Amenaza a las semillas nativas campesinas: Carta a Presidente Boric de Zunlida Lepín, tesoro humano vivo

La señora Zuny ha sido parte de la recuperación de 350 variedades de semillas, junto a la labor técnica puramente agronómica

Amenaza a las semillas nativas campesinas: Carta a Presidente Boric de Zunlida Lepín, tesoro humano vivo

Autor: Seguel Alfredo

Zunilda Lepín es un reconocida defensora y guardadora de semillas, como también en el  rescate de historias de vida vinculadas a la agricultura campesina.

Zunilda Lepin es defensora y guardadora de la semilla nativa y campesina mediante el resguardo, uso, valoración e intercambio a través de la promoción de una de las instituciones ancestrales “Trafkintu” donde ella ha sido parte importante en su revitalización junto a otro grupo de mujeres del territorio mapuche.

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A partir de estas prácticas tradicionales del pueblo mapuche y también de tradición campesina, Zunilda Lepín es una promotora de la soberanía alimentaria

Zunilda Lepín, frente a políticas gubernamentales por catastro de semillas extendió una sentida carta al Presidente Gabriel Boric, “Todas las ñañas y huerteras de todo el país sabemos que todo esto que están haciendo de catastros, bancos y búsqueda de semillas es solo para el negocio de algunos, nuevamente olvidando la voz de nosotras”.

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A continuación, la carta:

Carta de Zunilda del Carmen Lepín Henríquez, cuidadora de semillas y tesoro humano vivo

Le escribe esta carta Zunilda del Carmen Lepín Henríquez.

Al Presidente de la Repúblíca, don Gabriel Boric, que siendo diputado me visitó en mi local antiguo y que luego como candidato me visitó en mi nuevo restaurante, todo lo que he conseguido con gran esfuerzo, a las faldas del Ñielol, donde tengo mi huerta a la antigua, llena de nativos, frutales, hortalizas, lawen y flores, que todos recorren felices.

A todos quienes me conocen, a mis ñañas con quienes he compartido trafkin, a quienes han comido en mi restaurante, a quienes me hayan visto por la feria o han visitado mi casa, a todos esos profesionales y periodistas que me han buscado para conocerme a mí y a la semilla que cuido y comparto en cada ocasión, a todos les quiero contar algo que me dejó preocupada.

Hoy me avisan amigos de diversas partes que sale una publicación del lNlA de los Bancos de semillas, esos refrigeradores que solo le sirven a los científicos y a las empresas, primero decir que jamás en Ia vida en todos mis años de huerta he recibido ninguna, ninguna semilla de ellos, tampoco conozco a nadie que las haya recíbido, todos quienes me conocen con quienes nos juntamos a soñar y a cambiar el mundo, saben que siempre digo que la semilla debe estar en el campo y se deben mantener en las manos de huerteras y agricultores, esto no es para nosotras las que buscamos proteger nuestra semilla, la que se ha perdido de los campos por las instituciones que traen su semilla moderna, esas pintadas, que nunca tienen buen sabor y son más débiles en la huerta y a veces por flojos algunos prefieren usarlas.

En la presentación que hace el ministro, que creo que vi una vez, este me nombra como ejemplo, ni siquiera da mi apellido, de que las semillas tradicionales presentan bajos rendimientos. Les quiero decir a todos que esto es una mentira, primero yo no tengo grandes siembras, tengo mí huerta pequeña en mi casa llena de todo y desde hace décadas que siembro y siempre he defendido la semílla tradicional diciendo que es más productiva, rica, sana y resistente, porque cuando he sembrado harto como en los años que estaba en el CET, siempre comprobé que era así, mi esposo también fue un gran y reconocido productor que siempre tenía grandes producciones con semillas antiguas y tradicionales hace muchas décadas atrás. Entonces quiero desmentir lo que se dice de mí, pueden ver muchas entrevistas y reportajes que se han hecho de mi persona y decir que yo alguna vez haya dicho que la semilla tradicional es menos productíva es una gran mentira.

Esta no es una forma honesta de trabajar, siempre tratan de mentirle a la gente, pero usar mi nombre para ello me molestó mucho y quiero que saquen mi nombre de esa revista y la mentira que dicen de mí.

Todas las ñañas y huerteras de todo el país sabemos que todo esto que están haciendo de catastros, bancos y búsqueda de semillas es solo para el negocio de algunos, nuevamente olvidando la voz de nosotras, ¿por qué no usan toda esa plata en ayudar a la gente a mantener las huertas ffadicionales?, sin que se metan estos investigadores que siempre andan pellizcando las plantas sin permiso en nuestras huertas para llevárselas quizás donde, sacándole semillas a las ñañas, siempre lo han hecho, pero habemos muchas que estamos trabajando de verdad en recuperarlas y compartirlas. Ahora quieren venir a enseñarnos cuando nosotras llevamos décadas sembrando y compartiendo la mejor semilla de todas, la tradicional, la de nuestras abuelas, esas con las que nos criamos sanas. Las de ahora además de ser debiluchas nos enferman, el tomate ni siquiera tiene sabor, tampoco el maíz, ni la albahaca ya tiene aroma, en cambio nuestra semilla antigua resistía todo y con guano produce más que las nuevas, que hay que llenarlas de fertilizantes y venenos que aparte de dañar nuestra ñukemapu nos enferman.

Hace unos días fui a un trafkintu a Melipeuco y se infiltró uno de estos investigadores y muchas lo increparon y todas guardamos nuestras semillas y no se las pasamos, todas las ñañas sabían que es un engaño.

Presidente Gabriel Boric, usted quedó de visitarme nuevamente cuando fuera presidente, dijo que nos iba ayudar a cuidar las semillas, pero esto está peor que antes, su ministro mintió sobre mí, cuando todos los que me conocen, saben que siempre he dicho que las semillas se recuperan entre manos indígenas y campesinas, eso es soberanía alimentaria. No queremos que se las sigan llevando a refrigeradores de los cuales nunca hemos obtenido una sola semilla, ¿para qué nos llaman cuidadoras, curadoras, si al final quieren pasarle a otros nuestra semilla para que lo hagan?, nosotros sabemos que no regresarán a nuestras manos y es bueno que usted también lo sepa.

Aprovecho de llamar a todas mis ñañas, mis lamuen, a las cuidadoras de semillas, a las huerteras de campo o de ciudad de todo el país a no entregar su semilla a ninguna institución, hasta que no nos digan qué semillas tienen guardadas y nos las devuelvan para sembrar libremente como siempre lo hicimos y como debe seguir. Ahí están las semillas de nuestras abuelas, ellas se fueron a la tumba sin recuperarlas, nosotros debemos luchar por su legado.

Zunilda delCarmen Lepín Henríquez
Tesoro humano vivo 201-5
Cuidadora de semillas
Cocinera tradicional


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