“Que las semillas son un patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad y, por lo tanto, el derecho a las semillas nativas y criollas es inalienable e irrenunciable”.
Recientemente, en el territorio de Auquinco, se realizó un importante encuentro con representaciones mapuche, guaraní, diaguitas; así como de comunidades campesinas de Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Colombia; trabajadoras y trabajadores rurales, sabias y sabios de las semillas, quienes emitieron una declaración pública que se comparte a continuación.
DECLARACIÓN DE AUQUINCO – CHILE «ENCUENTRO DE SABIOS Y SABIAS DE LAS SEMILLAS»
La Orilla de Auquinco – 3 y 4 de noviembre de 2022
Desde la articulación entre Acción por la Biodiversidad, ANAMURI y CLOC- Vía Campesina, reunidos en el Instituto de Agroecología de Latinoamérica (IALA) “Sembradoras de Esperanzas”, al sur de la espina dorsal de nuestro Cono Sur, nos encontramos desde la unidad y la construcción del poder popular entre los pueblos mapuche, guaraní, diaguitas; comunidades campesinas de Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Colombia; trabajadoras y trabajadores rurales, sabias y sabios de las semillas, para compartir vivires, saberes, sabores, semillas y sentires de cara a los desafíos que tenemos en los territorios a causa del impacto del agro-negocio y de la nueva realidad geopolítica del Abya Yala.
Desde nuestros diversos territorios nos nutrirnos en una jornada de intercambio y de apuesta por la defensa de las semillas nativas y criollas en manos de quienes producen, celebrando la vida y las semillas que dejó y compartió Carlos A. Vicente.
Haciendo presente en este encuentro a Egídio Brunetto, Lucho Custodio Lemos, Ariel “Coqueto” Méndez y Eliana Catalán.
Trayendo a la memoria y recuperando los conocimientos de las mujeres que a lo largo de la historia de la humanidad han aportado a la agricultura campesina indígena y afro descendiente; seleccionando, guardando, adaptando y mejorando las semillas nativas y criollas que nos han permitido acceder a una gran diversidad alimentaria, que reconocemos como patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad.
Visualizando que las empresas pretenden criminalizar y eliminar la producción y los saberes campesino-indígenas a través de diversas estrategias para profundizar el control de las semillas. A partir del proceso de modernización, particularmente desde la llamada “Revolución Verde”, se ha dado una fuerte ofensiva del capital para controlar el sistema agroalimentario mundial, intentado imponer diversos sistemas de control, de propiedad intelectual, de certificación a través de UPOV y otros mecanismos jurídicos enmarcados en la OMC y los acuerdos de libre comercio, herramienta utilizada para controlar toda la cadena alimentaria. Afirmamos que quien controla la semilla, controla la alimentación.
Comprendiendo que la crisis climática, producida por el sistema de producción del agro-negocio, se presenta como un desafío concreto en los territorios, en donde están en riesgo las variedades de semillas a causa de la sequía, las lluvias intensas, las nevadas extremas o el cambio de los ciclos del cultivo.
Analizando los contextos políticos de cada uno de los países presentes se hace evidente la necesidad de lecturas y acciones de manera regional que nos orienten a horizontes comunes por la defensa de las semillas, por la democratización del agua, por la recuperación de territorios ancestrales y por la urgencia de la reforma agraria integral y popular, elementos centrales en el avance para la soberanía alimentaria.
Atendiendo a la visión común de que las semillas nativas y criollas son el corazón de la soberanía alimentaria y que defenderlas no es solo un compromiso de las comunidades campesinas, sino de toda la humanidad. Y convencidos/as de que la lucha por las semillas es la lucha por el futuro, la alimentación saludable y la vida.
Declaramos:
· Que las semillas son un patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad y, por lo tanto, el derecho a las semillas nativas y criollas es inalienable e irrenunciable.
· Que nos oponemos a la manipulación genética de las semillas y a toda forma de privatización, forzadas por el andamiaje legal impuesto por las empresas y los centros de investigación.
· Que frente a la violencia estructural que persiste en nuestros territorios, nos comprometemos y reafirmamos nuestro compromiso político por la democracia y por el anhelo de la paz estable y duradera, requisito indispensable para sigan germinando nuestras semillas en nuestros hijos e hijas, con la memoria de nuestros antepasados.
· Que la declaración de los Derechos campesinos y de otras personas que trabajan en zonas rurales es una conquista de la lucha campesina y es una herramienta fundamental para la defensa de las semillas y el derecho a la alimentación enmarcada en la Soberanía Alimentaria.
· Que el desafío de las sabias y sabios es la defensa de las semillas nativas y criollas por el futuro de la humanidad, para impulsar la autodeterminación de los pueblos hacia el buen vivir, en armonía y equilibrio con la Madre Tierra.
· Que la lucha por las semillas es una lucha profundamente política, que es ahí donde comienza la cadena alimentaria, y por eso es fundamental recuperar los saberes, los sabores y las semillas.
· Que la reforma agraria integral y popular y la restitución de tierras a las comunidades ancestrales es imprescindible para la vida digna y para avanzar hacia un modelo de producción que ponga en el centro a los pueblos y no al mercado.
· Que es necesario impulsar diálogos intergeneracionales, espacios de trasmisión y compartir saberes para mantener vivas las identidades campesinas; valorando así la territorialidad, la cultura campesina e indígena que durante siglos ha resistido los embates del colonialismo y el gran capital en nuestros territorios.
· Que se han dado avances importantes en el rescate y la valoración de nuestras semillas nativas y criollas. Ahora es necesario multiplicarlas, compartirlas y sembrarlas para mantenerlas vivas.
Nuestro compromiso es por continuar luchando por la Reforma Agraria Integral y Popular, por el acceso al agua, por las semillas nativas y criollas, por la agroecología, por visibilizar el rol fundamental de las mujeres y la construcción del feminismo campesino y popular en el trabajo, para la producción de alimentos sanos y la preservación de la vida.
Desde la identidad campesina indígena reafirmamos que nuestras semillas nativas no se enmarcan en la lógica productivista del mercado, sino que son parte integral de nuestra vida y forma de pensamiento. Los campesinos y campesinas no solo producimos alimentos: producimos y reproducimos saberes en concordancia con los ritmos y lenguaje de la naturaleza.
Nuestro compromiso por la Soberanía Alimentaria es para que toda la población de toda América Latina y el Caribe, ya sea urbana o rural, acceda a alimentos sanos.
Declaramos que seguiremos trabajando incansablemente desde nuestras prácticas y acciones agroecológicas para seguir enfriando el planeta. Y, de esta manera, preservar nuestras semillas.
Reafirmamos con esperanza nuestros compromisos por la continuidad de nuestras luchas, por nuestras semillas y nuestros territorios.
Que, en la continua lucha por la defensa de nuestras semillas, seguiremos siendo palabras con manos y voces con pasos.
¡Resistencia y rebeldía, las semillas por la vida!
¡Reforma Agraria urgente y necesaria!
¡Derechos campesinos YA!
¡Soberanía Alimentaria YA!
Organizaciones participantes:
ANAMURI, Acción por la Biodiversidad, CLOC-Vía Campesina, MPA, ASPTA, Raizeira do Cerrado, Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Tierra (UTT), MNCI, Desvío a la Raíz, MNCI-ST, Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas, CONAMURI, Organización de Luc
ha por la Tierra (OLT), Base Investigaciones Sociales (Base IS), FENSUAGRO, Grupo Semillas, Reverdecer.
Descarga la declaración aquí:
Declaración Aunquinco Encuentro de sabias y sabios
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