con sedes en Kiev, Odessa, Lvov y Járkov.

El Ministerio de Defensa de Rusia ha señalado que el denominado fondo de inversiones Rosemont Seneca Thornton, fundado por Hunter Biden, hijo del presidente del actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, junto al Fondo de Inversiones del especulador George Soros han financiado los laboratorios de armas biológicas en Ucrania, que cuentan con el beneplácito del Pentágono (6). A inicios de marzo del año 2022, la subsecretaria de Estado, Victoria Nuland –conocido apoyo de la ultraderecha ucraniana- declaró, ante una audiencia del Senado, que en Ucrania han estado funcionando ‘instalaciones de investigación biológica’, en respuesta a una pregunta del senador Marco Rubio -republicano de Florida– sobre la presencia de armas químicas o biológicas en el país (7).

En el caso de África, detallo brevemente la presencia de Estados Unidos con laboratorios de investigación biológica en algunos países de este continente. Es el caso de Kenia, donde Estados Unidos, a través del Pentágono está ampliando los centros médicos de Kisumu y Kericho. Entidades donde se emplean 80 investigadores estadounidenses, que realizan, en este último tiempo, no sólo de enfermedades endémicas, sino también una nueva vacuna “Gineos” destinada a combatir la llamada viruela símica –viruela del mono–. cuya diseminación puede complicar sobre todo a personas inmunosuprimidas, pacientes con VIH o embarazadas en cualquier etapa de gestación. Junto a personas con riesgo ocupacional, es decir, que por sus trabajos puedan verse expuestos al virus. Por ejemplo, personal de salud de atención ITS/VIH y personal de laboratorio que manipulan muestras de Viruela del Mono.

En Liberia, existe un centro conjunto de investigación entre científicos norteamericanos y liberianos, con proyectos vinculados al estudio del virus del ébola Lassa, Marburgo y Zika, que suelen causar estragos sociales y económicos. Liberia ha tenido experiencias, en años anteriores, de estudios que han significado el abandono de primates utilizados para investigaciones secretas. Tal fue el caso, el año 1974, del financiamiento del banco de sangre estadounidense New York Blood Centre (NYBC), que decidió crear Viral II en Liberia para experimentar con virus en chimpancés silvestres. Estos primates fueron infectados intencionalmente, por ejemplo, con el virus de la hepatitis y otros patógenos, supuestamente para desarrollar vacunas. En 2005, el director de Viral II, Alfred Prince, anunció el fin de todos los experimentos y aseguró que la organización estaba haciendo arreglos para «cuidar de por vida» a los chimpancés. Dichos primates están abandonados hoy, muriendo poco a poco (8).

En Yibutí, en el llamado Cuerno Africano, centro de indudable importancia geoestratégica, pues se encuentra en la costa oeste del estrecho Bab al Mandeb, por donde transita el 40% del petróleo proveniente del Golfo Pérsico camino a Europa. Allí, en la base militar estadounidense de Camp Lemonnier Forward Operating Base, funciona un laboratorio de estudios biológicos.

En Tanzania, el instituto de investigación del ejército de Estados Unidos “Walter Reed”, principal centro de investigación biomédica del Pentágono, financió un laboratorio biológico en sus dependencias en la ciudad tanzana de Mbeya. Este centro es uno de los ocho que funcionan en este país africano, tres de los cuales tienen protección biológica BLS-3, que significa estrictas medidas de seguridad en las barreras primarias y secundarias, para proteger al personal en áreas contiguas a la comunidad y al medio ambiente de la exposición a aerosoles potencialmente infecciosos. Desde el año 2015 a la fecha el financiamiento de estos centros ha superado los 100 millones de dólares, más que cualquier apoyo humanitario en este país.

En Nigeria existen cuatro laboratorios biológicos militares estadounidenses. Las acusaciones de la federación rusa respecto a la presencia de Washington aquí revieron un carácter necesario de tener en cuenta, sobre todo que se advirtió a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a investigar el trabajo de los laboratorios en Nigeria subvencionados por Estados Unidos. Así lo declaró, en mayo pasado, el jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, Ígor Kirílov. Kirílov quien señaló que «de acuerdo con la información disponible, en Nigeria funcionan al menos cuatro laboratorios biológicos controlados por Washington y según el informe de la OMS, la cepa sudafricana causante de la viruela del mono fue exportada desde Nigeria. Hacemos un llamado a los líderes de la OMS para que investiguen las actividades de los laboratorios nigerianos financiados por EEUU en Abuya, Zaria y Lagos, e informen a la comunidad mundial sobre sus resultados» (9).

En la República Sudafricana el centro para el control y la prevención de enfermedades de Estados Unidos –con sede en Atlanta– está llevando, actualmente, un plan de investigación como parte del programa gubernamental denominado “Alivio del SIDA”. Las docenas de científicos adscritos a este programa y otros más secretos realizan ensayos clínicos en ciudadanos locales con prácticas de uso de nuevos medicamentos. Una Sudáfrica, que en el tiempo del apartheid fue un estrecho aliado occidental en la producción de agentes químicos y biológicos cuyas víctimas era la población negra. Ejemplo de ello fue el proyecto Coast, cuyo director era el médico Wouter Basson. Programa clasificado de armas biológicas y químicas, sucesor de un programa similar posterior a la segunda guerra mundial, que produjo los agentes letales CX y gas mostaza, así como el gas lacrimógeno. Incluso la búsqueda de mecanismos para dejar estéril a la población negra en un programa étnicamente selectivo y destructivo que contó con apoyo de fondos suizos (10).

Reitero lo sostenido en trabajos anteriores: Los laboratorios biológicos de Estados Unidos, repartidos por el mundo, representan una amenaza para la humanidad, pues lo que allí se desarrolla puede generar una hecatombe contra la vida en nuestro planeta. Desarrolladas principalmente por Estados Unidos, las armas biológicas pueden disfrazarse de epidemias ordinarias y atacar rápidamente a un gran número de personas. Esto significa que en el caso de un accidente en cualquier biolaboratorio, sea en Latinoamérica, África, Asia o Europa, controlados por Washington, las consecuencias para la humanidad pueden ser desastrosas y constituirse, claramente, en un crimen internacional.

Pablo Jofré

Por Pablo Jofré Leal

Artículo para SegundoPaso ConoSur

Permitida su reproducción citando la fuente

  1. https://www.ucm.es/otri/noticias-que-son-las-armas-biologicas-un-recorrido-por-su-utilizacion-a-lo-largo-de-la-historia-belica
  2. https://actualidad.rt.com/actualidad/view/115237-centro-biologico-kazajistan-poligono-eeuu
  3. http://spanish.xinhuanet.com/2021-07/25/c_1310085110.htm
  4. https://sputniknews.lat/20200706/georgia-afirma-que-el-centro-lugar-situado-en-su-territorio-investiga-el-coronavirus-1091982798.html
  5. https://greatgameindia.com/russia-un-meeting-biolabs-ukraine/
  6. https://segundopaso.es/news/2318/Washington-Armas-Biol%C3%B3gicas-en-Ucrania
  7. https://www.wsws.org/es/articles/2022/03/11/nula-m11.html
  8. https://www.bbc.com/mundo/noticias-37408948
  9. https://sputniknews.lat/20220527/rusia-llama-a-la-oms-a-investigar-los-laboratorios-financiados-por-eeuu-en-nigeria-1125938305.html
  10. https://www.voltairenet.org/article125383.html

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