Alta tensión en Algarrobo: Otro Hidroaysén en camino y las contradicciones del alcalde Yáñez

¿Cómo es posible que el alcalde de Algarrobo haya dicho desconocer un proyecto altamente contaminante y haya firmado el oficio en respuesta al SEA dos días antes? Reportaje de Javier Karmy

Alta tensión en Algarrobo: Otro Hidroaysén en camino y las contradicciones del alcalde Yáñez

Autor: Axel

Por Javier Karmy

El pasado miércoles 9 de noviembre, el Concejo Municipal N°32 de la Municipalidad de Algarrobo dio cuenta de un proyecto de transmisión eléctrica de alto voltaje denominado “Nueva Subestación Seccionadora Los Poetas y Nueva Línea 1×66 Kv Algarrobo – Los Poetas”, el cual ingresó al Sistema de Evaluación Ambiental, vía Declaración de Impacto Ambiental (DIA), el 15 de septiembre de 2022.

En dicho proyecto, la compañía Transmisora del Norte Grande S. A. propone instalar 87 postes prácticamente desde el Fundo San Jerónimo, cerca del aeródromo de Algarrobo, hasta el Totoral en la Ruta F-90, con una inversión de US$5.540.000 dólares. Sin embargo, el proyecto, cual Hidroaysén, atraviesa con las líneas de alta tensión las enormes quebradas llenas de vida vegetal y animal endémica y nativa, entre la que se cuenta la presencia de cururos, espejos de agua y un estero que alimenta el Humedal San Jerónimo.

La sesión municipal causó polémica, ya que tanto los concejales como el alcalde manifestaron que no habían sido informados respecto al proyecto, sino que lo habían revisado el día anterior en la cuenta de la Comisión Territorial. En esa instancia, los funcionarios municipales del área ambiental entregaron una síntesis del proyecto y la fase en la que estaba y el alcalde, José Luis Yáñez, recalcó que no tenía mayor información.

En la ficha del proyecto en el Servicio de Evaluación Ambiental hay un ordinario fechado el 23 de septiembre de 2022 (N° 202205102319), enviado por Paola La Rocca Mattar, directora regional de Valparaíso del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), a la Municipalidad de Algarrobo. En ella, se informa que la Compañía Transmisora del Norte Grande S.A. había ingresado el proyecto y le solicitaba su opinión.

“Es de particular importancia contar con los pronunciamientos de los órganos de la Administración del Estado con Competencia Ambiental que, de conformidad a las normas vigentes, participan en el procedimiento de evaluación de impacto ambiental”, sostiene La Rocca, quien además encomendó entregar información fundada respecto de “la compatibilidad territorial del proyecto o actividad sometido al SEIA, considerando para tales efectos el Plan Regulador Comunal y/o Plan Seccional existentes”.

Además, debía pronunciarse sobre si el proyecto presentado “es o no compatible con el uso permitido por el o los instrumentos antes dichos y que le sean aplicables”. Finalmente, le pedía que se pronunciara si es que la propuesta energética “se relaciona con los planes de desarrollo comunal, elaborados y aprobados de acuerdo a lo dispuesto en la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades y que se encuentren vigentes”.

La respuesta al servicio de evaluación ambiental debía estar a más tardar el 17 de octubre de 2022 en un informe detallado, tal como hicieron diversos organismos.

Dos semanas antes de que terminara la fecha límite del 17 de octubre, otro ordinario emitido desde el SEA, con fecha 3 de octubre de 2022 (N° 202299102837), adjuntaba copias de las publicaciones del Diario Oficial de los proyectos que habían sido ingresados el último mes a evaluación ambiental, entre los cuales estaba la línea de alta tensión en Algarrobo. El documento, que se emitió para garantizar “su adecuada publicidad y la participación de la comunidad”, incluía dentro de los 55 destinatarios a la Municipalidad de Algarrobo.

El 5 de octubre de 2022, en otro oficio (N° 202205102334) la directora regional del SEA hizo llegar una “Invitación a terreno” a la Municipalidad de Algarrobo para el día 14 de octubre. Ésta contemplaba una reunión en la que la empresa realizaría una breve presentación del Proyecto para “resolver dudas y/o consultas que pudieran tener los participantes”, para luego ir al área del proyecto. No sabemos si alguien de la Municipalidad fue, pero sí sabemos que se pronunciaron en el plazo solicitado las seremías de Valparaíso de Vivienda y Urbanismo, de Energía, de Bienes Nacionales, de Salud, y del Medio Ambiente, además del Gobierno Regional, la Corporación Nacional Forestal (Conaf), el Consejo de Monumentos Nacionales, y servicios como el de Turismo, SAG y otros.

Para la Gobernación Regional de Valparaíso, en respuesta al SEA (Ord 31/3) y en acuerdo en sesión del 6 de octubre del Consejo Regional de Valparaíso, el proyecto solo se “relaciona medianamente coherente” con el eje de “Preservación, conservación y promoción del medio ambiente y la biodiversidad, haciendo un uso sustentable de los recursos naturales”, ya que las obras se ubican dentro del Sitio Prioritario para la Conservación de la Biodiversidad denominado “San Jerónimo”, además de una Zona de Protección por Cauces naturales y valor paisajístico (definida en el Plan Regulador Intercomunal Satélite Borde Costero Sur).

