Confirman que las serpientes tienen dos clítoris con función sexual

Los científicos se vieron sorprendidos ante la similitud del hemiclítoris con el clítoris de los mamíferos

Confirman que las serpientes tienen dos clítoris con función sexual

Autor: Anais Lucena

Las hembras de serpiente cuentan con dos clítoris perfectamente diferenciados, equiparables a los dos hemipenes de los machos. Además, podrían tener una función sexual. Esta es la conclusión del primer trabajo científico dedicado al estudio de los órganos sexuales de estos animales, publicado recientemente en la revista Proceedings of the Royal Society B. 

Los investigadores llegaron a esta conclusión después de diseccionar los genitales de las hembras de 9 especies de 4 familias distintas de serpientes. En todas ellas identificaron clítoris de entre 1 y 7 milímetros con una estructura perfectamente diferenciada dividida en dos partes. En estudios anteriores se habían localizado estas estructuras, aunque no se había comprobado que se trataba de estos órganos. En algunos casos, se habían confundido con hemipenes (el órgano sexual de los machos), o glándulas no desarrolladas. Sin embargo, los investigadores descartaron esta posibilidad, pues descubrieron que estas estructuras carecían de las púas características de los hemipenes de los machos. 

UN ÓRGANO IGNORADO POR LA CIENCIA

El hecho de que los investigadores hubieran confundido este órgano y descartaran completamente que tuvieran ningún tipo de función da una idea del poco conocimiento científico, que, según los autores del estudio, se tiene sobre los genitales femeninos en comparación con los masculinos.

El clítoris tiene una función clave en la reproducción

“En los animales amniotas el número de estudios sobre los genitales femeninos se han quedado rezagados frente a la abrumadora atención prestada a los genitales masculinos, y ello a pesar de algunas pruebas de que los genitales femeninos, y el clítoris en particular, tienen un papel funcional clave en la reproducción”, se cita en el texto de estudio, en el que se especifica que la variación de la morfología del clítoris se ha relacionado con diferentes grados de excitación sexual que podrían estar relacionados con una mayor aptitud reproductiva. Así, se cree que el este órgano sexual incita a las hembras a copular o a formar vínculos sociales, pero también podría tener otras funciones, como la lubricación vaginal, la relajación de la apertura vaginal o la preparación del tracto reproductivo para recibir el esperma del macho. 

UN ÓRGANO MUY PARECIDO AL DE LOS MAMÍFEROS

En este sentido, los científicos se vieron sorprendidos ante la similitud del hemiclítoris con el clítoris de los mamíferos. Como en el de estos, descubrieron que el órgano sexual de las serpientes está compuesto por un tejido erecto diversidad del hemiclítoris podría estar relacionada con los comportamientos de cortejo y apareamiento que podría hincharse con la presión sanguínea. Además, sería sensible al tacto, como ocurre con los mamíferos, entre los que nos encontramos. Y eso no es todo, según el estudio, podría tener la función de promover un apareamiento más largo, y, por consiguiente, una fecundación más exitosa. 

¿POSIBLE PLACER SEXUAL?

En la naturaleza, cualquier órgano anexo al aparato reproductor de ambos sexos se asocia con un único objetivo: el de perpetuar la especie, ya sea mediante el reconocimiento del estadio sexual de otro individuo (celo), la identificación del sexo contrario, o el marcaje del territorio, con lo que el hemiclítoris podría tener esa función: la excitación de las serpientes hembras con el fin de garantizar el éxito reproductivo.

Sin embargo, el estudio de las terminaciones nerviosas de las serpientes podría responder a una pregunta inevitable: ¿existe la posibilidad de que el hemiclítoris sirva para proporcionar placer?- “Ahora que sabemos que existe, cómo es y que tiene un tejido eréctil, es inevitable que nos hagamos esta pregunta, afirma Crowe-Riddel, investigadora principal del estudio. Las nuevas investigaciones podrían darnos más sorpresas.

Fuente: National Geographic


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