En diálogo con Sputnik, el vicecanciller Freddy Mamani habló del posible regreso de Brasil a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), cuya última reunión fue en octubre en Argentina. Mamani explicó también el posicionamiento del bloque frente al conflicto en Ucrania.
El vicecanciller de Bolivia, Freddy Mamani, evaluó el escenario que se abre para América Latina con el regreso a la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, el país más importante en la región. Para la autoridad boliviana, sería fundamental reincorporarlo al ámbito de la CELAC.
«Líderes de todos los pueblos, incluidos algunos presidentes, han manifestado la esperanza de que Brasil se incluya a los procesos de integración de esta región latinoamericana y caribeña», dijo el vicecanciller a Sputnik.
Recordó que el todavía presidente Jair Bolsonaro retiró a Brasil de la CELAC y habló de la posibilidad de que el país podría retornar a la comunidad tras la victoria de Lula da Silva. «Tenemos la esperanza de que América Latina se fortalezca».
Mamani mencionó que durante su campaña presidencial, Lula «habló de trabajar con los países sudamericanos. En ese sentido, podemos tratar de reconstruir y renovar nuestra organización, la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR)», construida en 2007 y de destacada actuación para evitar el golpe de Estado cívico-prefectural de 2008 contra Evo Morales (2006-2019).
Pero no hay que apresurarse: «En los próximos meses, una vez asuma Da Silva, vamos a conocer su política exterior para avanzar en este proceso de integración latinoamericano-caribeño», dijo el vicecanciller.
Un socio fundamental
Brasil es el principal socio comercial de Bolivia. Comparten 3.423 kilómetros de frontera, «compartimos la cuenca del Plata y la cuenca del Amazonas. Es muy importante el trabajo a futuro. Además, tenemos varios ejes de trabajo», en asuntos de comercio, cooperación, cambio climático, biodiversidad, bosques y agua. «Temas que son fundamentales», advirtió el vicecanciller.
«También hay en marcha un proceso de desarrollo transfronterizo amplio que tenemos con Brasil», dijo Mamani. Pero «durante estos últimos años, lamentablemente no ha sido posible trabajar con el Gobierno de Bolsonaro, por la mirada y el nacionalismo implementado en ese país».
Bolsonaro no tiene cercanía con el Gobierno boliviano. En las últimas semanas el mandatario brasileño se reunió con Carolina Ribera, hija de la expresidenta de facto Jeanine Áñez (2019-2020), a la cual había ofrecido asilo antes de que fuera detenida en marzo de 2021 por delitos relacionados a su asunción tras el derrocamiento de Evo Morales (2006-2019).
Días atrás Bolsonaro había reconocido que su Gobierno da protección al exministro de Defensa de Áñez, Fernando López, al excomandante de la Policía durante el golpe, Yuri Calderón, y otras exautoridades del Gobierno de facto.
La Fiscalía General de Bolivia anunció que iniciará gestiones para extraditar a estos exfuncionarios de Áñez, pero el pedido será formulado recién en enero de 2023, cuando asuma su tercer mandato Lula da Silva, quien ya gobernó entre 2003 y 2011.
«Las autoridades competentes realizarán las gestiones correspondientes para la extradición de exautoridades de enfrentan procesos judiciales en nuestro país», sostuvo el vicecanciller.
La CELAC y Ucrania
Mamani mencionó que el conflicto en Ucrania, que involucra fuertemente a Rusia, Estados Unidos, Gran Bretaña y los países de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) estuvo presente en todos los discursos de la reunión de la CELAC, como en el encuentro posterior con los cancilleres de la UE, que se realizaron en Buenos Aires, Argentina, el 26 de octubre.
«Como países de América Latina y el Caribe, hemos convocado una solución pacífica al conflicto. La paz es nuestra bandera en común de los pueblos caribeños y latinoamericanos. Somos una zona de paz», aseguró el vicecanciller.
La declaración final de la reunión de la CELAC no incluyó ni una palabra del conflicto en Ucrania, uno de los temas más conversados. Se manifestó a favor de «la vigencia de un sistema basado en las relaciones de amistad y cooperación».
De acuerdo con la Cancillería boliviana, el ministro de Relaciones Exteriores, Rogelio Mayta, insistió en la posición del Estado Plurinacional de Bolivia “de abogar por la paz sin tomar parte en esfuerzos que, al mismo tiempo que condenan una agresión, siguen alimentando la guerra con armas y sanciones», dice el comunicado.
«Desde nuestra opinión, debe trabajar la diplomacia, más que los discursos beligerantes. Es el tiempo en que los diplomáticos deberían estar tendiendo puentes e imaginando salidas. Los diplomáticos deberían hablar hasta cansarse», dijo Mayta.
Fuente Sputnik