El pasado lunes 21 de noviembre falleció José Antonio Quinteros Masdeu, Coronel del Ejército acusado de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura cívico-militar. El uniformado fue despedido con honores por parte de sus compañeros de armas, como evidenció una publicación eliminada de la cuenta institucional del Ejército de Chile.
«Con honores fúnebres por parte del Ejército de Chile se despide al Coronel (R) José Quinteros Masdeu (Q.D.P.E), ex director de la Escuela Militar y quien formara parte de la especialidad de Comandos», dice el tweet que más tarde sería borrado por la institución.
No es el primer homenaje que las Fuerzas Armadas rinden a José Quinteros Masdeu: en junio de este año, una sala de la biblioteca de la Escuela Militar fue nombrada en honor del retirado coronel, en un acto que contó con la presencia de su familia y de otros miembros del Ejército.
«Él formó a más de mil alumnos acá en la escuela, y eso obviamente que nos llena de orgullo (…) él va a estar muy orgulloso y de alguna manera representa lo que el Ejército hoy día es y lo que ha sido gracias al trabajo de todas estas personas que nos han antecedido y han entregado todo por este Ejército y por este país», declaró en ese entonces el hijo del militar.
La desaparición de Mario Melo
En noviembre de 2018, un fallo dictado por el ministro en visita Mario Carroza acusó en calidad de autor a Quinteros Masdeu en el secuestro de Mario Melo Pradenas, militante socialista que fue parte del dispositivo de seguridad del presidente Salvador Allende.
Según los testimonios de familiares y testigos de los hechos, Mario Ramiro Melo Pradenas fue detenido en la madrugada del 29 de septiembre de 1973 por una patrulla de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), en un departamento del centro de Santiago perteneciente a Olga Ávila, amiga del afectado, que también fue aprehendida y llevada hasta las dependencias del Ministerio de Defensa. Si bien Ávila fue dejada en libertad pocas horas después, Mario Melo no volvió a ser visto con vida.
Años más tarde, en 19755, el primo de Melo, Miguel Enrique Toro Melo, también fue detenido por agentes de la DINA y trasladado a Villa Grimaldi. Allí fue interrogado por un agente de inteligencia que le reveló el destino de su primo:
«Me señaló que tenía dos opciones, una era actuar como mi primo Hernán González Osorio, quien había aparecido colaborando con la DINA, o la otra era actuar como mi primo Mario Melo Pradenas, ‘a quien matamos apenas lo detuvimos, en Peldehue’. Ésta era la primera información que tenía de Mario».
Toro también relató que, tras el interrogatorio, una persona le señaló que había tenido suerte, porque a ese lugar entraba mucha gente «pero no salía toda».
«En seguida me habló de Mario, diciéndome que mi primo había tenido una muerte ‘horrorosa’ y que no ganaba nada en no contestar lo que me preguntaban de él porque ya estaba muerto y no lo podía ayudar», agregó Toro.
Francisco Bustos, abogado del estudio jurídico que lleva la causa de Mario Melo y otras víctimas de la dictadura, agrega un par de detalles respecto a la desaparición del ex boina negra:
«Respecto de Mario Melo y otras víctimas, todos ellos formaban parte de un grupo de ex paracaidistas que fueron detenidos por sus ex compañeros de armas. Ellos fueron llevados a la Escuela de Paracaidistas y Fuerzas Especiales que estaba en Peldehue y, al margen de todo procedimiento y consejo de guerra, lo que se pudo probar es que Melo fue detenido y hasta el día de hoy se desconoce su paradero», declaró el abogado a El Ciudadano.
«Todas estas personas que tenían grado de oficial tuvieron conocimiento de lo que pasó y participaron en estos crímenes», añadió.
El rol de José Quinteros Masdeu en el Golpe de Estado
José Quinteros Masdeu no solo fue el autor de la desaparición forzosa del ex boina negra, sino que también participó en el asalto al Palacio de La Moneda durante el Golpe de Estado de 1973. Según se acreditó en el expediente Rol N°1032-73 de la Primera Fiscalía Militar de Santiago, el uniformado formó parte del grupo que logró romper la resistencia del Gobierno en el palacio.
«Ante la resistencia que todavía existía desde el segundo piso por quienes se quedaron desobedeciendo la orden de Allende, (el capitán René) Cardemil comenzó a lanzar granadas de mano hacia arriba mientras subía. Al llegar al último peldaño, había vaciado dos cargadores de su fusil de asalto SIG», se lee en la crónica escrita por el periodista Jorge Escalante, construida en base a la investigación realizada por la Fiscalía.
«Inmediatamente después subieron el general Javier Palacios, su ayudante el teniente coronel de la Escuela de Paracaidistas, José Quinteros Masdeu, el teniente coronel Iván de la Fuente Sáez, los tenientes de la Escuela de Infantería Juan Carlos Salgado Brocal, Armando Fernández Larios y Jorge Moya Domínguez y el subteniente Eduardo Aldunate Hermann. El grupo de oficiales continuó arrojando granadas de mano y agotando los cargadores de sus SIG hacia el segundo piso mientras ascendían», agrega.
Actualmente, los familiares de Mario Melo y otras víctimas del episodio Peldehue-Boinas Negras siguen esperando la sentencia que acreditará, fuera de toda duda, la culpabilidad de los acusados en la desaparición y asesinato de sus seres queridos. Francisco Bustos señala que el fallo debería ser publicado en los siguientes días.
«El juicio continúa respecto de varios de los agentes, todavía esperamos las sentencias. Aunque este agente (Quinteros Masdeu) va a ser sobreseído porque la responsabilidad se extingue por la muerte, me parece que al menos históricamente está probado el rol que tuvieron todas estas personas en la represión de sus antiguos compañeros de armas», señala.