Marco Velarde, presidente de Comunes: «Le vamos a demostrar a Chile que lo hacemos bien y vamos a tener un segundo Gobierno»

En entrevista con El Ciudadano, el timonel frenteamplista abordó las negociaciones por el nuevo proceso constituyente y la gestión del Gobierno en este primer período.

Marco Velarde, presidente de Comunes: «Le vamos a demostrar a Chile que lo hacemos bien y vamos a tener un segundo Gobierno»

Autor: Axel

Han pasado cinco meses desde que Marco Velarde asumió la dirigencia de Comunes, el partido del Frente Amplio al cual pertenecen las diputadas Emilia Schneider, Camila Rojas y Claudia Mix. En entrevista con El Ciudadano, el timonel frenteamplista se refiere a las negociaciones por el nuevo proceso constituyente y reflexiona acerca de los aciertos y errores del Gobierno en este primer tiempo.

¿Qué diagnóstico hacen como Frente Amplio sobre la derrota en el plebiscito? ¿Qué errores cometieron en dicho proceso que ahora apuntan a resolver?

Creemos que el texto que resultó de la Convención Constitucional no conectó con las mayorías chilenas, la gente no se sintió representada por él. Esta es una de las grandes cosas que hay que reflexionar para el nuevo proceso al cual vamos a entrar ahora. También creemos que la ciudadanía se sentía alejada de la política, sobre todo con la situación actual que está viviendo el país, por lo que el voto del 4 de septiembre también es un voto de rechazo a la política.

En los convencionales hubo errores, se impulsaron muchas banderas activistas y se pensó poco en que, si bien en la ciudadanía hay anhelos de cambio, también hay una gran parte que es temerosa frente a ciertas demandas. Nosotros no supimos leer que algunas banderas progresistas que para nosotros eran importantes causaron resquemores en sectores importantes de la ciudadanía. Nosotros no podemos avanzar tres pasos más adelante que el resto de la población. Tenemos que ir lento, en conjunto con la gente y articular un mayor nivel de conexión y pedagogía para explicar nuestras demandas. Nuestras propuestas pueden ser muy lúcidas para nosotros pero no significa que el resto de la gente lo entienda de la misma forma. Tenemos que comprender que no somos ni una vanguardia ni unos iluminados. Tenemos que caminar junto con el resto.

¿Crees que la convención terminó siendo vista como un espacio de discusión de la élite política?

Yo creo que la Convención, si bien introdujo nuevos actores a la política a través del mundo independiente, y representaba un arco más grande que el de la política tradicional, sí cometió el vicio de encerrarse a discutir en sí misma. Las discusiones no salían del espacio formal en el que se encontraban, la gente no estaba atenta al debate, no estaba informándose y tampoco había un esfuerzo de parte de la Convención por ampliar la discusión hacia los territorios.

También creo que hubo una falta de participación institucional, sobre todo por parte de actorías como las municipalidades o el Gobierno, que pudieron haber hecho un esfuerzo mayor para que, desde el momento en que la Convención empezó, pudiéramos tener un proceso vivo con la ciudadanía. Así como la gente empujó el proceso, la gente también tenía que estar encima de él, pero eso no pasó.

Durante su gira en Nueva York, el presidente Boric habló de una Constitución más general y con menos causas identitarias, ¿estás de acuerdo con esta postura?

Creo que tenemos que alcanzar grandes consensos políticos para esta nueva Constitución. Al menos desde el Frente Amplio queremos tener una Constitución que abogue por el Estado social y democrático de derecho, por la paridad y por la descentralización, y que el resto de las luchas que son importantes y significativas para nosotros queden abiertas en la sociedad y podamos seguir disputándolas.

¿Pero no desde el área constitucional?

Desde donde podamos. Podemos dejar abierto un anhelo constituyente, pero también podemos dejar abierto el espacio para que desde el Congreso podamos otorgar leyes que nos permitan avanzar en democracia. Hay muchas cuestiones que estaban en el texto rechazado que evidentemente nos hacían avanzar en resolver problemas concretos del siglo XXI, pero que no necesariamente deben ser constitucionalizados.