A pesar de esto, se sostiene que los diversos usos de suelo de los predios en los que pasaría la línea de alta tensión que están dentro del Plan Regulador Intercomunal Satélite Borde Costero Sur “autoriza el emplazamiento de infraestructura energética” en todas las áreas territoriales, no obstante los Planes Reguladores Comunales y los Planes Seccionales “podrán establecer condiciones de localización y emplazamiento”.

Además, concluye que el titular no consideró que en el Área de Influencia del proyecto está el sitio correspondiente a la estrategia regional de biodiversidad de la Región de Valparaíso denominado San Jerónimo, que se encuentra aguas arriba y tributa al humedal San Jerónimo, correspondiendo a una singularidad ambiental.

Conaf va más allá y sostiene que este proyecto debiera ser retirado de evaluación ambiental porque “adolece de información esencial” y propone que el titular ingrese a través de un Estudio de Impacto Ambiental (que permitiría un proceso de participación ciudadana) una nueva iniciativa.

Conaf considera que no se evaluó “la fragmentación de las poblaciones y comunidades vegetacionales al interior del área de influencia del proyecto”, y agrega que de concretarse la iniciativa energética se produciría una “pérdida de superficie de bosque nativo” y “pérdida de especies en categoría (vulnerable y protegidas)”.

Fuera de plazo

Totalmente fuera de plazo, la Municipalidad de Algarrobo respondió al SEA en un oficio fechado el 7 de noviembre de 2022 y firmado por el Alcalde José Luis Yáñez, quien el 9 de noviembre, en el Concejo Municipal y consultado por el concejal Marco Antonio González sobre si tenía antecedentes del proyecto, había respondido con un escueto “no” (minuto 2:51:16). Sin embargo, el oficio donde la Municipalidad se pronuncia respecto de la evaluación del proyecto había sido firmado por él dos días antes.

Es más, al iniciar la cuenta de la concejala Marcela Mansilla en el mismo Concejo Municipal, el alcalde realiza preguntas sobre el proyecto reafirmando varias veces su desconocimiento absoluto a esta iniciativa (minuto 2:41:48).

Yo desconozco los elementos técnicos, solo manejo algunos índices de falta de servicio a la comunidad por el crecimiento exponencial de la población en Algarrobo, porque antes esa potencia se ocupaba solamente en la temporada estival, igual se caía el sistema pero hoy día el crecimiento es grande y por lo tanto, las potencias que se deben estar ocupando son constantes, pero bueno, no he visto más allá el proyecto pero yo creo que tiene un análisis técnico que finalmente beneficia a las personas”, declaró el edil.

Sin embargo, en el oficio que envía la Municipalidad al SEA, se comenta de la falta de una planimetría respecto a las estructuras de transmisión, solicita mayor información de la estructura de propiedad de los predios afectados, así como de la naturaleza jurídica de los caminos, y solicita aclare las medidas de mitigación de la zona de protección específica (ZCPC) pues se contemplan quebradas.

Respecto a observaciones, sugiere al titular evitar pasar por predios privados para tener mejor accesibilidad en caso de incendios forestales, solicita mayor información respecto a la subestación que se proyecta en la Ruta F-90 porque no está claro si cumple o no con la normativa del Plan Regulador Intercomunal, y se menciona que habrán modificaciones de 20 metros en algunos predios que podrían afectar dichas instalaciones.

Las preocupaciones del Alcalde en el Concejo Municipal no se ven explicitadas en el oficio del 7 de noviembre dirigido al SEA. ¿Dónde estarían reflejadas esas preocupaciones para que beneficie a la comunidad en este oficio lleno de tecnicismos? Pero además, ¿cómo es posible que en el Concejo Municipal haya dicho desconocer el proyecto y haya firmado este oficio dos días antes?

La Municipalidad se debe a la ciudadanía que hoy está ávida por defender el patrimonio natural en el que se sostiene la vida. Muestra de aquello han sido las más de 1.700 observaciones que reunió la ciudadanía organizada para defender La Puntilla -Punta Fraile – Pillán Wechün y crear ahí un parque municipal y no un proyecto inmobiliario, por lo que está por verse qué hará la ciudadanía ante un proyecto que amenaza con otra zona de alto valor natural.

Ahora la participación ciudadana de este proceso está en manos de la ponderación que haga el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) respecto de las críticas observaciones de diversos organismos técnicos que realizaron al proyecto, como Conaf, Obras Hidráulicas o el Gore de Valparaíso, pero también de trece vecinos y vecinas que se verían directamente afectadas tanto por la subestación que quedaría a menos de 35 metros de la casa de una de ellas, postes, o por el tendido eléctrico que pone en peligro el bosque nativo ante incendios y ante la tala misma que se necesita para construir estas torres de casi 12 metros de alto.

También, el SEA deberá contemplar lo que sostiene el Comité Ambiental de Algarrobo (CAC), quizás la organización más importante de la comuna, en que argumenta por un lado que el “área de influencia estimada en la zona de flora / vegetación son arbitrarias” y no cuentan con “una base científica para su determinación”, y por otro lado, que el proyecto se emplazaría “parcialmente en la principal cuenca de Algarrobo (San Jerónimo), la cual es sitio prioritario de conservación a nivel regional afectando la biodiversidad frágil presente”.

Veremos cuánto se escucha la voz de las comunidades en el sistema de evaluación ambiental.


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