Schwenke & Nilo es un reconocido grupo musical fundado en Valdivia, en 1978, conformado inicialmente por Marcelo Nilo Guerra, nacido en Santiago en 1960 y por Nelson Schwenke Porflitt, nacido en Ancud, Chiloé en 1957, quien falleció en Santiago, en 2012.
Sus letras de alta crítica social mostraban la época y el descontento por los sucesos de la dictadura militar de Augusto Pinochet, pero también es relevante en su propuesta artística la promoción de la cultura del sur de Chile y los valores humanos permanentes: el trabajo, la familia, la amistad, la vida en comunidad, los vínculos con la naturaleza.
En virtud de esto, son una de las agrupaciones musicales de mayor trascendencia en la trova chilena y el canto nuevo. Su obra ha sido reconocida con ‘Disco de oro’ y ‘Disco de platino’ por alto volumen de ventas a través del sello Alerce y también les fue concedida la distinción ‘Embajadores Culturales del Sur de Chile el 2003.
Nelson Schwenke falleció como causa de un atropello de tránsito en Santiago el 2012. Desde entonces, Marcelo Nilo lidera el grupo en sus continuas presentaciones a lo largo del país.
Hoy se le sigue recordando con fuerza y cariño en diversos rincones del país.
Estudiantes de 3° y 4° básico de la Escuela Rural de Coinco comuna de Quellón, interpretan el bello tema «Mi canto» guiados por el talentoso Miguel Zepe Diaz Barría, junto a la profesora, Evelin Vargas Rojas, quien comparte el video.
Mira aquí la interpretación musical.
https://www.facebook.com/1143187449/videos/597825561444451/
Ver también selección de temas
Schwenke y Nilo – El Viaje
Schwenke y Nilo «Hay que hacerse de nuevo cada día»
Nos fuimos quedando en silencio Schwenke & Nilo
Schwenke & Nilo Allá en el Sur.
VALDIVIA 1960 – SCHWENKE Y NILO
LLUEVE SOBRE VALDIVIA – SCHWENKE Y NILO
Ver también publicación de Aquiles Córdova al momento de la muerte de Nelson Schwenke el 2012
Con qué insolencia enfoca la televisión a la música popular.
La reacción de los informativos de TV frente a la muerte del compositor y cantante Nelson Schwenke, de Schwenke & Nilo, ocurrida el mes pasado, ha sido el último despropósito de la «cobertura» musical televisiva local. Videos tomados de YouTube a falta de archivo propio, datos biográficos imprecisos y la reducción insolente del trabajo de Schwenke a lugares comunes y frases extraídas de Wikipedia son algunos de los síntomas, sumados a una duración inédita de la noticia en pantalla: una exposición que por sus méritos musicales Schwenke & Nilo nunca recibió, literalmente, en su vida.
Desde el interior de los medios masivos, y sobre todo en la televisión, es conocido el desdén con que es mirada la música popular, y en particular la música chilena. Estos temas convocan la mirada de los editores cuando tienen dos tipos de componentes. Uno: escándalo. Nunca Quilapayún ni Inti-Illimani, por ejemplo, aparecieron tanto en televisión como cuando sus integrantes se enfrentaron por el uso de esos nombres entre 2003 y 2005. Hoy, cuando el conflicto es de menor intensidad, aunque estos conjuntos sigan activos y con relevantes producciones, muy pocas veces se ha hablado de ellos.
El otro gran motivo por el cual la televisión presta atención a la música es el llamado «interés humano». La muerte de Gato Alquinta en enero de 2003 atrajo a rostros televisivos que no ocultaban su sorpresa ante la evidente popularidad de Los Jaivas, como se demostró en su masivo funeral. Lo mismo pasó hace un par de semanas a raíz de la noticia de Nelson Schwenke, con periodistas impactados antes las velatones en el hospital y el evidente dolor de muchos durante su despedida en la Plaza Brasil de la capital.
Ese desconcierto de los profesionales de la noticia sólo confirma que, a estas alturas, ningún interesado en información sobre música chilena puede confiar en los canales de televisión abierta como una fuente útil. Para un editor televisivo es inaceptable no reconocer al ministro de Hacienda o no recordar el nombre del entrenador de la selección chilena en Francia ’98. Sin embargo, resulta obvia la pregunta que debe haber rondado en los departamentos de prensa por esos días: «¿Quién es Nelson Schwenke?».
Hay excepciones, como la serie sobre canciones chilenas “Do-Remix”, de TVN, espacio fundamental, pero programado a horarios tan inencontrables que corroboran la regla de desprecio general. Un show de imitaciones puede brindar varios espacios «prime» a clones de Illapu, pero ese mismo canal probablemente nunca ha dado un espacio similar a los Illapu de verdad.
Con la indignación propia del momento sumada al dolor por la pérdida de un músico cercano, lo posteó durante esos mismos días en las «redes sociales» el bajista Jorge Campos, integrante de grupos como Congreso, Fulano y Santiago del Nuevo Extremo, igualmente silenciados por la televisión junto a cientos de otros nombres. «Sé qué es más importante la despedida y el respeto por la muerte de mi amigo, pero no puedo dejar de pensar en lo patético de la TV de este país. En más de 30 años; escucharon bien, weones de la tele; 30 años de carrera artística, con muchos discos, giras y conciertos, jamás invitaron a Schwenke & Nilo, y hoy aparece en todos lo noticiarios en el día de su muerte. Váyanse con sus programas faranduleros y mierda sin sentido. La buena música chilena no los necesita».
Lo decía el propio Schwenke, por lo demás, en «El viaje», una de las canciones grabadas en el primer disco de Schwenke & Nilo en 1983 y escuchadas en vivo años antes. «Señores, denme permiso / pa’ decirles que no creo / lo que dicen las noticias/ lo que cuentan en los diarios». Distinto contexto para una frase que refuerza su sentido ahora, en tiempos en que la televisión local mantiene su renuncia a abordar con profesionalismo la información musical. Quién puede asegurar que esta falta de rigor no es extendible también a otras áreas de la información televisiva…
Grandes Schwenke y Nilo!
Grandes la trova chilena y el canto nuevo!