Las danzas de los “negritos” y los “huehues” de la comunidad de Tecoltemi, en el municipio de Ixtacamaxtitlán, en Puebla, están en riesgo debido a los proyectos mineros que se instalaron en la zona, afirmó Cecilia Vázquez Ahumada, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
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Durante el seminario: “Tecoltemi, una comunidad agraria en resistencia”, Vázquez Ahumada presentó un “peritaje antropológico”, en donde dio a conocer las afectaciones que ha sufrido el patrimonio intangible de esta región, tras la instalación de las dos concesiones, “Cerro Grande” y “Cerro Grande 2”, a favor de la empresa Minera Gorrión, subsidiaria de la firma canadiense Almaden Minerals, en 2003 y 2009.
A pesar de que las concesiones fueron revocadas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en febrero pasado, comentó, las diferentes prácticas como las danzas, rituales y fiestas patronales siguen en riesgo, ya que los proyectos incidieron gravemente en el territorio, el cual es fundamental para el desarrollo de los procesos culturales.
De acuerdo con la antropóloga, estas concesiones ocupan un total de 14 mil 229.55 hectáreas del municipio poblano, lo que es alrededor del 25 por ciento del territorio, en donde se localizan diferentes comunidades, entre ellas el poblado indígena Tecoltemi.
Esta problemática, dijo, ha afectado la transformación del paisaje, los cerros, los manantiales, caminos, puntos de reunión, y por ende los procesos culturales, así como el tejido social de la Sierra Norte.
En el caso de los bailes, señaló, antes todos los pueblos y rancherías aledañas participaban conjuntamente en las danzas de los “negritos” y los “huehues”, así como en las fiestas, aspectos que se han visto afectados, debido a los asentamientos mineros que se ha desplazado a la gente, además de que se ha obstaculizado la comunicación y los caminos entre las comunidades.
“Antes se acudía a pie a las festividades de los santos, era parte de los dones que se ofrecían a las vírgenes, santos y cristos; hoy acuden con igual solemnidad, pero en camionetas”
¿Cómo son las danzas en Tecoltemi?
La investigadora del INAH, Cecilia Vázquez Ahumada, afirmó que las danzas son un aspecto importante en el ciclo de fiestas y rituales, que se llevan a cabo durante todo el año en la comunidad de Tecoltemi, mismos que han otorgado identidad a la región por años.
Estas celebraciones se realizan en fechas importantes como el 2 de febrero; en Semana Santa; en la fiesta de San Antonio, el 13 de junio; el Día de la Inmaculada Concepción, el 15 de agosto; Todos Santos, en noviembre; el día de la Purísima Concepción, el 8 de diciembre; y el día 12 del mismo mes, cuando se celebra la fiesta patronal de Tecoltemi, en honor a la Virgen de Guadalupe.
En la danza de los negritos, los participantes bailan en agradecimiento a la guadalupana, acompañados de un violín y una guitarra, así como con la “Maringuilla”, un hombre disfrazado de mujer que cubre su rostro.
Algunos sones que bailan son la entrada (la llegada al templo), el “zapateado”, la “trenza”, el “despuntado” y el “son de la cruz”. Siempre cargando un estandarte de la virgen, el cual es “custodiado por cuatro gracejos, enmascarados, con cuerdas y chicotes para mantener a la gente alejada de los danzantes”.
En el caso de la danza de “los huehues”, es un baile que se realiza también en diferentes fechas, principalmente, en Semana Santa, Todos Santos y en la fiesta de Tecoltemi.
En esta danza, los hombres se visten con capotes, máscaras de madera “labradas con árboles locales” y reatas tejidas de fibras del maguey.
“Estos personajes son irreconocibles y hacen fechorías, salen en Semana Santa, Todos Santos y en la fiesta patronal (…) se organiza la cuadrilla de los huehues, comandados por el Viejo Mayor, en dos filas y haciendo travesuras”
Para Vázquez Ahumada preservar el territorio es parte importante para cualquier comunidad, ya que “es un punto nodal de ciclo ceremonial y parte constitutiva de la identidad porque está construido históricamente y cotidianamente por el pueblo”.
El 16 de febrero pasado, la Primera Sala de la SCJN concedió el amparo a habitantes de Tecoltemi, con lo cual quedaron sin efectos los derechos de concesión otorgados a las empresas mineras.
De acuerdo a los ministros, esa medida afectó al territorio y las tierras de la comunidad, ya que las compañías se asentaron sin haberse realizado una consulta previa.
Foto: Cecilia Vázquez Ahumada, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
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