Chile Vamos trazó ciertas líneas rojas para el nuevo proceso: Congreso bicameral, libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos, Banco Central Autónomo y el derecho a la vida, entre otros. ¿Cuáles son sus líneas rojas como Frente Amplio? ¿Qué materias son intransables?

Chile Vamos nos ha propuesto una discusión sobre bordes constitucionales que en algunos aspectos legitima el modelo neoliberal, legitima la subsidiariedad y permite el negocio en los derechos sociales. La protección de la propiedad sobre el agua y la inexpropiabilidad de los fondos de pensiones son cuestiones que para nosotros no son tema para un acuerdo, sino que son discusiones de carácter programático que tienen que darse en el órgano soberano para ello, y eso es el proceso constitucional. Nosotros no nos negamos a esta discusión ni la cerramos, pero queremos que esta nueva Constitución efectivamente sea nueva y no una reforma, y ellos nos están llevando a un camino donde estamos discutiendo una nueva Constitución antes incluso de que entremos en ese proceso. 

Nuestras líneas rojas son el hecho de discutir cosas sobre las cuales no tenemos potestad porque no somos el órgano constituyente. Queremos que los bordes sean principios institucionales que resguarden nuestra institucionalidad democrática. Para ello hemos incorporado cuestiones como los símbolos patrios, los Estados de excepción y otros elementos que permitan darle certeza a la gente de que el nuevo proceso se va a realizar responsablemente.

¿Qué rol deben jugar los independientes en este nuevo proceso?

Hay un acuerdo transversal de que los independientes puedan participar en este nuevo proceso constituyente a través de listas de partidos. Se ha hecho una gran reflexión de cómo fue la incorporación de los independientes en el proceso anterior. Son actores importantes porque la política representa más que los partidos, pero este nuevo proceso necesita de mucha conducción política, y acá los partidos son sumamente importantes para dirigir la discusión.

¿Y los expertos?

Se ha hecho la reflexión que se necesita un mayor protagonismo de los expertos en este proceso, pero van a tener un rol de acompañamiento, no deliberativo. Quienes tienen el poder constituyente son aquellas personas que son elegidas para el cargo, entre los cuales se pueden postular expertos constitucionales. Los expertos no son entes neutrales, tienen ideología y no podemos sustraerlos de la discusión.

Cuando se realizó el cambio de gabinete se habló de un giro ideológico en el Gobierno. A 30 días de asumidas las nuevas ministras del Socialismo Democrático, ¿notas algún cambio en la dirección del Gobierno?

El Gobierno se ha comprometido a no renunciar a su programa de gobierno y las ministras que se incorporaron han respaldado el programa por el cual fuimos elegidos. Yo creo que ambas ministras del Socialismo Democrático traen una expertise que va a ayudar a que nuestras reformas avancen y mejorarán algunos aspectos en los cuales el gobierno había flaqueado en su primer tiempo. Hay total confianza en sus capacidades y en el trabajo que Apruebo Dignidad está realizando junto al Socialismo Democrático. Tenemos diferencias, pero el compromiso con sacar un gobierno transformador adelante es más grande que las cosas en las que no congeniamos.

En entrevista con La Tercera reconociste que el Frente Amplio ha tenido deficiencias que los llevaron a tener menos cargos en el último ajuste ministerial, ¿cuáles dirías que son estas deficiencias y cómo apuntan a corregirlas de cara al segundo tiempo del Gobierno?

Efectivamente hemos tenido errores como cualquier otra coalición joven los ha tenido en el pasado. Hemos tenido errores de carácter comunicacional, hemos entrado en enfrentamientos innecesarios y nos faltó hablar más con hechos concretos. Pero creo que nadie que se enfrente a una tarea tan grande como es la de estar en un Gobierno está libre de cometer errores. La derecha lo hizo en su momento, la Concertación también lo hizo y nosotros no somos iluminados ni infranqueables. Cometemos errores, pero los reconocemos y enmendamos el camino.

Hoy estamos asumiendo el compromiso de mejorar estos errores y darle una mayor espalda y conducción política al Gobierno. Este Gobierno sigue siendo frenteamplista y eso no va a cambiar. Nos queda harto tiempo por delante y le vamos a demostrar a Chile que lo hacemos bien y vamos a tener un segundo Gobierno.


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