- A raíz del informe geológico que entregara el 14 de agosto Energía Austral al Servicio de Evaluación Ambiental, tendiente a viabilizar la construcción de la represa río Cuervo, se ha revelado la investigación que un equipo de la Universidad de Chile publicó en la revista científica Andean Geology en enero de este año.
- Lo paradójico es que tal investigación fue patrocinada por Energía Austral, pero sus resultados no fueron considerados al elaborar el estudio que solicitara la Corte Suprema, que en mayo de 2012 revocó la calificación ambiental favorable que emitiera la Comisión de Evaluación Ambiental presidida por Pilar Cuevas.
“Revisado gran parte del adenda, éste contiene varios aspectos que, por decir lo menos, siembran una serie de dudas sobre el análisis que Energía Austral realizó para medir los riesgos que significaría construir represas en una zona altamente volcánica y de inestabilidad geológica”.
Tal fue la conclusión previa a la que llegaron en la Coalición Ciudadana por Aysén Reserva de Vida luego de analizar el documento que el 14 de agosto ingresó Energía Austral al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) y que fuera exigido por la Corte Suprema al declarar ilegal la calificación favorable que la Comisión de Evaluación Ambiental (CEA) de Aysén entregara al proyecto de represa río Cuervo en mayo de 2012. En el informe se debía detallar las erupciones holocenas en el entorno inmediato del volcán Cay –colindante al volcán Maca- tendiente a medir los eventuales efectos de flujos piroclásticos sobre el río Tabo.
En palabras del coordinador de la organización, Peter Hartmann, “el adenda llega a la conclusión que en casos extraordinarios y poco probables (pero posibles) existe la posibilidad que una oleada de piroclastos o avalancha de cenizas pase por encima del portezuelo hacia el valle del Tabo. Lo extraño es que en él no se dice nada sobre qué significaría y qué consecuencias tendría tal evento, lo que es una grave omisión”. A esto se agrega que en un estudio geológico del valle del río Tabo que solicitó Energía Austral a la Universidad de Chile, “no se incluyó la prospección más a fondo del portezuelo. En éste hay evidencias –y por tanto riesgo- de lahares secundarios, cosa que hasta ahora no estaba en el estudio de impacto ambiental”.
En opinión de Hartmann, todos estos nuevos antecedentes “son fundamentales y debieron haber estado a disposición de los servicios públicos desde un inicio, pero también de la población, que sólo pudo hacer observaciones en una primera etapa y hoy, que se constata riesgo para su seguridad, no puede decir nada”. En este sentido, “toda su argumentación se basa en que agregar millones de toneladas de agua y gigantescas infraestructuras en una zona de por sí altamente peligrosa no aumenta los riesgos naturales ya existentes, lo cual atenta contra el sentido común. Eso mismo fue lo que se dijo las semanas previas al terremoto y tsunami de 2007 en Puerto Aysén”.
Puntualizó que “extraña que la Corte Suprema sólo exigiera a Energía Austral un estudio sobre los piroclastos del volcán Cay, y no los otros aspectos muy importantes que en un reporte de diciembre de 2011 Sernageomín consideró que faltaban al EIA”. Entre éstos, la modelación de las fuentes sismogénicas regionales y la elaboración de un plan de monitoreo del nivel de aguas subterráneas en el sector del portezuelo, “que creemos son esenciales antes de pensar en determinar si procede o no calificar el proyecto”.
Terremoto grado 7,1MW
Lo señalado por el dirigente coincide con el análisis del geofísico de la Universidad de Chile y asesor del senador Antonio Horvath, Luis Donoso, quien explicó que “en ninguno de los documentos presentados como respuesta se ve cuál es la evaluación del riesgo sísmico y la estabilidad del portezuelo del río Tabo. Ello hace concluir que no lo ven como un punto crítico sino como una variable controlada, lo cual a todas luces es irreal. En particular se modelan ingresos de flujos piroclásticos pero sólo se mencionan que podrían generar tsunamis, sin indicar magnitud ni altura de las eventuales olas en el portezuelo”.
El análisis de Donoso se condice con un tema fundamental de la evaluación. Aunque el adenda presentado por Energía Austral para responder a la exigencia de la Corte Suprema minimiza los riesgos geológicos, una investigación de académicos del Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile sobre la falla río Cuervo, publicada en enero de este año en la revista científica Andean Geology, señala expresamente en sus conclusiones que “es posible esperar terremotos de magnitud del orden de Mw7,1, lo cual debería ser considerado en la evaluación del peligro sísmico de la región”. En concreto, según explicó Donoso, sería un sismo 30 veces superior a que afectara al fiordo Aysén el 21 de abril de 2007.
El mismo reporte en Andean Geology consigna que el perfil del subsuelo y los datos batimétricos del lago Yulton permiten deducir que “su estructura es el resultado de volcanismo subacuático de poca profundidad posiblemente originado por una falla tectónica, lo cual es otro riesgo evidente hacia el portezuelo que da al río Tabo”, indicó Hartmann.
Lo paradójico es que esta investigación fue patrocinada por Energía Austral, pero sus resultados no habrían sido considerados al elaborar el adenda que solicitara la Corte Suprema.
Incluso el propio Estado de Chile definió como instrumento de desarrollo regional el Mapa de Amenazas de Aysén, realizado por la misma Universidad de Chile, en el cual es posible apreciar que el proyecto se localizaría al interior de una de las zonas de máximo peligro geológico. En ella se considera al volcán Maca con un riesgo alto en términos de amenaza por su nivel de actividad, la zona del Yulton con alto peligro de lavas, lahares y flujos piroclásticos, y el área donde Energía Austral pretende instalar la infraestructura, la presa y el embalse como una zona de alto nivel de amenaza en términos de movimiento en masa.
“A la luz de todos estos antecedentes, que Energía Austral minimice el riesgo que significarían sus proyectos de represas, parece un chiste de mal gusto, el cual Estado debiera considerar” concluyó Peter Hartmann.
Por Patricio Segura
El Ciudadano