La selección de Argentina es campeona del mundo y su pueblo lo celebrará por mucho tiempo. Además. Leo Messi completó su carrera de hazañas y es, al fin, campeón del mundo a lo grande, pues anotó tres goles y cerró el torneo en gran forma.
La final deja satisfecha a la afición mundial que vio una gran exhibición y hasta sufrió con las volteretas en el marcador producto de la reacción gala que consiguió llevar la contienda hasta el límite.
En un encuentro electrizante, digno de un guion de película de Hollywood, Argentina se impuso a Francia en penales -la última instancia de la competencia- por cuatro goles a dos, cuando el partido había terminado, incluidos dos tiempos extra, con un empate a tres goles.
El evento mundial tuvo una final en toda regla, con fútbol de altísimo nivel, pleno de táctica y aún con decisiones arbitrales polémicas.
El partido fue claramente dominado por Argentina, que ganaba con cierta comodidad por 2 a 0 hasta muy avanzado el segundo tiempo regular, pero un penal anotado en el 79 por Francia y otro gol 3 minutos más tarde pusieron a la final en su más alta revolución.
Argentina dominó y hasta bailó a Francia
El primer tiempo reglamentario fue todo de Argentina que se puso adelante, al minuto 22, por un penal cometido a Di María, quien aparentemente fue tropezado por el defensivo francés. Messi cobró la falta de manera impecable para el 1 a 0.
Más tarde, a los 35 minutos, una jugada plena de toque y velocidad de los argentinos puso al propio Di María cara a cara con el arquero francés, al que libró con gran clase para el 2 a cero que puso una losa sobre el equipo francés.
El técnico francés tuvo que sacar a su delantero Giroud para intentar más penetración por las bandas e incluyó al velocista Dembelé, pero el primer tiempo concluyó 2 a 0.
Francia despierta y enciende las alarmas sudamericanas
Al regreso, la tónica no varió. Argentina fue más frontal y se plantó hasta en tres ocasiones frente al marco francés, una al minuto 62 cuando sobre el argentino McAllister se cometió un claro penal que el árbitro no marcó.
Pero la respuesta francesa se produjo en la parte final del encuentro regular con los goles de Mbappé, quien alargó el enfrentamiento al tiempo extra al lograr el empate a 2.
Pese al cansancio de los jugadores, los tiempos extra no decayeron en emociones pues con llegadas en ambos arcos y con una anotación por bando, lograron un 3-3, con goles de Messi y de Mbappé lo que llevó a los penales para definir al gran ganador.
Durante los penales, dos errores le costaron la victoria a Francia: el tiro de Coman que fue detenido por el arquero argentino Damián Emiliano «Dibu» Martínez y el disparo desviado de Tchouameni. Argentina no falló. Todos sus tiradores acertaron (Messi, Dybala, Paredes y Montiel) y ya el último turno no fue necesario pues la diferencia era irremontable para Francia.
El fin de la fiesta: Messi levanta la Copa
Luego de la tensión desbordada que dejó el partido contra Francia y ya vestido con una túnica negra, típica del mundo árabe, Lionel Messi alzó la Copa del Mundo en el estadio de Lusail en Doha.
El técnico argentino, Scaloni; el volante Ángel Di María y el portero Emiliano Martínez, que detuvo el penal de Kingsley Coman, no podían contener las lágrimas.
Con este título, Argentina se hizo tricampeón del mundo pues consiguió victorias similares en 1978 y 1986.
Messi además recogió el trofeo al mejor jugador del torneo
Foto: Xinhua
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