La violencia ácida debe ser tipificada como un delito autónomo, al ser una tentativa de feminicidio; además, es necesario un protocolo de acción para darles seguimiento a las víctimas después de los ataques, que incluya la reparación integral del daño y atención médica gratuita e indemnizaciones.
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Esta fue la petición de la saxofonista María Elena Ríos, sobreviviente de un ataque con ácido sulfúrico que provocó quemaduras en el 70 por ciento de su cuerpo. La agresión fue ordenada, presuntamente, por su expareja Juan Antonio N, que actualmente se encuentra prófugo.
En entrevista durante su visita a Puebla, confió en que los legisladores poblanos podrán unificar criterios y emitir una iniciativa funcional para las víctimas, que exija que los casos denunciados sean investigados con perspectiva de género.
Señaló que, aunque el Congreso de la Unión aprobó que los ataques con ácido o cualquier otra sustancia corrosiva en contra de las mujeres sean castigados con siete y hasta 13 años de prisión, esto no es suficiente, ya que se sigue tratando como agravante del delito de lesiones.
Recalcó que no definirlo como un delito autónomo en la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia permite que los agresores alcancen multas o no se les sancione debidamente; asimismo se dejan de lado los procesos de recuperación de las víctimas.
“Un logro verdadero va a ser cuando se tipifique en cada estado, se tipifique en la Federación, existan penas ejemplares para cumplir las medidas de no repetición, que se dé una reparación adecuada del daño a las víctimas, porque son tratamientos muy caros”
María Elena Ríos
Saxofonista
Necesario, indemnizar a las víctimas
Elena Ríos explicó que es necesario que se indemnice a las víctimas, ya que es casi imposible que puedan volver a integrarse al campo laboral después de un ataque.
También pidió que el estado garantice el pago de los tratamientos médicos, dermatológicos y psicológicos a los que deben someterse, como parte de la reparación del daño que señala la Ley general de víctima.
Detalló que el costo de los tratamientos depende del tipo de ácido y la extensión de la lesión. Ella tiene quemaduras en el 70 por ciento de su cuerpo y se somete a tratamientos dermatológicos cada 15 días, además, sus cirugías reconstructivas se realizan cada seis meses.
Dijo que su recuperación está estimada a cinco años, y el gobierno de Oaxaca ya no quiere pagar sus intervenciones al considerarlo “un acto de vanidad”, a pesar de que uno de los láseres que requiere tiene un costo de 800 mil pesos y deben aplicarse, como mínimo, cuatro al año.
“Dañaron mi proyecto de vida, yo no quería ser famosa porque me quisieron matar por ácido (…) ¿cómo levantar los pocos pedazos que quedan de ti? (…) Lo que se logre aquí o en la Federación es algo que no me beneficia a mí, esto es para, desafortunadamente, las mujeres que están por venir”
Cabe recordar que en el Congreso de Puebla fueron presentadas iniciativas similares para sancionar la violencia ácida por el diputado Néstor Camarillo Medina (PRI) y las legisladoras Tonantzin Fernández Díaz (Morena), Aurora Sierra Rodríguez (PAN) y Mónica Rodríguez Della Vecchia (PAN).
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