El estudio «Radiografía al Sistema de Licencias Médicas y mejores prácticas internacionales para resolver los desafíos», revela que durante el periodo comprendido entre 2015-2021 el sistema de licencias médicas registró un crecimiento acumulado de 122,67%, el que se explica por un crecimiento de 144,01% en el Fondo Nacional de Salud (Fonasa) y 93,68% en Isapres, superando los MM$2.500 en 2021.
El documento que fue elaborado por Pablo Villalobos, Ingeniero Comercial con Mención en Economía y Magíster en Economía de la Universidad Católica de Chile, Master of Arts in Economics, de Boston University y Doctor en Salud Pública de Harvard University y patrocinado por Cajas de Chile, destaca además el alza en licencias médicas por los casos de contagiados por Covid-19 durante la pandemia.
«Durante el año 2020 parte importante del aumento del gasto se debió a la inclusión de licencias COVID-19; mientras este gasto se incrementó fuertemente, el gasto en LM en la mayoría de las otras condiciones de salud disminuyó. En 2021 la situación se revierte, con el resto de las categorías de gasto (por ejemplo, enfermedades respiratorias) exhibiendo una “recuperación” de sus niveles de gasto pre-pandemia», señala el estudio.
Con relación a la condición de salud que explica la mayor parte del gasto (cerca de un 30% del total del gasto en licencias), tanto en beneficiarios del seguro de salud público (Fonasa) como privado (Isapres), corresponde a trastornos mentales.
Sobre la evolución del gasto en el periodo, los datos muestran que el incremento del gasto en
licencias médicas en el sistema se debe principalmente a aumentos en el número de días pagados y no por aumento de su valor, «lo que se explica tanto por más licencias tramitadas como por licencias de mayor duración».
El estudio aborda la demanda y oferta de licencias médicas y plantea que «los datos muestran que la existencia de outliers—esto es personas cuyo patrón de solicitud o entrega de LM difiere sustancialmente del resto de la población—explican un monto importante del gasto».
Desde la perspectiva de los trabajadores, estos outliers (trabajadores con más días de licencia en un año) constituyen el 5% de los trabajadores, pero explican el 30% del gasto.
Desde la perspectiva de los emisores de licencia (médicos), las cifras son similares: el 5% de los emisores explican el 40% del total del gasto.
El análisis también muestra importantes efectos relacionados a la existencia de días de carencia (discontinuidades en la distribución de días de LM), heterogeneidad en el número de días otorgados para un mismo diagnóstico (principalmente en enfermedades mentales) y diferencias no justificables en patrones de LM entre empresas (por ejemplo de distintas industrias y tamaños).
La investigación realizada por el ingeniero Pablo Villalobos tiene como objetivo presentar datos que permitan diseñar e implementar modificaciones al actual sistema, teniendo en consideración el marcado aumento del gasto en licencias médicas en los últimos años.
Al respecto, identifica tres grandes grupos de estrategias (modificaciones relacionadas a la emisión de LM; modificaciones a los beneficios de las LM y; modificaciones al sistema de financiamiento de las LM) concluye proponiendo explorar sistemas de alerta y restricciones para emisores (médicos), implementación de beneficios que varíen en el tiempo y entre condiciones de salud, y el involucramiento de los empleadores en el financiamiento del sistema.
Asimismo, plantea «una discusión más amplia sobre el sistema de licencias que involucre cambios estructurales al sistema, incluyendo la creación de un fondo separado de LM, que no sea parte del fondo de salud, estrategias de prevención de enfermedades mentales y una serie de mejoras de la gobernanza del sistema, principalmente relacionadas a la mejora de los sistemas de información y una reestructuración institucional del sistema de LM en el país».